La carrera de EE.UU. en inteligencia artificial para combatir al Estado Islámico pasa por Google
- En julio de 2017 lanzó su Proyecto Maven de IA para zonas de conflicto
- Trabajará en identificar objetivos en las imágenes captadas por drones
- Empleados de Google piden no participar en "el negocio de la guerra"
- El Pentágono está reclutando otras compañías para implementar la IA
Los empleados de Google han puesto esta semana sobre la mesa una realidad, que el Departamento de Defensa de EE.UU. está reclutando compañías de inteligencia artificial (IA) para incorporar su tecnología en zonas de guerra, como Irak o Siria. Unos 3.100 empleados del gigante de internet han firmado una misiva, difundida en el diario Washington Post, en la que piden al consejero delegado de Google, Sundar Pichai, no participar “en el negocio de la guerra”.
Se refieren al Proyecto Maven, con el que EE.UU. pretende aunar IA de diversas empresas para analizar vídeos e imágenes capturados por drones. El proyecto, con un presupuesto de unos 70 millones de dólares, fue presentado en julio de 2017 por el Coronel del Cuerpo de Marines de EE.UU., Drew Cukor, entre otros. El coronel anunciaba que a finales de ese año el Departamento de Defensa desplegaría "algoritmos informáticos avanzados en plataformas gubernamentales para extraer una cantidad masiva de imágenes en movimiento o fijas".
La IA de Maven se centraría en identificar 38 tipos de objetos que coinciden con los que el Departamento necesita detectar, especialmente en la lucha contra el Estado Islámico en Irak y Siria, y en rastrear personas que se desplazan entre distintos lugares.
Por eso, uno de los puntos clave de este proyecto es el reclutamiento de grandes compañías con sede en Silicon Valley, el epicentro tecnológico de EE.UU. Según informa el portal de noticias de tecnología Gizmodo, los empleados de Google fueron informados por correo electrónico a finales de marzo de su participación en el Proyecto Maven.
“Google no debería tomar parte en el negocio de la guerra. Pedimos la cancelación del proyecto y que Google establezca que ni la compañía ni sus proveedores desarrollarán jamás tecnología bélica“
"Creemos que Google no debería tomar parte en el negocio de la guerra. Por ello, pedimos la cancelación del proyecto Maven y que Google diseñe, publique y aplique una política estableciendo que ni Google ni sus proveedores desarrollarán jamás tecnología bélica", comienza la carta divulgada en el Washington Post. Y añade: "Este contrato pone la reputación de Google en peligro y nos coloca en dirección contraria a nuestros valores intrínsecos", lamenta la carta.
Temen el desarrollo de armas autónomas
La dirección de Google ha transmitido a los empleados que el Proyecto Maven tiene una naturaleza "no ofensiva". Tanto Google como el Pentágono han afirmado, según recoge el diario New York Times, que la tecnología de la compañía no sería utilizada para crear armas autónomas que puedan ser activadas sin un operador humano. Y añaden que puede emplearse, sin embargo, para evitar el ataque de civiles en operaciones aéreas.
Pero lo cierto es que el trabajo de análisis de vídeos del Departamento de Defensa en zonas de conflicto se emplea habitualmente para contraatacar y combatir operaciones terroristas.
De hecho, las primeras operaciones con el Proyecto Maven tuvieron lugar en diciembre en Siria. Así lo especifica Gregory Allen, miembro del Centro para una Nueva Seguridad Americana y coautor del informe sobre el uso de la IA en el área militar: "A principios de diciembre, unos seis meses después del inicio del proyecto, los primeros algoritmos de Maven fueron empleados para el análisis inteligente de defensa para apoyar misiones reales con drones en la lucha contra el Estado islámico". Y añade que estas técnicas "han sido altamente efectivas para combatir al ISIS".
