Miles de personas se manifiestan en Navarra contra la "imposición" del euskera por el Gobierno foral
- La protesta de colectivos sociales es apoyada por UPN, PSN-PSOE y PP
- Los manifestantes denuncian su "peso desproporcionado" en la función pública
Miles de personas se han manifestado este sábado por las calles del centro de Pamplona para protestar contra lo que consideran una "imposición" del euskera en Navarra y el "peso desproporcionado" que se le está dando en la función pública por parte del Gobierno foral de Geroa Bai, EH Bildu e Izquierda-Ezkerra.
La protesta contra la política lingüística del Ejecutivo de Uxue Barkos, bajo el lema "Por el futuro de todos en igualdad", ha sido secundada por 30.0000 personas, según los convocantes, aunque la Policía Nacional rebaja la cifra a 25.000 y la Policía Municipal, a 15.000, según las cifras recogidas por Europa Press y Efe.
La marcha, que ha arrancado frente al Parlamento Foral y ha terminado frente a la sede del Ejecutivo y en la que se han podido ver banderas navarras y españolas, ha sido convocada por diversos colectivos sociales como la Asociación Cultural Doble 12, Desolvidar y Vecinos de Paz y ha contado con el respaldo de UPN, PSN-PSOE y el PP.
Entre los asistentes han estado entre otros los presidentes de UPN y PP en Navarra, Javier Esparza y Ana Beltrán, respectivamente, la delegada del Gobierno en funciones, Carmen Alba, el expresidente navarro Miguel Sanz y parlamentarios socialistas.
Los participantes en la marcha han hecho el recorrido precedidos de una gran bandera de Navarra y han coreado consignas como "Esto no es Euskadi, es Navarra" y "Libertad de elección, no imposición".
Acusan al Gobierno foral de "perjudicar a la mayoría"
Al término de la manifestación se ha leído un comunicado en el que se ha destacado que el Gobierno de Navarra "favorece a unos pocos a costa de perjudicar a la mayoría" y eso es "una discriminación".
El euskera "forma parte de Navarra, pero es hablado por una minoría", se afirma en el comunicado, que lamenta que el Gobierno de la presidenta Uxue Barkos (Geroa Bai) esté "ciego y sordo a lo que siente una mayoría social".
Tras resaltar que esta manifestación no va contra el euskera, sino contra la política lingüística del Gobierno de Navarra, los convocantes de esta movilización han abogado por "un euskera sin banderas, que no divida, que no discrimine, que sirva tan solo para comunicarse". "Saber euskera es un tesoro, pero no saberlo no es una enfermedad", han concluido.
Los organizadores acusan al Ejecutivo de Uxue Barkos, que fue investida con el apoyo también de Podemos aunque esta formación no está actualmente en el Gobierno, de "pretender adueñarse de la estructura funcionarial de Navarra, cambiando la política de traslados". En su opinión, se da "un peso desproporcionado" a saber euskera.
UPN acusa al Gobierno de buscar el enfrentamiento
El presidente de UPN, Javier Esparza, ha señalado a los medios de comunicación que esta manifestación "reivindica la libertad para poder aprender euskera o no hacerlo, libremente, para que se nos considere a todos con los mismos derechos, porque los ciudadanos tenemos que tener las mismas oportunidades".
Este Gobierno, ha declarado, "lo que quiere y lo que está buscando es un enfrentamiento, también a través del acceso a la función pública" en Navarra.
Por su parte, la presidenta del PP en Navarra, Ana Beltrán, ha defendido la libertad lingüística y ha rechazado "la imposición del euskera en la educación, en las empresas, para acceder a puestos de funcionario en la Administración, sobre todo teniendo en cuenta que hay que respetar al 93% de los castellanohablantes que no hablamos euskera".
"Tenemos tanto derecho a que se nos tenga en cuenta como ese 7% que lo habla", ha dicho Beltrán, que ha destacado que el euskera "es una lengua propia, pero no es una lengua oficial en toda Navarra y por lo tanto no se puede imponer".
El expresidente Miguel Sanz ha comentado que su presencia en la manifestación respondía a su deseo de "decir alto y claro" que no es cierto que con los Gobiernos de UPN "no se hizo absolutamente nada en relación con la normalización y uso del euskera".
"Lo que no se hizo nada es contra la libertad de las personas, ni se utilizó el euskera nunca como un instrumento de ventaja para acceder a la Administración o para conseguir otras ventajas en la vida laboral o empresarial", ha aseverado.