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Día del libro infantil y juvenil

'Intrépidas': expediciones de mujeres reales para niños curiosos

  • Este libro ilustrado rescata las hazañas de aventureras olvidadas
  • Sus protagonistas rompieron prejuicios y plantaron cara al rechazo

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La rusa Valentina Tereshkova fue la primera mujer que llegó al espacio
La rusa Valentina Tereshkova fue la primera mujer que llegó al espacio

La francesa Jeanne Baret se embarcó en una expedición botánica alrededor del globo en 1767. Lo hizo vestida de hombre junto al científico que sería su pareja, Philibert Commerson.

Trabajó codo con codo junto a su compañero y descubrió, entre otras cientos de especies, la pequeña flor morada conocida como bungavilla. Paradójicamente, los hallazgos de Jeanne nunca fueron reconocidos y su rastro se ha volatilizado de los libros de Historia.

Su apasionante peripecia, junto a otras 24 aventuras protagonizadas por mujeres extraordinarias conforman el libro ilustrado Intrépidas (Editorial Pastel de luna), escrito por la periodista Cristina Pujol Buhigas.

Una cuidada edición en la que los preciosos dibujos de Rena Ortega integran un detallado diario de viaje con mapas incluidos. Una invitación a sentir la pasión de estas aventureras y a luchar contra el olvido en el Día Internacional del libro infantil y juvenil.

“Los escritos donde plasmaron sus viajes, las que lo hicieron, se están perdiendo y son de difícil acceso o están descatalogados y es una pena porque al final estas historias si no les prestan atención las nuevas generaciones se van a perder”, señala a RTVE.es la autora.

La estadounidense Lynne Cox se sumergió en las aguas heladas de la Antártida. Editorial: Pastel de luna

Por las páginas de Intrépidas desfilan increíbles historias como la de la religiosa española Egeria, que en el siglo IV atravesó Europa hasta llegar a Tierra Santa enviando misivas a sus compañeras, la audaz periodista Nelly Bly que emuló a Phileas Fogg en la vuelta al mundo en 72 días, la aguerrida vikinga Gudrid que desembarcó en América antes que Colón, Helen Thayer que alcanzó el polo norte magnético andando y sin asistencia, la nadadora Lynn Cox que se sumergió en las heladas aguas de la Antártida o la hazaña de Alexandra David-Néel, que recorrió Asia y se disfrazó de mendiga tibetana para entrar en la ciudad de Lhasa burlando a las autoridades inglesas.

“En muchos casos ellas también expresan vulnerabilidad, pero eso no les resta importancia a lo que hicieron. Tener miedo y superarlo es casi más importante que no tener miedo en absoluto”, analiza Cristina Pujol sobre el carácter de estas pioneras.

La fuerza de la determinación

Los relatos también resquebrajan prejuicios. El valor o la fortaleza ya no aparecen representados como cualidades exclusivamente masculinas. Nuestras protagonistas rompieron con lo que se esperaba de su género y plantaron cara al rechazo.

Es el ejemplo de la japonesa Junko Tabei, primera alpinista en coronar el Everest en 1975. Su expedición no fue patrocinada al estar compuesta por mujeres. Por esta razón, las exploradoras viajaron con menos material y tuvieron que coser sus propias cuerdas y sacos de dormir.

Muchos se sorprendían al conocer en persona a la menuda Tabei que no llegaba al 1,50 de estatura y pesaba 47 kilos. Unas limitaciones que la nipona compensaba con una férrea voluntad.

“Ella lo que decía es que no es el físico lo que me ha llevado al Everest. Es la determinación y la fuerza que tenía por llegar allí”, señala la escritora sobre una característica compartida por todas estas mujeres.

Portada de 'Intrépidas'

Intrépidas entronca con la ola social por la igualdad que recorre el mundo y que ha aterrizado en las librerías decenas de títulos feministas. Un auge temático de literatura infantil y juvenil que proporciona referentes fuertes a las niñas y conecta con la preocupación de miles de padres.

“Es importante que haya variedad y distintas perspectivas y hablar de las vivencias es muy importante, y que una niña vea un libro en el que aparecen exploradoras, científicas, etc, le está diciendo que puede ser lo que ella quiera ser”, afirma Pujol, que explica que el libro está dirigido a niños y niñas porque también es muy importante “empatizar” con el otro género.

Es el espíritu de una publicación que aborda un aprendizaje de vida que invita a la reflexión: el disfrute siempre está en el camino y en la capacidad de soñar.

“Creo que es una lección superimportante para los niños: todo el mundo puede intentarlo y al final aprendes de la experiencia aunque no seas el primero que lo haces y aunque no consigas todo lo que te habías propuesto hacer. El hecho de intentarlo y salir de viaje es especial en sí mismo”, concluye la autora.