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Caso Skripal

El jefe de la inteligencia exterior rusa culpa a Reino Unido y EE.UU. del envenenamiento del exespía

  • Asegura que el envenenamiento de Skripal fue "fabricado groseramente" por los servicios secretos
  • Aboga por el diálogo internacional para evitar una crisis como la de los misiles de Cuba

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Imagen del lugar donde fueron envenenados el exespía ruso Sergei Skripal y su hija en Salisbury
Imagen del lugar donde fueron envenenados el exespía ruso Sergei Skripal y su hija en Salisbury

El jefe del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (el sucesor del KGB para el extranjero), Serguei Naryshkin, ha culpado a los servicios secretos de Reino Unido y EE.UU. de "fabricar" el envenenamiento del exespía ruso Serguei Skripal como una "provocación grotesta" contra Moscú.

"Es lo mismo en el caso de la provocación grotesta que ha tenido lugar con los Skripal, fabricada groseramente por los servicios especiales de Gran Bretaña y Estados Unidos", ha declarado Naryshkin en una conferencia sobre seguridad en Moscú.

El jefe de la inteligencia rusa cree que una parte de los estados europeos "no tienen prisa por seguir a Londres y Washington" y prefieren "entender qué ha sucedido".

Diálogo para evitar una crisis como la de los misiles de Cuba

Naryshkin ha afirmado que el envenenamiento es el último intento estadounidense de atacar a Rusia y lo ha comparado con las prácticas de la Guerra Fría.

"Estados Unidos trata de disimular su dictado bajo la pantalla de la solidaridad euroatlántica o internacional, de darle apariencia de voluntariedad al sistema 'estadounidensecentrista' de relaciones internacionales, que se basa en la coacción y el chantaje", ha subrayado.

El jefe del espionaje exterior ha abogado por el diálogo internacional para evitar una crisis como la de los misiles en Cuba, que estuvo a punto de acabar en una confrontación nuclear en 1962.

Serguei Skripal y su hija, Yulia, fueron envenenados el pasado 4 de marzo en Salisbury (Inglaterra) con un agente nervioso que, según Londres, provenía de Rusia. El caso ha provocado una crisis diplomática entre Rusia, Reino Unido, Estados Unidos y varios países europeos, en la que se han cruzado sanciones y expulsiones de personal diplomático. El Kremlin niega categóricamente cualquier implicación en los hechos.