En busca del Día de 'mi' Libro
- Autores noveles cuentan su viaje para publicar su primera obra literaria
- Relatos de deportes, un poemario viral y una invocación colectiva a Unamuno
En segundo plano tras los autores de los más de 87.000 libros que se publican al año en España, escritores noveles sueñan con ver en las librerías una creación suya, acariciar con la punta de los dedos el lomo y las páginas de un volumen recién impreso con las palabras vertidas desde su imaginación y sus entrañas.
El 23 de abril se rinde homenaje al libro, al placer de la lectura y también al reconocimiento de los derechos de autor. Entre recomendaciones, firmas y presentaciones en la antesala de la explosión primaveral de las ferias de un sector que en 2016 movió 2.300 millones de euros, unos cuantos autores también desean celebrar el día de "su" libro.
Dentro de una semana, el 30 de abril, Juan José Nieto (Medina del Campo, Valladolid, 1987) espera ver publicado su primer libro de relatos cortos, Hasta que la noche nos alcance (En Huida). "Publicar esta obra es cumplir una apuesta particular por la escritura, probablemente en contra del sentido común y de lo que mi familia me hubiera aconsejado, pero es algo que tenía desde hace mucho tiempo pendiente", afirma.
Su debut editorial es la proyección ampliada y revisada del trabajo final de un máster de creación literaria, dedicación a la que arribó desde sus estudios de Geografía y que compagina con su labor como entrenador de baloncesto. El deporte es el hilo que une sus relatos, siquiera como "una excusa para hablar de la educación sentimental, del amor, de los logros, de los fracasos y de la gestión de las emociones y de las relaciones humanas".
Una "mirada distinta" de una generación
Un primer paso en el camino de un joven sin ínfulas al que, no obstante, le gustaría labrarse un futuro como escritor profesional. "Creo que puedo aportar una mirada joven, un tanto distinta, de lo que estamos pasando como generación, no solo los millenial, sino los que llegamos a licenciarnos después de la crisis y nos hemos topado con un mercado laboral muy complicado y con muy pocas oportunidades para darnos a conocer", opina.
Publicar un libro es todo un proceso de gestación y alumbramiento, un viaje a Ítaca que pasa en primer lugar por la inspiración creadora, luego por una concienzuda escritura, a menudo trabajosa y silente, y la búsqueda de un editor que pondrá patas arriba el original antes de plasmarlo negro sobre blanco.
En esta última etapa se halla ahora Miguel Ángel Malavia (Cuenca, 1982), historiador y periodista que busca una casa que acoja a su Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno, su particular homenaje en forma de ensayo al escritor y filósofo de la generación del 98.
Mediante las preguntas de 72 autores invitados, pretende traer al presente la voz y el pensamiento de Miguel de Unamuno sobre cuestiones de política, cultura, nacionalismo, feminismo…, habiendo interiorizado antes, explica el autor, "esa pasión y fuerza que siempre tenía Unamuno al dirigirse a las personas, ya fuera a través de la escritura o a través de sus discursos".
Todo un esfuerzo titánico pero humilde de apropiación intelectual (casi espiritual) que este escritor "fascinado" con la figura de Unamuno desea compartir y con el que ahora llama una a una a diferentes editoriales a las que seducir con su proyecto, en un proceso tan "artesanal" como fue el de su propia elaboración, robando horas al sueño y en paralelo a la crianza de un recién nacido.
Venderse en un "mercado persa"
No es fácil hacerse un hueco modesto dentro de un mercado bullente de oferta y concentrado en apenas un par de conglomerados editoriales, Planeta y Penguin Random House, que acaparan el 40% del mercado.
Un "mercado persa", lo califica directamente Mercedes Cebrián, escritora y durante 2018 editora invitada en Caballo de Troya (perteneciente a Penguin), es decir, temporalmente en los zapatos de factótum editorial.
Cebrián da un consejo para que la experiencia del primer libro no sea una decepción para el escritor novato: "Les toca a los autores que publican por primera vez aprender que su libro no es el único. Es como saber que vas a una casa con más hermanitos, muchos hermanitos de todo el mundo, y también eso ayuda a la escritura, porque sabes que lo tuyo no es algo único".
Un fenómeno poético "por casualidad"
En cambio, el primer libro de Patricia Benito (Las Palmas, 1978), Primero de poeta, fue tal fenómeno que invirtió el orden natural de la industria literaria: un poemario que fue un éxito de ventas por sí solo antes de ser auspiciado y relanzado hace un año por un sello editorial, Aguilar.
Un solo verso, "Vive, joder. Vive" (el clásico carpe diem pasado por las formas de la nueva poesía), se hizo lema viral y elevó lo que era una simple autoedición para regalo familiar navideño a éxito de internet y, desde hace un año, a una publicación que ya alcanza su novena edición y supera los 15.000 ejemplares vendidos, un auténtico hito en el terreno de la poesía.
Un éxito tan contundente como no buscado, la utopía de cualquier literato emergente, que Benito disfruta dejándose llevar, ya que, como siempre dice, "todo lo que ha pasado alrededor de este libro es por casualidad".
Una historia para creer en el poder transformador de la literatura, que a esta escritora sin antecedentes, que fue crupier en un casino y trabajó en un hospital en Barcelona, la ha hecho afincarse en Madrid procedente de Logroño, donde un buen día asistió a un recital de poesía que le sirvió para "descubrirse" a sí misma y lo que le rodea. "Fue como una especie de autopsia de recolocar todas las cosas, los principios y los futuros", recuerda.
¿Y después del primer libro?
Si publicar la primera obra puede ser complicado, escribir la segunda puede suponer un obstáculo mayor por el efecto de las expectativas propias y ajenas, el de la libertad del anonimato condicionada por la crítica.
"Hay que trabajar eso, hay que intentar que no te afecte, porque al final escribes para ti, o al menos esa creo que es la misión. Si te pones a pensar en que escribes para los demás creo que pierdes un poco la magia", apunta Patricia Benito sobre la idea de 'promocionar' a segundo curso de poeta.
Para Malavia, sería su segundo libro, después de una recopilación de artículos y reflexiones que publicó hace dos años, pero no duda de que el que tiene entre manos sería la obra de su vida. "No me veo haciendo otro libro que me llenara más", se sincera.
Con las gafas de editora y la experiencia propia de haber trocado el "romanticismo" de los comienzos por el "realismo" de la industria editorial, Cebrián advierte sobre el celo protector y "naïf" del autor primerizo sobre su criatura.
"Hemos vivido con la fantasía de que un libro fuera una especie de joyita. Toda emanación del yo parece que tiene que tratarse entre algodones, aunque finalmente es un producto que va a un mercado donde compiten otros muchos, y allí pierde un poco la inocencia. Pero ¿qué hay de malo en perder la inocencia?", se pregunta.
Epílogo
Cuando la trama es circular y la persona que ayer escribía se convierte hoy en la que edita, ¿qué es lo que publicará?
Mercedes Cebrián ha buscado en los seis libros que sacará antes de que acabe el año aquellos que le gustaría encontrar como lectora, dentro de la variedad de géneros. Por eso, al terminar 2018 habrá publicado diarios, una autoficción, una novela y una crónica de viajes, entre otros.
"No tenía la obsesión de descubrir gente muy joven", justifica para beneficio de la propia historia. "Yo creo que la gente tiene primero que vivir un tiempo, no ya acumular unas experiencias de vida muy aventureras o complicadas, pero sí acumular cierta madurez".
Cervantes tenía casi 58 años cuando vio la luz la primera parte de El Quijote y llevaba 20 años sin publicar. Sin ánimo de comparar, no le falta razón.