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Los cromos de los chicles de nuestra niñez

  • Vicente Pizarro publica ¿Quieres un chicle?, la historia de los cromos de los chicles
  • "Los cromos más populares eran los de las series de dibujos animados", asegura

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Fragmento de la portada de '¿Quieres un chicle?'
Fragmento de la portada de '¿Quieres un chicle?'

En 2017 Vicente Pizarro (Zaragoza, 1971) nos sorprendió con el libro ¡Andá!, la merienda… Las deliciosas colecciones de nuestra niñez (Diábolo ediciones), en el que recuperaba los maravillosos cromos que regalaban con los pastelitos. Y ahora hace lo propio con los cromos de los chicles de antaño (esos que tenía azúcar) en el libro ¿Quieres un chicle? Regalos y sorpresas con sabor extralargo (Diábolo ediciones).

"Los cromos de los chicles me traen unos recuerdos muy gratos y llenos de nostalgia -asegura Vicente- , ya que fueron mis abuelos los que me daban a mí y a mis hermanos caprichos de ir al quiosco, a la panadería de debajo de casa o al puesto de chuches del mercado, a comprarnos dulces y esos maravillosos chicles, que iban cargados de sorpresas, colecciones y regalos".

"Esos recuerdos -añade- cargados de imágenes llenas de colores y del olor de los propios puestos a dulces de fresa y menta. También me traen grandes recuerdos de mis amigos con los que cambiaba a la salida del cole esos cromos para intentar completar el álbum de moda cuanto antes. En definitiva, ¡recuerdos de felicidad!"

Páginas de '¿Quieres un chicle?'
Páginas de '¿Quieres un chicle?'

Páginas de '¿Quieres un chicle?'

Un retorno a nuestra niñez

"En este libro -asegura Vicente- el lector se va a encontrar un pasaje para viajar en el tiempo. Un viaje a un pasado reciente, que quizá tenía muy escondido en el interior de su memoria, transformándose de repente en un presente de sensaciones de felicidad, volviendo a sentir el niño pequeño que fue, cuando todo era nuevo para él. Las mariposas del estómago también se removerán y en definitiva, le hará sonreír de nuevo. Esa es la intención de este libro. Lo abras por la página que lo abras, te va a sorprender, porque es muy visual, muy directo... y porque todo el material que sale en cada página, de una manera u otra el lector lo tuvo en su momento en las manos".

"El libro -añade el autor- está estructurado de una forma medianamente cronológica. Me explico: aunque sigue una línea temporal, tanto de marcas de chicles, como de las colecciones y promociones que estas marcas sacaron, en algunos casos están agrupadas más por temática, que por año de publicación. Pero en general sigue un orden temporal".

"Comienza -afirma Vicente- con la llegada de las primeras marcas a nuestro país provenientes de Estados Unidos, como Bazooka, Fleer o Dubble Bubble y sigue hasta las marcas españolas como Dunkin, Cheiw, Niña, Boomer, General de Confiteria, etc…, junto con toda la historia de cada una de las marcas".

Páginas de '¿Quieres un chicle?'
Páginas de '¿Quieres un chicle?'

Páginas de '¿Quieres un chicle?'

Los chicles más populares

Preguntamos a Vicente cuáles eran los chicles más popualres de la época. "Al principio -asegura- en los años 60 y en los 70, los chicles no tenían demasiada presencia en las tiendas de dulces, hasta que comenzaron a introducir promociones, como era costumbre en Estados Unidos, para fidelizar al público con sus productos. En esos años marcas como Bazooka, Cheiw, o chicles Niña fueron los más masticados, pero con la entrada en nuestro país de series de televisión y de dibujos animados, llegó un filón enorme para estas marcas de chicles y empezaron a editar álbumes de cromos o colecciones de muñecos de todo tipo, con los personajes de las series que más pegaban en los tebeos y la televisión".

