La Iglesia chilena suspende a 14 sacerdotes acusados de delitos de abusos sexuales
- Estos religiosos de Rancagua integraban un grupo secreto "La Familia"
- La Conferencia Episcopal chilena califica los hechos de "inaceptables"
- 34 obispos chilenos han puesto sus cargos a disposición del papa
Un total de 14 sacerdotes de la diócesis de la ciudad chilena de Rancagua, vecina a Santiago, han sido suspendidos por la Iglesia católica por estar presuntamente involucrados en delitos de abuso sexual.
En un comunicado, la diócesis informó de su decisión después de la difusión de un reportaje del Canal13 de Chile, que dio cuenta de abusos sexuales y conductas impropias por parte de un grupo de prelados de esa ciudad, situada a 90 kilómetros al sur de Santiago. Todos ellos pertenecerían, según la investigación periodística, a una cofradía llamada "La Familia".
"Se ha restringido de su ministerio sacerdotal a 14 sacerdotes. Lo que significa que se ha tomado conocimiento, fundamentalmente por lo expuesto por los medios de comunicación, de que estos sacerdotes han incurrido en acciones que pueden constituir delitos tanto en el ámbito civil como canónico", precisó el presbítero Marcelo Lorca en el texto, hablando en nombre del obispo de Rancagua, Alejandro Goic.
Entre las determinaciones anunciadas se señaló que se han adoptado "medidas tanto pastorales como judiciales". Advirtió, sin embargo, que por el momento no se cuenta con antecedentes de que las acciones de los sacerdotes suspendidos sean constitutivas de delitos desde el punto de vista jurídico. "Por ello se está cotejando toda la información que se posee y las medidas pastorales que se adoptan tendrán relación a ello", subrayó.
El secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh), el obispo Fernando Ramos, ha calificado los hechos como "inaceptables". "Creo que don Alejandro (Goic) ha hecho un acto de gran humildad de pedir perdón por la poca celeridad que tuvo, porque efectivamente hubo poca celeridad", según recoge el diario local La Tercera.
Por su parte, la portavoz del Gobierno chileno, Cecilia Pérez, ha asegurado que la situación es de "máxima gravedad (...), sobre todo por el voto de confianza que existe en la relación de un feligrés justamente con el sacerdote o su obispo".
Denuncia ante la fiscalía
El presbítero Lorca explicó que se hizo una denuncia ante la fiscalía de ciudad Santa Cruz con los antecedentes que ha proporcionado el canal de televisión y que se pondrá toda la información con que cuenta la diócesis a disposición de la Fiscalía.
En la emisión del reportaje televisivo, el sacerdote Luis Rubio, de la comuna de Paredones, fue entrevistado por las imágenes de fuerte contenido sexual que enviaba a menores y que él mismo admitió al ser confrontado por el periodista.
La diócesis de Rancagua ha precisado que desde el momento que se toma conocimiento de la denuncia, en 2013, este cura no ejerce ninguna función en la Iglesia y que él presentó su dimisión al diaconado, estando todos sus antecedentes en la Santa Sede.
En el reportaje, Elisa Fernández, excoordinadora de pastoral juvenil, denunció que una docena de presbíteros integran un grupo secreto autodenominado "La Familia" que en los últimos años presuntamente ha cometido abusos sexuales y conductas inapropiadas contra menores de edad y jóvenes.
"Hacemos un llamado a quienes tengan información sobre hechos que no se condicen con la fidelidad al sacerdocio, que los den a conocer a las instancias respectivas de la Iglesia", concluye el comunicado de la diócesis de Rancagua.
La Iglesia chilena pide perdón
La decisión de la diócesis de Rancagua se da a conocer horas después de que el presidente de la Conferencia Episcopal, Santiago Silva, reiterara su petición de perdón a la ciudadanía por los casos de abusos sexuales cometidos por décadas por el cura Fernando Karadima.
Los obispos chilenos fueron citados hace algunos días por el papa Francisco al Vaticano para abordar el silencio de la Iglesia suramericana frente a las vejaciones que cometía Karadima, que además eran presuntamente silenciadas por algunos de sus colegas, como el acusado obispo de Osorno, Juan Barros.
En esta reunión, los 34 prelados que asistieron a Roma reconocieron "graves errores y omisiones" al encarar estas situaciones, y decidieron poner sus cargos a disposición del pontífice, lo que será evaluado durante las próximas semanas por el cardenal Bergoglio.
El obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, explicó a los periodistas que los purpurados continúan por el momento "en plenas funciones", a la espera de lo que decida el papa.