De los Teleñecos a Trancas y Barrancas, la historia de los Telemuñecos
- Miguel Herrero reune a las marionetas más famosas de la tele en el libro Telemuñecos
- "Los muñecos han sido muy importantes en la educación de varias generaciones de niños", asegura
Ya sea la rana Gustavo, Doña Rogelia, Espinete o la Bruja Avería, nuestros recuerdos de la niñez suelen incluir a algúna marioneta televisiva. Y es que, casi desde los inicios de este medio de comunicación, estos muñecos han estado presentes en la infancia de los niños. El experto en televisión Miguel Herrero (Revisitando los 80, Telepasión por los 90, Un, dos tres, responda otra vez) los ha reunido a todos en el imprescindible libro Telemuñecos. Marionetas y muñegotes de la historia de la televisión (Diábolo Ediciones).
"La primera vez que vi un muñeco en la tele fue a Espinete en 1983 -asegura Miguel-. Yo tenía apenas 5 años y me impresionó el ver un ser rosa, gigantón, con ese hocico tan grande, conviviendo con el resto de humanos y con Don Pimpón, como uno más. El hecho de que lo aceptaran como un ser humano y no como un erizo gigantesco y parlante me resultaba muy simpático. Por aquella época había muchos muñecos en la tele, como Pepe Soplillo, los Electroduendes, el robot de la Botilde en el "Un, dos, tres" y Horacio Pinchadiscos. Los 80 nos fueron dando muchos ejemplos para convertirse en fan de los muñecos y de sus manipuladores".
Esos muñecos y muchísimos más son los protagonistas de Telemuñecos. "En el libro -asegura Miguel- os vais a encontrar dos centenares de criaturas surgidas de tela, látex, plástico y demás materiales, todos aparecidos en programas de televisión desde los comienzos de TVE hasta la actualidad de múltiples cadenas. Series protagonizadas al completo por muñecos, como Los Thunderbirds, mascotas de programas, anuncios con marionetas, muchos programas infantiles, todos los ventrílocuos que conocimos en nuestro país y algunos internacionales, como el sensacional señor Wences, salmantino y tío de José Luis Moreno, quien triunfó plenamente en Estados Unidos. Hay de todo tipo, incluso robots. Todo ser no humano que haya formado parte de la historia de la tele está reunido en el libro como homenaje a tantos profesionales que estaban detrás, manejándolos y prestando sus voces".
No todos los muñecos son iguales
Hay muchísimas clases de muñecos, lo que ha determinado la estructura del libro: "El libro se divide -asebura Miguel- en numerosos capítulos para poder disfrutar de tantos muñecos de una forma ordenada. Capítulo para los tiempos remotos de la tele, con seres como el topo Giggio. Espacio para las series con muñecos como Los Aurones, Dinosaurios o los Teletubbies, otro para la publicidad, con personajes como Mimosín, los pelochos, el hipopótamo Pipo o el conejito que "dura y dura y dura".
"Hay un capítulo para la tele de los 80 -continúa Miguel- con ejemplos que repasan programas como Sabadabadá, El kiosco, La bola de cristal, Los mundos de Yupi y presentadores que dialogaban con muñecos como Sonia Martínez, o Marisa Abad con la yegua de Al galope. La tele de los 70, con las marionetas de don Redondón y otras criaturas de programas como La casa del reloj o La locomotora. La tele de los 90 con muñecos como el troll Hugo, de Hugolandia, los muñecos de las teles autonómicas, algunas criaturas que se vieron en Eurovisión, las mascotas de los programas concurso o los muñecos que han llegado hasta la actualidad, como Los Lunnis.
Un capítulo muy interesante es el de los muñecos políticos, como los Muñegotes de TVE en ¿Pero esto qué es? o los originales Spitting Image, que destrozaban la imagen de los personajes populares de los 80, especialmente de la política y la monarquía inglesa".
Muñecos para educar
Cada generación tenemos nuestros muñecos de la tele. "Los muñecos han sido muy importantes en la educación de varias generaciones de niños españoles -asegura Miguel-. Ya en los 60 se recurrió a un muñeco que emulaba al típico profesor de la época, el Don Procopio de la Televisión Escolar. Las asignaturas se atragantaban con facilidad y el hecho de que un muñequito te hablara y te contara la lección conseguía que hubiera una especial empatía entre niño y personaje".
"Un recurso -continúa Miguel- que supo explotar al máximo Jim Henson con su Barrio Sésamo. Los niños de todo el mundo han aprendido los números, las letras, los conceptos, las diferencias o los colores de una manera muy divertida, consiguiendo que se nos quedaran en la cabeza con mejor aceptación que intentando memorizarlo desde un libro o en una larga clase a las 9 de la mañana. Los muñecos nos enseñaron cosas o nos las "desenseñaron", como hicieron durante muchas semanas los Electroduendes".
Los primeros muñecos
Pero... ¿Cuáles fueron los primeros muñecos de la tele? "En todos los países -asegura Miguel- ha habido incontables muñecos en programas de televisión y anuncios. En Estados Unidos fue muy popular el ventrílocuo Edgar Bergen, padre de la actriz Candice Bergen (Murphy Brown) con un muñeco muy elegante, Charlie McCarthy, con sombrero de copa. Ya en los años 40, muchos años antes de que los españoles descubrieran lo que era la televisión, triunfó Bob Smith con el simpático muñeco Howdy Doody, que preguntaba a los niños cada semana "¿Qué hora es?", respondiendo al unísono: "la hora de Howdy Doody".
"En nuestro país -añade-hubo un primer muñeco llamado Pedrito Corchea, que acompañaba al violinista Walter en un programa del que no quedan vídeos, Walter y sus 100.000 melodías. También la mascota de Concertino, con Torrebruno, con la forma de un niño, en un concurso basado en un formato italiano".
