Eurostat confirma que España cerró 2017 con un 3,1% de déficit y cumplió el objetivo marcado
- España fue el país con mayor déficit público de toda la UE
- Estos datos, que incluyen las ayudas a la banca, coinciden con los del Gobierno
- La oficina europea estima que la deuda de España bajó hasta el 98,3% del PIB
España terminó el año pasado con un déficit público del 3,1% del PIB, según la primera estimación de la oficina estadística de la Unión Europea, Eurostat. Este dato permite cumplir el objetivo marcado al país por la UE.
En cifras absolutas, el desequilibrio entre ingresos y gastos sumó 36.233 millones de euros, frente a los 50.401 millones del año anterior (4,5% del PIB).
Estos datos cuadran con los datos del Ministerio de Hacienda español que situó el déficit del pasado año en 35.758 millones de euros, el 3,07% del PIB, sin ayudas a la banca. Una vez que se incluyen las ayudas a la banca (475 millones de euros), el dato de déficit público de 2017 asciende al 3,11% del PIB, mejorando el 4,51% del año previo.
En cuanto a la deuda pública, la oficina estadística europea confirma la cifra de 1,144 billones de euros, el 98,3% del PIB español, por debajo también del 99% registrado en 2016. Con este dato, España fue el quinto país de la UE con el porcentaje de deuda sobre PIB más elevado.
Un déficit del 0,9% de media de la eurozona
En la zona euro, la media del déficit público se situó en el 0,9% del PIB, seis décimas menos del 1,5% de 2016. En el conjunto de la UE, este desequilibrio se quedó en el 1%, frente al 1.6% del ejercicio anterior.
La media de la deuda pública se situó en el 86,7% al cierre de 2017 (89% en 2016) en los 19 países de la eurozona, mientras que la media de los Veintiocho de la UE quedó en el 81,6% (83.3% un año antes).
España y Portugal (-3%) fueron los dos únicos países cuyo déficit fue superior al 3%.
Doce países con superávits
Doce países de la UE terminaron el año con superávit, entre los que destacan Malta (un 3,9% de superávit), Chipre (1,8%), República Checa (1,6%), Luxemburgo (1,5%), Suecia y Alemania (ambos con un superávit del 1,3%), Países Bajos (1,1%) y Dinamarca (1%).
Aunque con superávits más bajos, Bulgaria (0,9%), Grecia y Croacia (ambos con un 0,8%) y Lituania (0,5%) también registraron un dato positivo en sus cuentas públicas, mientras que Eslovenia consiguió equilibrio entre ingresos y gastos.
Entre los déficits, los más bajos fueron los de Irlanda y Estonia (ambos con un 0,3% de déficit). Después aparecen Letonia (-0,5%) y Finlandia (0,6%).
En lo referente a la deuda, los porcentajes más bajos se registraron en Estonia (9%), Luxemburgo (23%), Bulgaria (25,4%), República Checa (34,6%), Rumanía (35%) y Dinamarca (36,4%).
Quince Estados miembros cerraron el ejercicio con ratios de deuda superiores al 60% (límite máximo fijado en el Pacto de Estabilidad) y, dentro de ese grupo, los más altos fueron los de Grecia (178,6%), Italia (131,8%), Portugal (125,7%), Bélgica (103,1%) y España (98,3%).
Tres países con fuerte impacto de las ayudas a la banca
En su publicación de este lunes, Eurostat destaca que, el año pasado, todos los Estados miembros registraron un impacto muy limitado en el déficit por las ayudas proporcionadas a la banca, excepto Portugal (donde supusieron el 2,4% del PIB), Chipre (0,4% del PIB) e Italia (0.4% del PIB).
En el extremo contrario se situaron Lituania, Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos, donde la intervención en las entidades financieras les reportó ingresos que les permitieron una mejora del déficit del 0,1% del PIB en todos los casos.
En el período de 2007 a 2017, los mayores incrementos del déficit provocados por las ayudas a sistemas financieros nacionales se registraron en Irlanda, Grecia, Eslovenia y Chipre, recuerda Eurostat.
Reservas sobre los datos de Francia, Hungría y Bélgica
La oficina estadística europea muestra sus reservas respecto a los datos proporcionados por tres países: Francia, Hungría y Bélgica. En los tres casos, discrepa con la clasificación realizada por sus gobiernos de algunas entidades públicas, incluyéndolas o excluyéndolas de las cuentas públicas.
El caso de Francia es el más llamativo, ya que su déficit del 2,6% en 2017 parece garantizarle la salida del procedimiento de déficit excesivo, ya que habría bajado del nivel del 3%.
Sin embargo, la exclusión de la Agencia Francesa de Desarrollo del sector gubernamental -al contrario del criterio de Eurostat- podría llevar a un aumento del déficit público cuando se realice su reclasificación como sector público.
Además, la oficina europea advierte de que la inyección de 2.500 millones de euros de capital del Estado en la empresa AREVA (equivalente al 0,1% del PIB francés) debería incluirse como transferencia de capital y, por tanto, tendría impacto en el déficit público del país.