La contaminación por plomo en Groenlandia muestra el ascenso y la caída de las antiguas civilizaciones europeas
- Un estudio analiza las acumulaciones de este metal entre 1100 aC y 800 dC
- Permite identificar hechos como plagas, guerras o expansiones imperiales
- Sus resultados proporcionan una nueva visión para los historiadores
Para conocer el auge y la caída de las antiguas civilizaciones europeas, los investigadores a veces encuentran pistas en lugares poco probables, como en el interior de la capa de hielo de Groenlandia. Hace miles de años, durante el apogeo de los antiguos imperios griego y romano, las emisiones de plomo de fuentes como la minería y la fundición de minerales de plomo y plata en Europa derivaron con los vientos sobre el océano a Groenlandia, una distancia de más de 4.600 kilómetros, y se instalaron en el hielo.
Año tras año, la nieve caída añadía capas a la de hielo, de forma que las emisiones de plomo se capturaban junto con el polvo y otras partículas en el aire, convirtiéndose así en parte del registro del núcleo de hielo que los científicos utilizan actualmente para aprender sobre las condiciones del pasado.
En un nuevo estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, un equipo de científicos, arqueólogos y economistas del Desert Research Institute (DRI), la Universidad de Oxford, NILU -Instituto Noruego de Investigación Aérea- y la Universidad de Copenhague, utilizaron muestras de hielo North Greenland Ice Core Project (NGRIP) para medir, fechar y analizar las emisiones de plomo en Europa que se capturaron en el hielo de Groenlandia entre 1100 aC y 800 dC. Sus resultados proporcionan una nueva visión para los historiadores sobre cómo evolucionaron las civilizaciones europeas y sus economías con el tiempo.
"Descubrimos que la contaminación por plomo en Groenlandia sigue muy de cerca las plagas conocidas, las guerras, los disturbios sociales y las expansiones imperiales durante la antigüedad europea", dice el autor principal del estudio, Joe McConnell, profesor de Investigación de Hidrología en DRI.
Un estudio previo de mediados de la década de 1990 examinó los niveles de plomo en el hielo de Groenlandia utilizando solo 18 mediciones entre 1100 aC y 800 dC; pero el nuevo estudio proporciona un registro mucho más completo que incluyó más de 21.000 mediciones precisas de plomo y otras químicas para desarrollar un registro continuo, fechado con precisión, para el mismo periodo de 1900 años.
Para determinar la magnitud de las emisiones europeas a partir de los niveles de contaminación del plomo medidos en el hielo de Groenlandia, el equipo utilizó simulaciones de modelo de transporte atmosférico de última generación. "Creemos que esta es la primera vez que se usa este modelo detallado para interpretar un registro de la contaminación causada por el hombre y para identificar la región origen más probable de la contaminación", señala el coautor Andreas Stohl, científico senior en NILU.
Se cree que la mayoría de las emisiones de plomo de este periodo se vincularon con la producción de plata, que era un componente clave de la moneda. "Debido a que la mayoría de las emisiones durante estos periodos resultaron de la extracción y fundición de minerales de plomo y plata, las emisiones de plomo pueden verse como un indicador o agente de la actividad económica general", explica McConnell.
Elevadas emisiones de plomo durante la Pax Romana
Usando su cronología detallada del núcleo de hielo, el equipo de investigación buscó vínculos entre las emisiones de plomo y eventos históricos significativos. Sus resultados muestran que las emisiones de polución de plomo comenzaron a aumentar ya en el 900 aC, cuando los fenicios ampliaron sus rutas comerciales en el Mediterráneo occidental. Las emisiones de plomo se aceleraron durante un periodo de mayor actividad minera por cartagineses y romanos principalmente en la Península Ibérica, y alcanzaron un máximo bajo el Imperio Romano.
Las extensas mediciones del equipo proporcionan una imagen diferente de la actividad económica antigua a la que la investigación previa había proporcionado. Algunos historiadores, por ejemplo, habían argumentado que el escaso registro de plomo de Groenlandia proporcionaba evidencia de mejores resultados económicos durante la República Romana que durante el Imperio Romano.
Según los hallazgos de este estudio, los niveles sostenidos más altos de emisiones de contaminación por plomo coincidieron con el auge del Imperio Romano durante los siglos I y II dC, un periodo de prosperidad económica conocido como la Pax Romana. El registro también muestra que las emisiones de plomo fueron muy bajas durante los últimos 80 años de la República Romana, un periodo conocido como la Crisis de la República Romana.
"Las casi cuatro veces más altas emisiones de plomo durante los primeros dos siglos del Imperio Romano en comparación con las últimas décadas de la República Romana indican un crecimiento económico sustancial bajo el dominio imperial", dice el coautor Andrew Wilson, profesor de la arqueología del Imperio Romano en Oxford.
Guerras e inestabilidad política
El equipo también descubrió que las emisiones de plomo aumentaron y disminuyeron junto con las guerras y la inestabilidad política, particularmente durante la República Romana, y se cayó de manera brusca cuando dos grandes plagas golpearon al Imperio Romano en los siglos segundo y tercero. La primera, llamado Plaga Antonina, probablemente fue viruela, y la segunda, llamada Plaga de Cipriano, golpeó durante un periodo de inestabilidad política llamada crisis del siglo III.
"La gran plaga de Antonina afectó al Imperio Romano en el año 165 dC y duró al menos 15 años. Las altas emisiones de plomo de la Pax Romana terminaron exactamente en ese momento y no se recuperó hasta principios de la Edad Media más de 500 años después", explica Wilson.
El equipo de investigación para este estudio incluyó especialistas en núcleos de hielo, científicos atmosféricos, arqueólogos e historiadores económicos, una combinación inusual de experiencia. "Trabajar con un equipo tan diverso fue una experiencia única en mi carrera como científico -resalta McConnell-. Creo que nuestros resultados muestran que puede ser de gran valor colaborar en todas las disciplinas".