Protestas en India por las violaciones y asesinatos de dos menores encubiertos por las autoridades
- Un exfuncionario, su sobrino y cuatro agentes de Policía han sido detenidos
- El primer ministro indio promete justicia: "Ningún criminal será perdonado"
- Estudian una ley que sentencie a muerte a violadores de menores de 12 años
Decenas de miles de personas han salido a las calles de India tras conocer la detención de un exfuncionario y cuatro agentes de Policía por encubrir el secuestro, la violación en grupo de una niña de ocho años el pasado mes de enero en un templo hindú de Kathua. A ello se añade la investigación de un diputado del partido del Gobierno indio después de la muerte, bajo circunstancias sospechosas, de un detenido que le había acusado de violar y matar a su hija adolescente en el estado de Uttar Pradesh.
Sobre el primer caso, las autoridades indias han acusado al exfuncionario Sanji Ram, antiguo recaudador de impuestos, de preparar el crimen contra la pequeña para sembrar el pánico entre la comunidad musulmana nómada de los Bajarwal, a la que pertenecía la niña, y que despierta la animadversión de la sociedad de mayoría hindú que vive en esta localidad próxima a la frontera paquistaní.
Junto al exfuncionario y su sobrino han sido detenidos el subinspector e investigador del caso, Anand Dutta, y otros tres agentes de Policía, según la abogada de la familia, Deepika Singh Rajawat. Uno de los agentes, identificado como Tilak Raj, ha pasado a disposición policial bajo la sospecha de que llegó incluso a lavar la ropa de la niña antes de entregársela a los forenses, para eliminar pruebas.
Los otros dos agentes han sido identificados como Deepak Khajuria y Surinder Verma. El primero ha sido arrestado bajo la sospecha de que fue él quien obtuvo las drogas para sedar a la niña. Además han sido detenidas otras dos personas, una de ellas un menor de edad, como supuestos responsables directos de los delitos.
"El secuestro, violación y asesinato de la niña tribal era parte de una estrategia cuidadosamente planificada para eliminar a la comunidad musulmana nómada (Bakerwal) de la zona", explica la denuncia presentada el pasado lunes por la Policía contra ocho personas.
Segunda violación
Otro caso que ha llevado esta semana a manifestarse a la población del país ha sido la muerte, bajo custodia policial, de un hombre que acusó a un político del partido de Modi, el Bharatiya Janata (BJP), de secuestrar y violar a su hija de 16 años hace nueve meses en el estado de Uttar Pradesh.
La Policía se negó a investigar en un primer momento las acusaciones contra el político, Kuldeep Singh Sengar, miembro de la legislatura estatal, hasta que la Oficina Central de Investigación nacional se hizo cargo del caso este pasado jueves. Sengar ha negado la participación, pero entre lo ocurrido en Jammu y este caso, la población india ha vuelto a expresar su más firme condena contra la plaga endémica de abusos y violaciones en el país.
"Ambos casos han sacudido la conciencia de la nación, han sacudido los corazones y las almas de las personas", ha denunciado este viernes el organizador de una de las protestas, Feroze Mithiborwala, en declaraciones a Reuters.
Desde la violación en grupo de una estudiante en un autobús de Nueva Delhi hace seis años, un punto de inflexión que ha cambiado la mentalidad de la población a la hora de denunciar lo que hasta entonces era un férreo tabú, la Policía ha reconocido que los casos de violación declarados no han dejado de aumentar, hasta registrar casi 35.000 en 2015.
El primer ministro indio promete justicia
Tras los hechos, la oposición ha exigido explicaciones al primer ministro indio, Narendra Modi, pues en ambos casos estas personas, supuestamentes vinculadas con el gobernante BJP, estarían involucradas.
Como respuesta, Modi ha asegurado que "ningún criminal será perdonado" y que se hará "completa" justicia: "Nuestras hijas obtendrán justicia", ha destacado.
Por su parte, la ministra india de Desarrollo del Niño y la Mujer, Maneka Gandhi, ha asegurado este viernes a los medios que su cartera está "considerando una enmienda a la ley que sentencie a muerte a los violadores de menores de doce años", según declaraciones recogidas por la agencia local ANI.
El anuncio ha llegado un día después de que la jefa de Gobierno de Jammu y Cachemira, Mehbooba Mufti, prometiese una nueva ley para castigar la violación de menores con la pena de muerte.
Tensiones en la región
Un integrante de los Bajarwal, Talib Husain, ha lamentado el deterioro que han experimentado en los últimos meses las relaciones entre musulmanes e hindúes, desde la victoria del primer ministro indio, Narendra Modi, en 2014, y de por sí deterioradas por enfrentamientos históricos por la posesión de la tierra.
Husein, en declaraciones a Al Yazira, no tiene dudas de que el asesinato de la pequeña ha sido un "crimen bien planeado para aterrorizar a los musulmanes de Kathua y expulsarles de sus hogares".
Es por ello que las protestas no solo han estado protagonizadas por los musulmanes que han pedido la condena inmediata de los arrestados, sino también por hindúes que han defendido su inocencia.
Los grupos de ciudadanos planean nuevas concentraciones en Nueva Delhi durante los próximos dos días, mientras que miles de personas han acudido a las redes sociales para buscar justicia.