42 muertos durante las protestas en Nicaragua, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos
- También ha confirmado que hay desplazamiento forzado de jóvenes
- Otras organizaciones de derechos humanos han informado de hasta 63 muertos
- La población pide la renuncia de Ortega y de su esposa, la vicepresidenta Murillo
El número de muertos confirmados en las protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua asciende a 42 personas, mientras se confirma que hay desplazamiento forzado de jóvenes, ha informado el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH).
"Tenemos confirmados 42 fallecidos, y tres por constatar", ha dicho a Efe una integrante del CENIDH, Meyling Sierra.
Aunque otras organizaciones defensoras de los derechos humanos han informado de hasta 63 muertos, basados en listas oficiales y no oficiales, los datos del CENIDH son más conservadores debido a que no incluyen a nadie hasta que sus expertos no contrasten las fichas de las víctimas, verifiquen el cuerpo y su familia lo reconozca.
Aunque el último dato sobre desaparecidos que ofreció el CENIDH fue de 48 personas, Sierra ha advertido de que el mismo es ahora más incierto que nunca, debido a que hay "desplazamiento forzado", considerado como una grave violación de los derechos humanos, ya que los desplazados tienen que emigrar de su ciudad o país.
"Hay desplazamiento forzado, sobre todo de los jóvenes que participaron en la manifestación, ellos tienen temor a represalias, ni siquiera se atreven a poner una denuncia", ha dicho Sierra. La integrante del CENIDH ha señalado que incluso las mismas familias de los jóvenes los han obligado a ocultarse lejos de sus casas.
La crisis que atraviesa Nicaragua cumple once días
La crisis que atraviesa Nicaragua cumple hoy once días, en los cuales el presidente Daniel Ortega ha visto una protesta masiva contra su Gobierno, especialmente después de que fuerzas de choque oficialistas dirigidas por la Juventud Sandinista y la Policía Nacional utilizaran la violencia para reprimir a los manifestantes.
Las protestas comenzaron con reclamos de medidas de seguridad social y continuaron a pesar de que el mandatario revocó su decisión.
Ahora los nicaragüenses reclaman la renuncia de Ortega y de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, porque los consideran represivos, corruptos, violadores de los derechos humanos, así como de los derechos civiles y de las libertades públicas, entre otros.
Aunque existe la posibilidad de un diálogo entre el Gobierno y el sector privado para superar la crisis, con la mediación de la Iglesia Católica, la población no se siente identificada con el mismo. No obstante, el clero nicaragüense ha llamado este sábado a una "Peregrinación por amor a Nicaragua", en la que se esperan miles de personas que piden el cese de Ortega como presidente.