París, una vez más ciudad refugio
- Mientras las autoridades galas endurecen el control de los inmigrantes, MSF abre un albergue al norte de París para menores no acompañados
- Unos 25.000 jóvenes solicitaron en Francia en 2017 el estatuto de menor no acompañado. Sólo lo obtuvieron el 30% de los solicitantes
Miles de kilómetros por tierra y por mar para escapar de la miseria, penalidades indescriptibles en soledad, sin familia y a merced de las redes de trata de personas... Esta es la imagen más aproximada de numerosos menores africanos que hoy deambulan por Parístras haber acometido un viaje peligrosísimo en el que incontables inmigrantes han dejado la vida.
Para muchas de estas criaturas llegar a París no es alcanzar la tierra prometida, es el comienzo de otras calamidades en un país que, al igual que otros estados europeos, está endureciendo las condiciones de acogida.
La falta de recursos en muchos países del continente africano hace que cada vez más padres paguen a sus hijos el pasaje en una patera para que crucen el Mediterráneosin acompañarlos; quieren que abandonen esos estados destruidos por conflictos como los de Mali, Costa de Marfil, Guinea, Sudán, Eritrea o Libia.
“Muchos adolescentes son golpeados o forzados; las chicas son violadas, secuestradas o vendidas a redes de prostitución“
En estos viajes a la búsqueda del anhelado paraíso, según la coordinadora de Médicos Sin Fronteras en Francia (MSF), Corinne Torre, "bastantes de esos jóvenes, muchos de ellos en la adolescencia, son golpeados o forzados; en el caso de las chicas violadas, secuestradas y vendidas a las redes de prostitución". Cuando cuando consiguen llegar al país galo y piensan que están fuera de peligro, "deben vivir en las calles en condiciones alarmantes en medio de grupos de adultos y a merced de las mafias" afirma Torre.
Acogida para los más vulnerables
Por estas razones, entre otras, desde el pasado mes de diciembre MSF, la ONG creada en París en 1971 por un grupo de médicos y periodistas, ha puesto en funcionamiento el primer centro diurno de acogida para menores sin familia. Un refugio provisional en la ciudad de Pantin, al norte de París, que cuenta con un amplio equipo traductores, psicólogos, abogados, médicos y voluntarios para atender a los adolescentes .
Cuando los menores no acompañados llegan a Francia, son tutelados por los servicios de la Asistencia Social para Niños. Pero antes de recibir esa atención deben de ser reconocidos como tales por el sistema de evaluación de menores extranjeros no acompañados; el conocido como DEMIE (Dispositif d’Evaluation des Mineurs Isolés Étrangers, en francés).
Este procedimiento, criticado por las organizaciones de derechos humanos y ONG francesas, rechaza hasta el 85% de las solicitudes que recibe y conlleva la extradición de quien formaliza la petición de la condición de refugiado. Para hacerse una idea de la dimensión del problema basta con saber que el pasado año unos 25.000 jóvenes pidieron el estatuto de menor no acompañado.
Macron, contra la inmigración
La importancia que ya tiene el centro diurno de MSF en Pantin se pone especialmente de manifiesto por las políticas del gobierno de Emmanuel Macron, quien ha decidido endurecer el control de los inmigrantes.
El proyecto de ley que tramita en estos días la Asamblea Nacional, una de las promesas electorales del joven presidente de la República, reduce los plazos para solicitar asilo -de 120 días a 90- y pone en marcha controles policiales exhaustivos en aquellos albergues donde viven provisionalmente los inmigrantes.
“Macron no quiere ver pobres en las calles, pero la realidad es que cada vez son más los inmigrantes irregulares (Corinne Torre, MSF)“
Igualmente, los planes del gobierno también pasan por aumentar las penas de cárcel para aquellos que entren en el país de forma irregular o utilicen documentos de identidad falsos. Como dice la responsable de MSF en Francia, Corinne Torre, "Macron no quiere ver pobres en las calles, pero la realidad es que cada vez son más los inmigrantes irregulares que se ven".
Cuidados básicos y asistencia
En su intención de apoyar a los expatriados más jóvenes, el centro de Pantin puede albergar, por cuestiones de presupuesto y calidad, a 50 personas al día, ya sean recién llegados, en tránsito o rechazados por pertenecer a otros grupos o minorías, sociales, religiosas o étnicas.
Desde las 9 hasta las 17 horas, aquellos adolescentes que previamente han sido admitidos tienen a su disposición comida caliente y salas de aseo, descanso y consulta médica. Igualmente, los voluntarios les ayudan a localizar aquellos lugares y asociaciones o colectivos donde pueden conseguir ropa, comida o donde vivir en condiciones de normalidad.
La estancia en el refugio es como máximo de tres meses, excepto para aquellos menores que han llegado con signos de tortura o abusos, en cuyo caso pueden estar hasta seis meses. Una de las principales preocupaciones de los responsables del centro de MSF al norte de París es conseguir atraer al albergue al mayor número de mujeres; actualmente sólo hay seis, pero se sabe de la existencia de muchas por las calles de París.
Según Corinne Torre, la razón de que sean tan pocas las muchachas que acogen es debido a que estas son las más propensas a ser secuestradas y caer en las redes de prostitución.
En Francia, se registraron en 2017 poco más de 100.000 solicitudes de asilo, un récord, según la Oficina Francesa de Protección de Refugiados y Apátridas. La realidad es que sólo el 33% de los inmigrantes consiguieron una respuesta favorable en primera instancia.