Arranca la VIII Cumbre de las Américas con las ausencias destacadas de Castro, Maduro y Trump
- Al encuentro faltan más la mitad de los líderes de los 34 países invitados
- En la cumbre se busca un acuerdo anticorrupción con acciones concretas
La VIII Cumbre de las Américas, el mayor encuentro político y diplomático del continente, que en esta ocasión está centrada en el combate a la corrupción, ha comenzado este viernes en Lima (Perú) en medio de un ambiente desangelado por las notables y numerosas ausencias -entre ellas, las de los líderes de Estados Unidos, Cuba y Venezuela- y solapada por el bombardeo de EE.UU. a Siria y los periodistas ecuatorianos asesinados en la frontera con Colombia.
Una las ausencias más destacadas es la del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien canceló su viaje a principios de esta semana para atender la crisis en Siria. En su lugar viajó el vicepresidente Mike Pence, quien se reunió con algunos de los asistentes y mantuvo una intensa agenda de encuentros con representantes de la disidencia cubana y venezolana.
Tampoco ha acudido a la cita el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al que se le retiró la invitación "por su decisión de impedir elecciones libres y democráticas", según la declaración del Grupo de Lima.
En el último momento anunció que no iba el presidente de Cuba, Raúl Castro, quien ha mandado en su lugar al canciller Bruno Rodríguez. La de este año es la segunda Cumbre de las Américas en la que participa el país caribeño después de la de Panamá (2015) a la que sí asistió Castro -quien dejará la Presidencia el próximo 19 de abril tras dos mandatos al frente de la isla- en pleno apogeo del deshielo con Estados Unidos, país con el que tras la llegada de Trump a la Casa Blanca han vuelto a tensarse las relaciones.
La delegación cubana ha realizado una protesta contra del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, abandonando la ceremonia en bloque cuando éste inició su discurso. El motivo, la supuesta hostilidad de Almagro contra su gobierno, al haber permitido la inclusión en los foros previos al encuentro de presidentes de grupos opositores al gobierno de la isla y al de Nicolás Maduro en Venezuela.
En total, al encuentro faltan más la mitad de los líderes de los 34 países invitados a la reunión. En claro constraste, la VII Cumbre de las Américas, que se celebró en Panamá en 2015, logró un pleno con 35 presidentes, todos los países que forman parte de la OEA presentes con sus líderes además de Cuba, que había estado ausente de todas las reuniones hasta la fecha.
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, sí llegó a Lima, si bien volvió precipitadamente a su país para tratar con la crisis del asesinato de tres periodistas secuestrados. Los que sí acudieron fueron los presidentes de los países de la Alianza del Pacífico (México, Chile, Colombia, así como Perú) y otros como el de Argentina, Mauricio Macri, o Brasil, Michel Temer.
La Gobernabilidad democrática frente a la corrupción, lema del encuentro
El presidente de Perú, Martín Vizcarra, fue el encargado de abrir el encuentro, cuyo tema será La Gobernabilidad democrática frente a la corrupción, con un discurso en el que realizó una encendida defensa de la lucha contra este flagelo y la necesidad de los países de la región para coordinarse para enfrentarlo. Almagro por su parte vinculó este combate con la defensa de la democracia e, inversamente, a las dictaduras con las prácticas corruptas más absolutas.
Las ausencias han deslucido un encuentro que paradójicamente si parece que será exitoso en cuanto a la llegada de un acuerdo anticorrupción, ya que de forma inédita en los últimos 13 años de reuniones continentales los cacilleres llegaron el jueves a un borrador de consenso para el denominado Compromiso de Lima. Según informó la Cancillería peruana en un comunicado, el texto que con casi total seguridad se aprobará en la reunión incluirá acciones concretas para la lucha contra la corrupción en la región.
Así, incluirá compromisos sobre temas de transparencia y acceso a la información, participación de la sociedad civil en el seguimiento de la gestión gubernamental, protección de informantes y libertad de expresión, educación en valores democráticos y el rol del sector privado en la lucha contra la corrupción, entre otros asuntos. Esta declaración deberá ser aprobada este sábado en la reunión plenaria, en donde los asistentes deberán debatir y consensuar posturas, en un día en el que se espera que se realicen reuniones bilaterales entre los asistentes.