"Comenzaron -añade- los anuncios en revistas, comics y por supuesto en TVE, llegando a todo el público en general. Nadie se resistió a masticar, aunque fuera una vez en su vida un chicle, y a intentar hacer la pompa más grande. En los 80 y los 90, triunfaron marcas más comerciales como Boomer o General de Confiteria".

Cromos de Mortadelo
Cromos de Mortadelo

Cromos de Mortadelo

Pastelitos o chicles, pero con cromos

Como Vicente también escribió el libro sobre los cromos de los pastelitos le pedimos que los compare. "En cuestión de diferencias, los cromos de pastelitos estaban más elaborados y las colecciones y álbumes más cuidadas. Había más presupuesto en las propias marcas de bollería como Bimbo, Panrico, o Cropan".

"Las marcas de chicles -añade- realizaban sus colecciones de una forma más austera, ya que el propio producto era más barato y por lo tanto sus regalos, estaban acordes a ese precio, aunque de pequeños, eso nos diera igual. Una de las grandes diferencias entre las colecciones de pastelitos y de chicles era que las empresas de bollería vendían mucho más. La razón es que aunque todos estos productos fueran un poco capricho, la bollería estaba mejor vista que los chicles porque parecían más alimento para los pequeños, que un pequeño dulce que lo único que podía aportarte era más visitas al dentista".

"Por eso -concluye- las colecciones de chicles fueron más escasas en el mercado y en nuestras compras. Por eso seguramente, conservas hoy en día más cromos de pastelitos que de chicles. Pero también esa escasez de las colecciones de chicles, han hecho que hoy en día, estén más buscadas y cotizadas por los coleccionistas".

Fragmento de la portada del ábum de 'Ulises 31'
Fragmento de la portada del ábum de 'Ulises 31'

Fragmento de la portada del ábum de 'Ulises 31'

Los cromos y la televisión

Por supuesto, las colecciones más populares de cromos eran las relacionadas con el cine y las series de TV. "La relación era directa con todos los estrenos del cine y la televisión -asegura Vicente-. Cualquier éxito era enseguida reflejado en una promoción de chicles, que tenía el éxito asegurado y las ventas también. En un principio los chicles se creían destinados sólo al público infantil, ávidos consumidores de dulces y chuches cargadas de azúcar".

"Pero esa creencia - añade- cambió de forma radical cuando, tanto el público adolescente como los propios adultos, vieron que masticar chicle, les daba un complemento de estilo moderno, tal y como veían cada día en los protagonistas de las series americanas que emitían por televisión. Eso, las marcas de chicles lo tuvieron muy presente y editaron colecciones de cromos y álbumes con series más dirigidas a este tipo de público, abarcando así, cualquier edad".

"Pero en general -concluye- las colecciones más populares seguían siendo las que incluían series de dibujos animados sobre todo de los años 70 y 80, como: Vickie el Vikingo, Los pitufos, Dragones y Mazmorras, Ulises 31, Belfy y Lillibit, Masters de Universo, David el Gnomo, etc…"

Cromos de Vickie el vikingo

Cromos de Vickie el vikingo

El libro huele a chicle

Una de ls cosas más curiosas del libro es que huele a chicle. "La razón de ponerle olor a fresa al libro estaba muy clara -asegura Vicente-. Una de las primeras sensaciones que tenías de pequeño cuando abrías el envoltorio de un chicle, era el olor intenso que te subía directamente a la nariz y ya se te hacía la boca agua, esperando ese sabor al metértelo a la boca. Ese mismo efecto tenía muy claro que quería conseguir, por lo menos intentar al abrir cualquier página del libro, que el lector tuviera esa misma sensación que al abrir el envoltorio de un chicle".

"La tarea no era fácil -añade-, pero en mi empeño, me puse en contacto con una empresa llamada Ambiseint que fabrica esencias profesionales personalizadas para empresas y negocios. Les presenté el proyecto y estuvieron encantados de participar patrocinando con unos cuantos litros de su esencia con olor a chicle de fresa. Esta esencia se pulverizó en todos los palés del papel destinado a la impresión del libro, mezclándose con la tinta y adquiriendo un olor semejante al del chicle de fresa. Espero haberlo conseguido y que se mantenga durante mucho tiempo".

