La alargada sombra de Puigdemont sobre Quim Torra
- Torra insiste en que el "president legítimo" es Puigdemont y que lo "investirán"
- Torra hará su primer viaje como president a Berlín para verse con Puigdemont
- Asume una bicefalia y la oposición lo llama "títere" y "marioneta"
- Sin detallar, habla un 'Consejo de la República' que podría dirigir el expresident
- Ha sido investido por mayoría simple manteniendo un claro pulso al Estado
"Pido la confianza del Parlament de Cataluña en mi nombre y en el de Puigdemont". La inédita fórmula escogida por el nuevo presidente de Cataluña, Quim Torra, para ganarse el voto de los diputados puso de manifiesto que no dará paso en esta nueva etapa sin contar con el expresident. No solo eso. En sus dos discursos ante el pleno, el del sábado y el de este lunes, Torra ha insistido en que el suyo será un mandato "provisional" y "excepcional" porque el presidente cesado "volverá a ser investido tarde o temprano"; y sus primeras palabras nada más ser proclamado, también han ido dedicadas a quien le precedió en el cargo para comprometerse, una vez más, a cederle el puesto en cuanto sea posible.
Torra, el primer president sin carné de partido, le ha otorgado así durante toda su sesión de investidura un protagonismo total y absoluto a Puigdemont, que espera la decisión judicial del Tribunal de Schleswig-Holstein sobre su extradición a España, donde está procesado por los delitos de rebelión y malversación.
"Nuestro presidente es Puigdemont", ha reiterado Torra en cada una de sus intervenciones. La sombra de Puigdemont será alargada en el Parlament y en la Generalitat y parece que su sucesor le va a tener más que presente en su mandato que comenzará en breve.
Torra ofrecerá este martes su primera rueda de prensa tras ser proclamado y no lo hará en Barcelona, sino en Berlín junto a Puigdemont, según han informado a TVE fuentes de Junts per Catalunya. Toda una declaración de intenciones.
El expresident se ha atrevido incluso a poner posible fecha de caducidad al mandato de Torra: octubre de 2018. En cinco meses se convocarán elecciones, si "el Estado sigue la persecución", dijo el sábado en pleno discurso de un candidato que ocupó el puesto once en la lista de Junts per Catalunya en las elecciones del 21-D y que solo él elegió a dedo.
Nada más acabar la votación este lunes en la Cámara catalana, Puigdemont ha felicitado a Torra vía twitter.
El nuevo presidente de Cataluña forma parte del grupo de absolutos fieles al expresident que han insistido hasta el final en que solo Puigdemont podía ser investido presidente de la Generalitat y que solo han optado por aceptar un candidato alternativo real ante la llegada de la fecha límite, marcada el próximo día 22, para no repetir elecciones.
Bicefalia elegida o asumida por Torra en la Generalitat
La bicefalia elegida o asumida es evidente. "Yo no debería estar aquí", ha reiterado en el Parlament Torra, que este lunes ha insistido en la "excepcionalidad" de su mandato.
Precisamente, por estas palabras, por sus gestos y por su forma de rendir pleitesía constante a su antecesor en el cargo, la oposición ha acusado a Torra de ser un presidente "marioneta" y "títere" de Puigdemont, quien consideran seguirá dirigiendo desde Berlín los designios del nuevo Govern que compondrán Junts per Catalunya y ERC y del que en los próximos días se conocerá la composición total, con las consellerías repartidas al 50%.
Es posible que Torra ni siquiera se siente en el despacho de Puigdemont en el Palacio de la Generalitat.
La bicefalia aceptada por Torra quizá no sea tan bien acogida por los republicanos que llegaron a decir que aceptaban "cualquier candidato" de JxCat antes que ir a comicios de nuevo.
Torra habla de un "Consejo de la República" que podría dirigir Puigdemont
Durante meses se ha especulado con un Govern efectivo desde Barcelona y uno simbólico comandado por Puigdemont. A ERC nunca le ha parecido mal dar un papel puramente alegórico al expresident, pero la línea entre quién toma las decisiones a partir de ahora, si Torra o Puigdemont, parece que puede ser fina.
Se llegó a hablar del 'Espacio Libre de Bruselas' para seguir pilotando el 'procés' hacia la independencia, que ahora podría reconvertirse en 'Espacio Libre de Berlín'.
Lo que está claro es que el futuro judicial del expresident marcará la hoja de ruta del nuevo presidente que ya ha dejado claro que mantiene como objetivo prioritario "hacer república" con la apertura de un "proceso constituyente en Cataluña" y con el impulso de "todas las leyes" que el Tribunal Constitucional tumbó en la pasada legislatura.
Lo que seguro se ha garantizado Puigdemont es poner un presidente que mantiene línea por línea su discurso político.
Torra ha venido a reconocer este lunes que las decisiones no las tomará solo él. Sin dar detalles, ha hablado de un "Consejo de la República", que podría dirigir Puigdemont desde el exterior y también ha citado un "órgano de cargos electos".
No sólo Puigdemont tendrá un papel simbólico, Torra prepara ya un Govern de JxCat y ERC en el que prevé restituir simbólicamente a los consellers cesados Lluís Puig (en Bélgica), Jordi Turull y Josep Rull (ambos prisión), y con Elsa Artadi y Pere Aragonès como figuras de mayor peso, según han informado fuentes de JxCat a la agencia Efe. En todo caso no irá más allá de un gesto "simbólico" inicial. Tendrá previsiblemente poco recorrido una vez sea impugnado por el Gobierno central, que ya llevó al Tribunal Constitucional la reforma de la Ley de la presidencia, que preveía, entre otros aspectos, que los consellers pudieran ejercer sus funciones desde el exterior.
El president investido explicará el valor real o simbólico de estas estructuras paralelas al Govern que el Gobierno de Mariano Rajoy ya ha dicho, en reiteradas ocasiones, no podrán tener un valor efectivo o jurídico.
Más que significativa ha sido la forma en la que ha emitido este lunes TV3 la sesión de investidura con una pantalla desdoblada en la que se podía ver, por un lado, la imagen del Parlament, con las intervenciones de los diputados y del propio Torra; y, por otro, la imagen de Puigdemont viendo el pleno desde un ordenador.