El exdelfín del presidente chino, condenado a cadena perpetua por aceptar 22 millones de euros en sobornos
- Sun Zhengcai fue ministro de Agricultura chino y miembro del Politburó
- Se le priva de sus derechos políticos de por vida y se confiscan todos sus bienes
- El tribunal considera probado que utilizó sus cargos políticos para enriquecerse
El que fuera delfín del actual presidente de China ha sido condenado a cadena perpetua por aceptar sobornos de 170 millones de yuanes (unos 22 millones de euros). Sun Zhengcai, exministro de Agricultura chino y antiguo secretario general del Partido Comunista (PCCh) en la influyente provincia de Chongqing, es el más alto cargo condenado en la campaña anticorrupción iniciada por el presidente Xi Jinping después de que Bo Xilai, exrival del líder chino, recibiera la misma sentencia en 2013.
La sentencia de los tribunales de la ciudad de Tianjin contra Sun también incluye la privación de sus derechos políticos de por vida, la confiscación de todas sus propiedades personales y la devolución al Estado de sus ganancias ilegales y la rentabilidad obtenida con ellas.
El juicio contra Sun, quien hasta su caída en desgracia era considerado uno de los principales candidatos para suceder al presidente chino, Xi Jinping, comenzó en abril y este martes se ha conocido su resolución, que establece como probado que aceptó, de manera directa o a través de terceros, sobornos por valor de 170 millones de yuanes entre 2002 y 2017.
"La ambición política y sus deseos egoístas se exacerbaron"
En julio de 2017, el órgano anticorrupción del PCCh inició investigaciones contra Sun, que entonces era miembro del influyente Politburó del partido y, en septiembre de ese mismo año, fue expulsado de la formación y destituido de todo cargo político.
En febrero de este año, la Fiscalía presentó su acusación contra Sun, de 54 años, en la que se aseguraba que se había aprovechado de los cargos políticos que había ocupado en Pekín o en la provincia nororiental de Jilin para recibir grandes sumas de dinero y propiedades.
Sun "admitió su culpa, mostró arrepentimiento y señaló que aceptaría sinceramente la sentencia de los tribunales", según informaron las autoridades al comienzo del juicio.
"La ambición política y sus deseos egoístas se exacerbaron", lo que llevó a esta antigua estrella emergente de la política china a "romper la disciplina del Partido y corromperse", explicaron también en ese momento.
El juicio a Sun se enmarca en la campaña anticorrupción iniciada por Xi desde su llegada a la presidencia en 2013, que se ha saldado con castigos a más de un millón y medio de altos cargos del Partido Comunista, entre ellos algunos de los más poderosos responsables políticos y militares de la pasada década.
Su caso no es el primero que se produce en Chongqing, zona de gran importancia por su proximidad a la presa de las Tres Gargantas, donde Bo Xilai, exministro de Comercio de China y a quien sucedió el propio Sun como secretario general del partido en la provincia, fue condenado también a cadena perpetua por corrupción.
La esposa de Bo, por su parte, fue enviada también a prisión de por vida acusada de asesinar a un empresario británico.