Trump replica al aislamiento en el G7 por los aranceles pidiendo incorporar de nuevo a Rusia
- "Rusia debería estar en esta reunión", ha remarcado el presidente de EE.UU.
- La Unión Europea ya ha rechazado la idea: "Dejemos el G7 como está ahora"
- El encuentro, tenso tras la imposición de aranceles a la UE y Canadá
- Los cuatro miembros europeos y Canadá han hecho frente común contra Trump
La cumbre del G7 ha arrancado este viernes en la localidad canadiense de La Malbaie en medio del pesimismo sobre su resultado dadas las profundas diferencias en comercio y política exterior entre Estados Unidos y sus aliados.
La reunión se anuncia como una de las más tensas entre los socios del club de los países más desarrollados, después de que los miembros europeos y los canadienses hayan hecho frente común contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por la imposición de aranceles y este haya respondido a ese aislamiento dejando caer que Rusia debería volver a incorporarse al grupo.
"Soy la peor pesadilla de Rusia. Pero dicho esto, Rusia debería estar en esta reunión", aseguraba el mandatario estadounidense en la Casa Blanca poco antes de despegar rumbo a La Malbaie.
En términos similares se ha expresado Giuseppe Conte, el nuevo primer ministro italiano, representante de un Gobierno euroescéptico que aboga claramente por la reconciliación con Moscú, quien ya ha dejado claro que está de acuerdo con el mandatario estadounidense.
"Rusia debería ser readmitido en el G8. Es de interés para todos", ha dicho, aludiendo a la nomenclatura del grupo cuando Moscú participaba.
La UE rechaza el reingreso de Rusia
No obstante, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha rechazado inmediatamente esta idea a su llegada a la cumbre. "Dejemos el G7 como está ahora. El siete es un número de la suerte, al menos en nuestra cultura", ha dicho.
De la misma opinión se ha mostrado en la cita la canciller alemana, Angela Merkel, quien ha afirmado que "un regreso de Rusia al G7 no es posible a no ser que se hagan progresos sustanciales en relación al problema de Ucrania. Es la posición común".
Precisamente, Rusia fue expulsada de las reuniones en 2014, después de que Moscú se anexionase la península de Crimea de manos de Ucrania, y, aunque Trump ha pretendido desde el inicio de su mandato iniciar un acercamiento, la investigación por la supuesta injerencia rusa en las elecciones estadounidenses no solo ha afectado a su administración, sino que le han llevado a imponer duras sanciones contra el Kremlin.
Mientras, el principal interesado en el debate propuesto por Trump se ha dicho indiferente: a través del portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, Moscú ha dejado claro que participar en el club no es una de sus prioridades, al señalar que “Rusia se centra en otros formatos, aparte del G7”.
La cumbre se inicia con un almuerzo de trabajo
La reunión ha comenzado con la llegada oficial de presidentes y primeros ministros a Le Manoir Richelieu, el hotel de lujo situado en la localidad de La Malbaie, donde se desarrollará la cumbre este viernes y sábado.
El anfitrión de la reunión, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y su esposa, Sophie Grégoire Trudeau, han recibido uno a uno a los líderes de los otros seis países en los jardines del hotel, situado a orillas del río San Lorenzo y unos 140 kilómetros al noroeste de Quebec.
Todos los líderes, excepto el presidente de Estados Unidos y el primer ministro italiano han acudido a La Malbaie acompañados de sus cónyuges. La cumbre se ha inaugurado con un almuerzo de trabajo que será seguido por la tradicional foto de familia.
Antes del inicio de la cumbre, los presidentes de Francia y de Estados Unidos han mantenido un encuentro, ha informado el propio Emmanuel Macron en Twitter. "Diálogo una y otra vez. Intercambiando, intentando convencer, sin descanso para defender los intereses de los franceses y de todos aquellos que creen en un mundo que podemos edificar juntos", ha escrito Macron en su mensaje.
Macron y Trump se reunieron una segunda vez en La Malbaie, encuentro que estaba previsto y fue cancelado. Ambos dirigentes mostraron su satisfacción por los avances logrados.
"Tuvimos una discusión muy directa y abierta y pensé en la buena voluntad de todas las partes para llegar a un acuerdo y tener un enfoque ganador para nuestra gente, nuestros trabajadores, nuestras clases medias", ha dicho Trump.
Macron, por su parte, ha afirmado que aunque "no están de acuerdo" en algunos aspectos, siempre tienen en mente las "preocupaciones y valores comunes". Además, el presidente de Francia ha dicho que todos los países del G7 tienen "voluntad" de alcanzar un acuerdo en la cumbre.
Tensión entre los aliados
Aunque la agenda establecida por Canadá se centra en temas de igualdad de género, desarrollo económico más igualitario y la lucha contra la contaminación de plásticos en el océano, entre otros temas, ese programa ha saltado por los aires debido al desencuentro entre Trump y el resto de los países que integran el G7 (Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, EE.UU., Canadá y Japón) más la Unión Europea (UE).
La cuestión rusa se ha unido a las tensiones comerciales, que amenazan con resquebrajar un club que desde hace 43 años ha hecho gala de consenso, especialmente en los aspectos económicos. Pero Trump, poco inclinado al multilateralismo, está dispuesto a presentar batalla: "Deseoso de corregir los injustos acuerdos comerciales con los países del G7. ¡Si no ocurre, saldremos incluso mejor parados!", espetaba este mismo viernes en Twitter.
Respondía así a la amenaza de un frente común esbozada este jueves por el presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que criticaban la imposición de aranceles contra la importación de acero y aluminio a los que son los principales aliados y socios comerciales de Estados Unidos.
"El señor Trump cumple sus compromisos de campaña, tiene un carácter previsible", concedía Macron, antes de avisar de que "la guerra comercial no es buena para nadie". Y apostillaba: "Estoy convencido de que Europa mantendrá su unidad todo lo que duré este asunto", en alusión a las represalias impuestas desde Bruselas.
También Trudeu cargó contra la imposición de aranceles, al señalar que justificarlos en la seguridad nacional estadounidense le parecía "de risa", al tratarse de aliados estrechos. Así, entre Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y Canadá, los estadounidenses estaban abocados al aislamiento, con el único respaldo probable de Japón.