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Condenan a dos penas de cadena perpetua al camionero que provocó la muerte de diez inmigrantes en EE.UU.

  • Ha sido declarado culpable de tráfico de personas con resultado de muerte
  • Dejó abandonados a 39 inmigrantes indocumentados en el interior del camión
  • "No hay día o noche que no reviva aquella escena", ha dicho el camionero

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Imagen de archivo del camión donde murieron los 10 inmigrantes
Imagen de archivo del camión donde murieron los 10 inmigrantes.

El conductor que dejó encerrados en julio pasado en la cabina de su camión a 39 indocumentados, de los cuales 10 fallecieron asfixiados, ha sido condenado por un tribunal de Texas (EE.UU.) a dos penas de cadena perpetua.

James M. Bradley, de 61 años y que ha recibido esa sentencia tras ser declarado culpable de tráfico de personas con resultado de muerte, no podrá salir en libertad bajo fianza, ha informado el Departamento estadounidense de Justicia en un comunicado.

En julio de 2017, Bradley, quien había salido de la ciudad fronteriza de Laredo (Texas), tuvo un incidente leve y estacionó a las afueras de San Antonio, donde abandonó a los 39 inmigrantes indocumentados que llevaba escondidos en la parte trasera del vehículo, según fuentes judiciales.

Al abrirse la cabina del camión en respuesta a los golpes que daban los inmigrantes, ocho de ellos aparecieron muertos en su interior, dos fallecieron horas más tarde en el hospital y el resto tuvo que ser atendido de urgencia por golpes de calor severos.

"Estoy muy arrepentido de lo ocurrido", ha dicho Bradley durante el juicio. "No hay día o noche que no reviva aquella escena".

El compartimento estaba lleno de "orina, heces, vómitos y sangre"

Los policías de San Antonio que llevaron a cabo la detención describieron que "las personas estaban tumbadas unas encima de otras, algunas sobre los cuerpos inertes". Puntualizaron que el compartimento estaba lleno de "orina, heces, vómitos y sangre", con un hedor que, en palabras de los policías, era como "oler a muerte".

En un comunicado, el fiscal John Bash ha expresado su satisfacción por la pena dictada y ha dicho que este juicio muestra que "el contrabando de extranjeros es un delito peligroso con víctimas reales" y que el Gobierno de Estados Unidos "buscará justicia para todas las víctimas de este tipo de crimen, sin importar su situación legal".

El 16 de octubre pasado, Bradley se declaró culpable de transportar inmigrantes indocumentados para obtener un beneficio económico, con "imprudente indiferencia" de que lo hacía ilegalmente y con el resultado de muerte de diez de ellos.

"James tiene una amputación debajo de la rodilla en la pierna derecha y es diabético tipo 2, los doctores nos han informado de que su esperanza de vida oscila entre cinco y siete años", ha dicho la hermana de Bradley, Audrey Washington, en unas declaraciones recogidas por el diario local San Antonio Express-Newsante.

La defensa utilizó este argumento y "la falta de estudios" de Bradley, que dejó la escuela durante su infancia en Kentucky, para tratar de obtener una rebaja en la condena. Sin embargo, el juez del distrito, David Alan Ezra, ha considerado que "la conducta del acusado fue extrema" y ratificado las dos condenas a cadena perpetua.