Enlaces accesibilidad

'Señores del mar', un alegato contra el olvido de nuestros héroes

  • El historiador Agustín Ramón Rodríguez documenta la vida de 11 destacados marinos
  • En España a veces "se oculta, tergiversa o deforma la Historia", lamenta

Por
Imagen de portada de 'Señores del mar', de Agustín Ramón Rodríguez
Imagen de portada de 'Señores del mar', de Agustín Ramón Rodríguez

La Historia con mayúsculas es la medicina contra el olvido, pero también contra la manipulación de los hechos, contra el moldeo ideológico y populista de la verdad.

Frente al uso torticero de la Historia, rigor, documentación y análisis serio de los hechos basado en los registros documentales de decenas de operaciones navales con nombre propio, el de grandes marinos olvidados que fueron pilares de la Real Armada. Hablamos con Agustín Ramón Rodríguez, historiador, miembro de la Real Academia de la Historia, sobre su último libro: Señores del mar.

PERIODISTA.- Comencemos por un desliz o manipulación intencionada. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, encuadraba al almirante Pascual Cervera y Topete en la ideología fascista, para justificar la retirada de su nombre de una calle que ahora está dedicada al actor Pepe Rubianes.

AGUSTIN RAMÓN RODRÍGUEZ.- Realmente llama la atención. El almirante Pascual Cervera y Topete murió en 1909. Por entonces Adolf Hitler estaba en Viena, en el paro y con trabajos eventuales. No era más que un chaval que no sabía qué hacer con su vida. Benito Mussolini era un destacado miembro del Partido Socialista italiano, y director de un periódico. Parece extraño que cuando los líderes del fascismo estaban en esto, el almirante ya fuera fascista. Además el almirante fue Ministro de Marina, durante un corto período nada menos que con Práxedes Mateo Sagasta, revolucionario del 68, reconocido hombre progresista liberal y masón de alto grado. Desde el punto de vista de la Historia no tiene ningún sentido.

Agustín Ramón Rodríguez, miembro de la Real Academia de la Historia

Agustín Ramón Rodríguez, miembro de la Real Academia de la Historia

P.- ¿Puede ser uno de esos casos en los que la historia se manipula para utilizarla como arma ideológica contra los que piensan diferente, contra todo lo que suene a militar?

A.R.R.- En esto tenemos en España un largo recorrido. De cómo se oculta, tergiversa o deforma la Historia, según intereses concretos. Me llama la atención que los republicanos españoles que ahora se declaran profundamente antimilitaristas parecen olvidar que el himno de Riego, el de la II República Española, no es más que el himno de un general español que le pidió al Rey Fernando VII que respetara la Constitución de Cádiz. Si recordaran que Don Rafael de Riego era un general del ejército español, se llevarían una gran sorpresa.

P.- Uno de los que compartió misión con el Almirante Cervera, incluido en su libro, es Joaquín Bustamante y Quevedo, un ilustrado que hizo cosas tan importantes como valorar la operatividad del submarino que inventó Isaac Peral.

A.R.R.- Era un chaval de un pueblo de Cantabria, de Santa Cruz de Iguña, es un ejemplo de que se puede ser un gran técnico, un gran científico, una gran persona y además un héroe. Fue uno de los introductores en España de la electricidad. Tanto en alumbrado como en teléfono, cuando no se sabía ni qué era aquello. Justamente por ser un experto electricista le llamaron para que asesorara a la junta que evaluaba el submarino de Peral, que era un buque de propulsión eléctrica. Hubo una correspondencia entre los dos y cierta deferencia entre los dos, pero Bustamante cuando ve que la cosa se complica con la política, con influencias, pide que le quiten de la junta porque no está de acuerdo con lo que le hacen a Peral.

P.- Otros como José Ferrandiz y Niño y Jaime Janer Robinson, sirvieron de medicina contra el desastre del 98.

A.R.R.- Ojalá otros dramas se la sociedad española se pudieran superar con ayuda de personas como estas. Don José Ferrandiz y Niño lo hizo cambiando la Armada de arriba a abajo. Desde las construcciones navales hasta la organización de los cuerpos. Evitó, por ejemplo, que hubiera almirantes ancianos. Y don Jaime Janer, un gran marino dentro de la tradición ilustrada, que con 27 años, cuando era teniente de navío se ganó la Legión de Honor francesa por sus aportaciones al tiro naval. También, por cierto, quisieron quitarle una calle.

