Implantes de retina para frenar la ceguera asociada a la edad
- Células madre embrionarias humanas se usan para tratar la degeneración macular
- El tejido artificial creado logra detener la pérdida de visión
- Actualmente, no hay tratamiento para las fases avanzadas de esta enfermedad
Un equipo científico de EE.UU. ha creado un dispositivo con células madre embrionarias humanas para tratar la degeneración macular asociada a la edad. El tejido artificial, probado con cuatro personas que sufrían la enfermedad en fase avanzada, detuvo la pérdida de visión.
Un nuevo implante de retina, desarrollado por investigadores de la Universidad del Sur de California, ha demostrado su eficacia en un estudio experimental con personas que sufrían pérdida de visión por la degeneración macular asociada a la edad. Actualmente no existe ningún tratamiento para las fases avanzadas de esta enfermedad que ocasiona una ceguera progresiva. Los resultados del estudio se han publicado en la revista Science Translational Medicine.
Según explica a Sinc Amir Kashani, investigador experto en enfermedades de retina de la universidad estadounidense y autor principal del trabajo, “el implante está compuesto por células del epitelio pigmentario de la retina (EPR), derivadas de células madre embrionarias humanas, dispuestas como una capa de células individuales sobre un sustrato sintético”.
Las células EPR –agrega– “son las que detectan la luz y están gravemente dañadas en las personas que padecen degeneración macular avanzada. Al reemplazar quirúrgicamente esa zona con el implante, creemos que será posible prevenir una mayor pérdida de visión o incluso restaurarla en algún grado”.
Prueba en cuatro personas
El dispositivo, que ya había sido ensayado en ratones, se ha probado con cuatro personas que tenían la enfermedad en etapa avanzada. Se insertó en los ojos de los pacientes mediante una operación quirúrgica que duró varias horas. Después se monitorizó su visión durante periodos que fueron de cuatro meses a un año.
Las imágenes del postoperatorio revelaron que las células madre de los implantes se integraron con éxito con el tejido, y las retinas mostraron cambios anatómicos que revelaban la reaparición del epitelio pigmentario.
Kashani comenta que el objetivo del estudio era demostrar la seguridad del implante y de la cirugía. “Se realizó con voluntarios que tenían muy pocas posibilidades de recuperar visión. Sin embargo, uno de ellos mejoró bastante y pudo leer 17 letras más que antes de la colocación del dispositivo. Algún otro también mostró ciertos signos de mejora de la función visual”.
“En el futuro evaluaremos la eficacia del tratamiento con más personas que tengan un grado de la enfermedad menos grave y, por ello, más potencial de recuperación visual”, concluye el experto.