J.A. Bayona: "El T-Rex no es más que el resultado de nuestros pecados"
- El director se estrena en la franquicia dinosauria con Jurassic World: el reino caído
- Una película de acción y suspense con fondo animalista
- "Spielberg me dijo que habíamos honrado a Parque Jurásico", afirma.
- RTVE.es entrevista al rey Midas del cine español
Lo cuenta J.A. Bayona: la primera vez que se reunió con Steven Spielberg tenía mariposas en la tripa. Su ídolo, el cineasta con el que se ha moldeado a imagen y semejanza, iba a tutelar su ingreso en la franquicia de Jurassic World. Y la conexión fue inmediata: el rey y el príncipe Midas hablaban el mismo idioma.
Cortamos a dos años más tarde: Spielberg visiona Jurassic World: el reino caído y corre a llamar a Bayona: “Recuerdo que lo primero que dijo fue que habíamos honrado el primer Jurassic Park, que se había transportado otra vez 25 años atrás a la primera película”.
1600 personas asistieron ayer al estreno mundial en el WiZink Center. Bayona decidió que fuese en Madrid. Como decidió que Lo imposible se rodase en España y siempre ha defendido al cine español (se negó a estrechar la mano del entonces ministro de Cultura, José Ignacio Wert, al recibir el Premio Nacional de Cinematografía en 2013 por la política del Gobierno con el IVA cultural). Hay mucho que celebrar en el éxito de J.A. Bayona dentro de la llamada 'marca España'.
Jurassic World: el reino caído retoma los personajes de Jurassic World (2015), es decir, Chris Pratt como el criador de dinosaurios y héroe tipo Indiana Jones, y Dallas Bryce Howard como la activista por la conservación de la especie. Aquí la partida es algo así como ‘salvar al velociraptor blue’. Los dinosauros abandonados en Isla Nubla están amenazados por la erupción de un volcán y una organización aparentemente altruista recluta un equipo para salvar el mayor número de especies posibles.
El derecho a la vida de los dinosaurios
“Es muy interesante el planteamiento de la película: vamos a rescatar animales, no a rescatar personas amenazadas por animales”, explica Bayona en una entrevista para RTVE.es. “Desde el primer momento de lo que se habla es de cuál es nuestro papel respecto a las criaturas que fuimos capaces de traer al planeta 25 años atrás en la primera película”.
Los tiempos han cambiado y el planteamiento es decididamente animalista. "Hay un discurso en el que se habla de la vida, de la vida que se abre camino como decía Ian Malcolm (el personaje de Jeff Goldblum en Parque Jurásico, recuperado en la cinta). En ese sentido habla del derecho a la vida de todas las criaturas, no solo de las personas".
Spielberg confesó a Bayona que al rodar en 1993 al velociraptor abriendo un pomo se inspiró en el nacimiento de la manipulación de objetos en 2001: Una odisea en el espacio de Stanley Kubrick. Ahora, lo que nace es la empatía. "Uno de los claros temas de la película es la empatía frente a la avaricia. En ese sentido me recordaba a Inteligencia Artificial de Spielberg, que en sus primeros cinco minutos obvia el hecho de ser capaces de crear un robot con emociones y se centra en el debato de cuál va a ser nuestra relación con los robots. Algo parecido hay en esta película”.
El monstruo dentro del humano
Hemos llegado al tema que recorre la saga desde el origen de todo, en la novela de Michael Crichton y en la cinta inaugural de Spielberg: las implicaciones morales de la recreación humana de la extinta especia a partir de su rastro genético y su voluntad de lucrarse. ¿Quién son los monstruos? ¿Los humanos o los dinosaurios?
“El monstruo por antonomasia en el mundo jurásico es el T-Rex, pero el T-Rex no es más que el resultado de nuestros pecados, de la línea roja que hemos cruzado”, sostiene. “Es una criatura que aparece para asustarnos, y lo que más miedo da no es el T-Rex, sino lo que hemos sido capaces de crear liderados por esa avaricia, guiados por esa megalomanía política, por esos malos usos de la ciencia. Es importante subrayar que nunca se culpa a la ciencia, que es un don, sino a su uso. Y ahí es donde la película tiene esa vertiente de cuento moral".
La marca Bayona está presente: el suspense se impone a la acción y la narración desemboca en una atmósfera gótica. ¿Tenía miedo el cineasta de perderse en las rutinas de las franquicias?
“Esta es una película de acción, de entretenimiento. Es cine abiertamente lúdico. Y en ese sentido la película tiene que ir todo el rato hacia delante y tiene que darle al público lo que quiere ver". Pero especifica: "Lo que me interesa que la película da lo que quiere, pero no lo que espera. Y eso es lo sorprendente". El resultado llega a los cines el 7 de junio.