P.- Son 11 personajes. 11 marinos que tienen vidas que al estudiarlas, al analizarlas, parecen varias de las actuales. Es el caso, por ejemplo de Andrés de Urdaneta, siglo XV.

A.R.R.- Eran conscientes de que su esperanza de vida era muy corta. Maduraban prontísimo, con trece o catorce años eran adultos. Tenían que aprovechar hasta el último resquicio. Había en ellos tanto dentro que eran capaces de pasar de ser colonizadores en América, a descubridores navegantes, ganar varias batallas, luego tener una crisis mística y meterse a fraile o cura, tener hijos, criarlos..., son como varias vidas de las nuestras, y bien aprovechadas. Con los hijos había un problema de conciliación. No para los nobles o ricos, ni para los muy pobres. Para la gente que tenía horizontes laborales o intelectuales era muy complicado, se casaban cuando eran muy mayores y habían hecho camino.

P.- A Andrés de Urdaneta le defines como un 'héroe de la globalización'.

A.R.R.- El gran mérito de Colón fue planear la vuelta al mundo. Él quería llegar a China y a Japón, pero se tropezó con América. Después Magallanes y Elcano consiguen dar la vuelta al mundo. Pero curiosamente sucede como en el caso de Colón, el problema no era llegar si no poder volver. Colón resolvió la vuelta desde América. Lo que resuelve Urdaneta es descubrir el camino de vuelta desde extremo oriente, China y Japón, hacia Panamá. Descubriendo que ha de hacer como Colón, remontar hacia muy arriba para encontrar vientos favorables.

P.- Háblenos de cómo ha sido recuperar estas historias, son muchos datos, operaciones navales, intrahistoria detectivesca, espionaje... ¿Dejaron testimonios propios de su vida?

A.R.R.- Es complicado encontrarlos. Lo más estudiado ha sido por documentación. En España tenemos muchísima información oficial, y sin haberse trabajado. La riqueza documental es impresionante. En otros países incluso por el clima - la humedad es fatal para el papel - tienen muchos problemas con eso. Aquí es impresionante todo lo que hay conservado, pero hay que trabajarlo bien y lleva tiempo.

P.- ¿Cuál destacarías por encima del resto de estos grandes olvidados?

A.R.R.- Don Joaquín Bustamante rechazando recompensas porque estaba convencido de que lo que hacía era cumplir con su deber y que nadie le debía nada. O esa historia tan bonita de un pobre niño, Juan Gutiérrez de Garibay, siglo XVI y XVII abandonado por sus padres, y con catorce años, se va desde Valladolid a Sevilla para enrolarse como soldado en las flotas de Indias. Lucha desde Florida hasta el Estrecho de Magallanes, y no siendo nadie y sin apoyo consigue ser un gran Almirante, que trajo sin problemas 16 flotas de Indias y murió como un señor en Sevilla con dinero y consideraciones.

P.- Algunos de ellos tienen historias que parecen sacadas de una novela de espías. Es el caso de Pedro de Zubiaur: marino, diplomático, espía e inventor...

A.R.R.- Lo reúne todo. Espía y que pasa varios años en cárceles en Inglaterra, que es donde aprovecha para aprender el idioma. Allí organiza una operación de rescate de prisioneros ingleses, y antes se fija en una máquina empleada para sacar agua de los ríos y emplearla para regar el campo. Y él la mejora, la patenta y la introduce en España. Suele pasar que estos personajes que el continuo trasiego de gentes, puertos y realidades les otorga una curiosidad universal. Las únicas personas que sabían idiomas eran justamente los marinos y por necesidades laborales.

P.- Otros han quedado eclipsados por su propia saga familiar, es el caso, por ejemplo, de los Bazán...

A.R.R.- Sí. Y no es usual. Ya conoces el refrán "Abuelo trabajador, hijo caballero y nieto pordiosero", es decir que nos dejamos llevar por la herencia. Pero es sorprendente el caso de los Bazán. Una estirpe de grandes marinos y almirantes que se prolonga durante dos siglos. Desde el padre de Bazán, famoso hasta el último Bazán en línea directa. De padres a hijos hasta finales del reinado de Carlos II, siglo XVI y XVII. Es algo curiosísimo. En nuestro país esas dinastías profesionales suelen ser raras.