Margarita Robles, rectitud y tenacidad para el Ministerio de Defensa
- Es uno de los apoyos más fieles a Sánchez, por quien rompió la disciplina de voto
- Fue la cuarta jueza española y la primera en presidir una Audiencia Provincial
- En el último gobierno de Felipe González ya fue secretaria de Estado de Interior
- El Centro Nacional de Inteligencia regresa a Defensa y quedará bajo su mando
- Todas las caras del Gobierno de Pedro Sánchez
Margarita Robles, uno de los apoyos más fieles de Pedro Sánchez y su mano derecha estos años en el Congreso, será la ministra de Defensa en el nuevo Gobierno, una cartera de perfil institucional que tendrá de nuevo entre sus competencias la gestión del Centro Nacional de Inteligencia y que quedará en manos de una mujer que ha marcado varios hitos en la judicatura española y a la que tanto allegados como adversarios reconocen su rectitud, su tenacidad y su capacidad de trabajo.
Pese a que desde el primer momento se daba por hecho que Robles, hasta ahora portavoz del Grupo Socialista en la cámara baja, ocuparía uno de los asientos del Consejo de Ministros, la confirmación de su nombramiento y la cartera concreta se han hecho esperar hasta este mismo miércoles, cuando Sánchez ha comunicado la composición del gabinete al rey Felipe VI y lo ha anunciado al completo.
Su destino, en este sentido, ha sido una relativa sorpresa, ya que se le asignaban Justicia o Interior, e incluso ambas carteras. Robles, además, fue secretaria de Estado de Interior en un ministerio de ese tipo bajo el mando de Juan Alberto Belloch, en el último Gobierno de Felipe González; de hecho, fue la primera mujer en ocupar ese cargo.
Ahora, formará parte del Ejecutivo con más mujeres en la historia de España, como titular de un Ministerio bajo el que, según han confirmado fuentes cercanas al presidente, volverá a estar el Centro Nacional de Inteligencia, que regresa así a Defensa después de que Mariano Rajoy lo colocara bajo el control de la Vicepresidencia.
Una mujer pionera en la judicatura y la política
Robles, de 60 años, será la tercera ministra de Defensa de España, tras la socialista Carme Chacón y la popular María Dolores de Cospedal, un hito que se añade a los que ya había alcanzado tanto en su trayectoria política como, sobre todo, en la judicatura: fue la cuarta mujer en acceder a la magistratura, la primera jueza que presidió una sala de lo Penal, la primera también en presidir una Audiencia Provincial, la de Barcelona, y la tercera mujer en acceder al Tribunal Supremo.
Asimismo, fue vocal del Consejo General del Poder Judicial entre 2008 y 2013, un lustro en el que el máximo órgano de gobierno de los jueces suspendió a Baltasar Garzón y forzó la dimisión de su presidente, Carlos Dívar, al desvelarse sus gastos irregulares en viajes privados, un proceso en el que Robles votó a favor de pedir su renuncia.
Desde el inicio de su carrera, se inclinó hacia posturas progresistas, afiliándose a la asociación Jueces para la Democracia, donde conoció a Juan Alberto Belloch. De su mano saltó a la política, primero como subsecretaria de Justicia (1993-1994), un cargo desde el que impulsó los juicios rápidos, y después como secretaria de Estado de Interior (1994-1996).
Siempre ha estado vinculada al PSOE -se ha publicado que rechazó incorporarse a Podemos-, aunque, por su condición de jueza, aún hoy sigue sin ser militante. En cualquier caso, su relación con el aparato del partido ha sido habitualmente distante: siendo secretaria de Estado de Interior, impulsó la investigación de los asesinatos de los presuntos etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala a manos de los GAL y tuvo que lidiar con la fuga del exdirector de la Guardia Civil, Luis Roldán.
Una de las fieles de Pedro Sánchez
En ambos casos se mostró inflexible en su determinación, lo que le granjeó enemistades en el seno del PSOE. Un enfrentamiento que revivió, con mayor intensidad, dos décadas después, en 2016, cuando fue uno de los 15 diputados socialistas que rompieron la disciplina de voto para no facilitar la uno de los 15 diputados socialistas que rompieron la disciplina de votoinvestidura de Mariano Rajoy.
Robles decidió mantenerse fiel a Pedro Sánchez, con el que había encabezado la lista socialista como número dos por Madrid, cuando le forzaron a dejar la secretaria general del PSOE. Le apoyó en las primarias contra Susana Díaz y, cuando Sánchez recuperó el liderazgo del partido, se hizo cargo del Grupo Parlamentario socialista, una considerable tarea teniendo en cuenta que había que restañar las heridas de la batalla interna y que el líder no tenía escaño en el Congreso, lo que le convertía a ella en la cara visible.
Arrastra fama de dura, de luchadora y de trabajadora incansable: "Tiene una capacidad de trabajo infinita, lealtad a pies juntillas, honestidad fuera de toda duda y eficiencia", resumía hace un año Juan Alberto Belloch en una entrevista con El País. Soltera y sin hijos, es aficionada a viajar, lo que le ha llevado a recorrer África, América y Asia.
Tendrá que ponerse al frente de un Ministerio de Defensa que mantiene 17 misiones con más de 3.000 efectivos en el exterior y que afronta importantes decisiones, especialmente la puesta en marcha de un nuevo ciclo inversor con más de 10.000 millones para la renovación del equipamiento militar en los próximos 15 años que era la gran apuesta de Cospedal. A partir de este jueves, quedará en manos de Margarita Robles.