La Marcha por la Ciencia vuelve a tomar las calles de Washington
- Como respuesta a los recortes en investigación y protección medioambiental
- La participación ha sido mucho menor que en abril de 2017
Por segundo año consecutivo, cientos de personas se han concentrado en el centro de Washington para manifestarse a favor de la ciencia y presionar a los políticos de todo el mundo para que elaboren políticas con base a las investigaciones empíricas demostradas.
En un ambiente festivo, decenas de investigadores y cientos de simpatizantes, se han dado cita en la explanada del emblemático National Mall provistos de pancartas y con un mensaje claro: es necesario defender a la ciencia.
Durante toda la mañana, diversas ponencias y mesas redondas han entretenido a los presentes, que portaban pancartas en los que se podían leer mensajes como "la ciencia le dice la verdad al poder" o "la ciencia sirve al sentido común".
"Buscamos restablecer un balance más equilibrado entre nosotros, como sociedad, y el resto del Planeta. No sólo ahora, sino en generaciones futuras. Por eso es fundamental para nosotros alzar la voz en favor de la ciencia", ha dicho a Efe Luis Solórzano, director para el programa del Caribe de la organización The Nature Conservancy.
La Marcha por la Ciencia tiene su origen en abril de 2017
La Marcha por la Ciencia tiene su origen en abril de 2017, cuando surgió en respuesta a los recortes en materia de ciencia, investigación y protección medioambiental que fueron anunciados por el presidente Donald Trump.
En este sentido, Solórzano no ha dudado en alabar los mecanismos del Estado que han impedido que, "a pesar de la retórica de ataque a la ciencia" de la actual Administración, las partidas presupuestarias destinadas a la investigación se hayan visto afectadas.
A pesar de que la participación ha sido mucho menor este año, la comunidad científica ha vuelto a dejar clara su preocupación por lo que considera una peligrosa deriva del Gobierno de Estados Unidos, que desde la llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca, ha abandonado el Acuerdo de París contra el cambio climático y ha eliminado numerosas normativas ambientales.
"Es fundamental para nosotros estar aquí, expresando nuestra voz en favor de la ciencia, que es la herencia cultural más importante que tenemos como civilización", ha concluido Solórzano.