Cromos de 'Hippy-Monster'
Cromos de 'Hippy-Monster'

Cromos de 'Hippy-Monster'

Los cromos más originales

En cuanto a los cromos más originales de la época, Vicente asegura que: "Los cromos que yo recuerdo con mucho cariño son los que la marca Dunkin (Gallina Blanca), editó a principios de los años 70, llamada Hippy-Monster. Esta colección estaba dedicada a los monstruos más conocidos del cine de terror, pero con atuendos y disfraces hippies de la época. Es una colección rara y buscada. Me hizo mucha gracia en su momento y me la sigue haciendo hoy en día. También fueron muy originales los cromos de Dragones y Mazmorras que impresos en varios colores, hacían un efecto 3D, cuando mirabas a través de unas gafas especiales que te daban a cambio de varios envoltorios vacíos".

Había incluso cromos de la cantante Sabrina. "Los cromos de Sabrina -asegura Vicente-, chocan un poco por su aire picante y parecen poco adecuados para el público infantil. Pero como he dicho anteriormente, el público que consumía chicles se amplió y las colecciones destinadas adolescentes se multiplicaron, como la de la cantante sexy Sabrina. Un acierto del personal de marketing de los chicles".

Cromos de monstruos
Cromos de monstruos

Cromos de monstruos

Además, actualmente estos chicles son objeto de coleccionismo: "Hay mucho mercado de este tipo de productos -afirma Vicente-, como bien se puede comprobar en las cientos de páginas de coleccionismo y de subastas que existen por todo el mundo. Los cromos de chicles son escasos y raros. Y encontrarlos en buen estado es muy complicado ya que estaban hechos de un plástico encerado para poder doblarse en el propio envoltorio del chicle y si se manipulaban mucho o te los metías al bolsillo les salía muchas arrugas. Por eso, si encuentras cromos o los álbumes completos en buen estado, llegan a precios muy altos en las páginas de subastas".

"Siempre -añade- hay algún Santo Grial, que es casi imposible de encontrar. En el caso de los chicles un ejemplo claro, de los muchos que pueden haber, sería la colección de dos álbumes de la serie de dibujos animados Ulises 31, de los años 80, editada por General de Confitería. Este álbum apaisado y con troquelados de varias naves de la serie es uno de los más buscados, más cotizados y que ha llegado a venderse en internet a casi 1000 euros. ¡Hay mercado!".

Vicente Pizarro y la protada de ¿Quieres un chicle?

Vicente Pizarro y la protada de ¿Quieres un chicle?

Cromos de yogures

Tras los libros sobre cromos de pastelitos y chicles preguntamos a Vicente si habrá más volumenes dedicados, por ejemplo, a los cromos de los yogures. "Podría llegar a haber material para un segundo si ampliásemos a todas las colecciones que salieron a partir de los 90. Aunque estoy con un nuevo proyecto de la segunda parte de ¡Andá!..la Merienda que ese seguro está dando para otra parte. Precisamente en este primer libro a parte de los cromos y colecciones de pastelitos, ya estaban también incluidas las colecciones de todas las marcas de yogures, que yo siempre las he considerado meriendas. Danone, Yoplait, o Clesa están reflejados en el libro ¡Andá!, la merienda, con todas sus colecciones y promociones de esos años".

"Siempre hay proyectos nuevos rondando por mi cabeza. Lorenzo Pascual el editor de Diábolo Ediciones, lo sabe, y espero que se vayan haciendo realidad con el tiempo. Porque tiempo hace falta, cuesta mucho cocinar libros de estas características, pero al final merece la pena el esfuerzo, porque este material debe quedar de herencia para todo el que tenga ciertas inquietudes por el tema y para que las nuevas generaciones conozcan lo que fue nuestro pasado reciente y todo esto no se pierda nunca".