Miguel tuvo muchos de eos muñecos de pequeño: "El primer muñeco que tuve en mis manos fue Macario, uno de las grandes creaciones del padre de José Luis Moreno, Natalio, que los diseñaba para el popular ventrílocuo. El niño Monchito, el paleto Macario y el cuervo Rockefeller triunfaron de una manera brutal en los 80. Incluso el pajarraco fue todo un fenómeno en Italia, donde se vendieron cientos de miles de réplicas. El original incluso cantó en el Festival de San Remo. Mi Macario se parecía bastante y lo conseguí en la típica tómbola de las fiestas de la ciudad, Valladolid".
"Luego -continúa- he ido acumulando muchos peluches de los Fraguel, Alf, el Pequesaurio, el MIM de "Los sabios", Mimosín, los pelochos, Doña Rogelia o las mascotas del "Un, dos, tres". En mi mano no la tuve pero sí estuve con la verdadera doña Rogelia, a quien Mari Carmen consigue dotarle de tanta credibilidad, que olvidas que es un muñeco. Realmente parece un ser venerable y da cierto respeto tenerla delante, como si poseyera la capacidad de escuchar lo que dices con la intención de poder replicarte".
Ha entrevistado a varios ventrílocuos
El libro recoge divertidas anécdotas sobre estos muñecos. "Para hacer el libro he entrevistado a muchos profesionales que se han dedicado a tan noble oficio. Es el caso de Lourdes e Isabel, manipuladoras de muñecos como los de Gomaespuma, los de Rita y Miliki en El gran circo de TVE o los guiñoles de Canal Plus. Ellas me comentaban que una de las cosas que tenían que cuidar especialmente era no colarse en imagen con los guiñoles puesto que se emitía en directo. En una ocasión, un compañero quiso hacer un cameo improvisado y sacó la cabeza repentinamente, pudiendo verse su rostro durante unos segundos en imagen junto a los seres de látex".
"En el año 1993 -añade- Emilio Aragón tuvo en su programa Noche noche un muñeco réplica de aquella planta de la película La pequeña tienda de los horrores. Aquí se llamó Chete y fue la distracción perfecta para un niño cantante llamado Jordy, francés, que era tan pequeño que no podía concentrarse en su canción, con playback, y en todo momento pasaba de la actuación y miraba atónito a la marchosa planta, que bailaba sin parar la canción "Dur Dur D´Etre Bebe" abriendo su enorme bocota vegetal".
Mari Carmen ha escrito el prólogo del libro. "Mary Carmen -asegura Miguel Herrero- ha sido la profesional que más tiempo ha trabajado con sus muñecos. Desde los años 60 hasta la actualidad ha conseguido divertir a los espectadores en shows en directo como las galas de fin de año, o incluso entrevistando a famosos como Julio Iglesias, Aznar, Javier Sardá, Montserrat Caballé o la Baronessa Thyssen en el programa Ay, vida mía que emitió TVE en los años 90 con gran audiencia".
"Si alguien podía hacer el prólogo era ella -añade-, una mujer con gran talento, que llegó a triunfar en toda Lationamérica, y que ha conseguido con su Rogelia, el pato Nikol, el león Rodolfo y la traviesa niña Daisy hacer que nuestro pasado haya sido más entrañable gracias a sus historias. Que se notaran más o menos el movimiento de los labios no es tan destacable como el hecho de que sus guiones fueran muy divertidos. Otros ventrílocuos no movían nada la boca pero no conseguían arrancar la carcajada y eso es fundamental en el triunfo final".
Los mejores muñecos de la historia de la TV
Para Miguel, los mejores muñecos de la historia de la televisión serían: "Doña Rogelia, Rockefeller, los Fraguel, Alf, Espinete, Yupi, los Spitting Image, Pepe Soplillo, los "Dinosaurios" y los Electroduendes. Todos ellos deberían estar en un museo público con el que poder disfrutar de ellos como si fueran las criaturas del Museo de cera. En Estados Unidos han tenido mayor capacidad para conservarlos mientras que en España están casi todos desaparecidos o estropeados".
"Afortunadamente -añade- los ventrílocuos los conservan como oro en paño y los de Jim Henson sí se exponen, incluso en el museo de títeres de Albaida, Valencia. Detrás de aquellos simpáticos personajes están nombres como los de Alejandro Milán, todo un profesional del que salieron centenares de seres, dotándoles de nombres muy originales y de movimientos coreografiados. A él le debemos el marchoso Horacio, la bruja Avería, Paco Micro o la Ruperta materializada en gran muñeco".
Y en la actualidad... ¿Qué muñecos quedan? "Hay muñecos -asegura Miguel- en el mencionado "Hormiguero". Trancas y Barrancas han poblado de merchandising el país, como hizo el gato Isidoro en los 80, en todos los cristales de los coches. Pero también vemos muñecos acompañando a Karlos Arguiñano y duran ya tres lustros los Lunnis de TVE, con muchas etapas y ganándose el cariño de los niños españoles, incluso en shows en directo".
"También resisten -añade- los americanos de Barrio Sésamo en diferentes modalidades, incluso en un nuevo show donde muñecos con la forma de niños de diferentes países y hasta con alguna minusvalía acompañan a la actriz Julie Andrews. Aunque se haya perdido la inocencia, los peques siempre disfrutarán con criaturas que tengan un bonito diseño y voz y estén bien manejados, como es el caso de Joan Bentallé, que fue "Bluki" en Barrio Sésamo y hoy demuestra su valía manipulando en Los Lunnis".