"Rusia y China, a la carrera para adaptar la IA al espionaje y la guerra"
En su artículo, justifica la urgencia del proyecto estadounidense en que "Rusia y China están en la carrera para adaptar la inteligencia artificial para el espionaje y la guerra", y defiende que "los datos de vigilancia de drones pueden usarse para determinar si un individuo está participando directamente en actividades hostiles y, por lo tanto, está potencialmente sujeto a un ataque directo".
También reconoce que, a medida que los sistemas de IA se vuelvan "más capaces" y se implementen en "más operaciones", "engendrarán dilemas éticos y legales cada vez más difíciles", por lo que deberán utilizarse "de acuerdo a los valores nacionales".
“El Ejército de EE.UU. todavía realiza muchas actividades en un estilo que resultaría familiar a los militares de la Segunda Guerra Mundial“
Pero el Departamento de Defensa, por sí solo, no dispone la tecnología necesaria para llevar este proyecto a cabo. El propio Allen, en su artículo, lamenta que "las agencias militares y de espionaje de EE.UU., donde se trabaja la tecnología de la IA, están muy a la zaga de la tecnología comercial de vanguardia" y considera que "el Ejército de EE.UU. todavía realiza muchas actividades en un estilo que resultaría familiar a los militares de la Segunda Guerra Mundial".
Por eso, la misión primera de Maven es lograr contratos con empresas como Google y universidades. "La única forma de lograr lo que nos proponemos en materia de inteligencia artificial es trabajar con socios comerciales", afirmaba el coronel Cukor en la presentación del proyecto. Y añadía: "Tenemos relación con importantes compañías de datos que nos proveen servicios a través de nuestras redes para permitir que nuestra fuerza etiquete nuestros datos y los prepare para el aprendizaje automático".
36 meses para seleccionar y desarrollar la mejor tecnología
El proyecto está en fase de adquisición tecnológica. "No compras IA como comprarías municiones", afirmaba Cukor: "Lo que el Departamento de Defensa nos ha dado con sus autorizaciones de adquisición rápida es una oportunidad de aproximadamente 36 meses para explorar qué es gubernamental y cómo involucrar mejor a la industria para beneficiar al contribuyente y al soldado, que quiere los mejores algoritmos que existen para aumentar y complementar el trabajo que hace", concluye.
Algunos de los directivos más importantes de Google tienen conexiones importantes con el Pentágono. Entre ellos están su vicepresidente, Milo Medin, y el ex presidente ejecutivo de la compañía y todavía miembro de la junta ejecutiva de Alphabet, la empresa matriz de Google, Eric Schmidt.
Este último, durante una conferencia el año pasado, incidió en que "existe una preocupación general en la comunidad tecnológica de que el complejo militar–industrial podría usar su tecnología para matar personas de manera incorrecta”, comentó.
La empresa del famoso buscador estaría, según The New York Times, en una dura competición con otros dos gigantes tecnológicos, como Amazon y Microsoft, para lograr un contrato multimillonario para proveer durante varios años servicios en la nube al Departamento de Defensa. Amazon, tan criticado por el presidente estadounidense, Donald Trump, tiene desde 2013 un acuerdo con el gobierno de EE.UU. a través de su enorme división de computación en la nube (Amazon Web Services) para proporcionar servicios en la nube a la CIA y a otras agencias de inteligencia.
Sin embargo, el Departamento de Defensa de EE.UU., preguntado por varios medios estadounidenses, se ha negado a dar detalles de las compañías con las que habría firmado contratos para desarrollar su tecnología para el Proyecto Maven.
En la presentación del Proyecto Maven, el coronel Cukor concluyó "estamos en una carrera de armas de inteligencia artificial (...) está ocuriendo en la industria y las cinco grandes compañías de internet están persiguiendo esto en gran medida". Y agradeció el trabajo que, además de las grandes compañías, están llevando a cabo ingenieros de la Universidad de Stanford, la de California-Berkeley, la Carnegie Mellon y el Massachusetts Institute of Technology.