El Thyssen se embarca en los viajes de Louis Vuitton
- El museo acoge 160 años de historia de la casa francesa especializada en maletas
- Louis Vuitton llegó a pie a París con el sueño de fabricar baúles
- Eugenia de Montijo fue una de sus clientas más importantes
- La exposición se centra en la evolución de los viajes y el equipaje
Érase un joven de 16 años que en 1837 llegó a pie a París con un sueño. Así podría empezar la historia de Louis Vuitton, un hombre que se hizo a sí mismo, desde que pisó por primera vez la capital de Francia. Comenzó como aprendiz del artesano Monsieur Maréchal y enseguida dominó las técnicas necesarias para fabricar los arcones y baúles que requerían sus clientes, gentes que necesitaban piezas especiales para trasladar sus pertenencias.
17 años después, en 1854, abre su propio taller en la Rue Neuve-des-Capucines, cerca de la Place Vendôme, y es entonces cuando empieza a forjarse el mito. Tuvo tanto éxito que en cinco años necesitó ampliar su negocio y trasladar su taller en el que contó con 20 empleados. Después fueron 100 y llegó a tener 225 personas trabajando para él.
Ahora, en 2018, el museo Thyssen-Bornemisza acoge una exposición singular que viaja en el tiempo para hablar de viajes. Viajes emocionales y profesionales, como el que hizo en vida Louis Vuitton. Se titula 'Time Capsule' y ofrece un recorrido por 160 años de la casa francesa mientras cuenta cómo eran las travesías trasatlánticas o las expediciones a la sabana africana.
Pero no hay viajes sin viajeros y en la exposición se habla de la emperatriz Eugenia de Montijo uno de los personajes más fascinantes de la historia y de la historia de la moda. La muestra remarca la relación que la esposa de Napoleón III mantuvo con la casa francesa que abrió la puerta, dicen, a un fuerte vínculo con España, fortalecido con las peticiones de Alfonso XII y Alfonso XIII.
Y del pasado lejano al más cercano, ya que además se muestran colaboraciones que la firma ha hecho con artistas de diferentes disciplinas como la diseñadora de moda Sybilla, la actriz Rossy de Palma o la interiorista Patricia Urquiola. Aunque también se enseñan icónicas piezas más recientes, como las que firmaron Takashi Murakami, Jeff Koons o Karl Lagerfeld.
Recorrer la muestra permite conocer cómo evolucionó la forma de viajar, desde las eternas travesías en barco hasta el avión, pasando por el romanticismo del tren. Pero además enseña los cambios en el equipaje: las formas, materiales y cerraduras, como la que inventó Georges Vuitton en 1859, “un cierre que resultaba tan inexpugnable que ni siquiera el gran Harry Houdini podría abrirlo”, cuenta la leyenda de la casa.
No faltan iconos como las piezas con protecciones metálicas en las esquinas, el baúl-armario vertical con perchas y cajones o el escritorio de viaje. Luego se avanza en el tiempo y se recuerdan nuevas modas, como la personalización de las piezas al gusto del cliente, y nuevos hábitos, como los viajes en coche o avión que precisan de equipajes más pequeños y flexibles.
La visita sigue una cronología visual por hitos esenciales de la historia de la casa agrupados en seis aspectos: Los códigos de la maison, los viajes alrededor del mundo, la elegancia en movimiento, los iconos de la casa, el Magic Malle o baúl mágico (que es el origen de todo), y los artesanos que muestran a los visitantes su forma de trabajar. Las puertas están abiertas hasta el 15 mayo. Ese día la exposición en embalará y partirá hacia otro destino.