Un nuevo hombre, una nueva era, una nueva moda
- Éxito absoluto de Virgil Abloh en su debut en la casa Louis Vuitton
- Dries Van Noten hace un sentido homenaje a Verner Panton
- Yamamoto deconstruye sus prendas en una colección romántica
La expectación era máxima. La pasarela colgó el cartel de lleno absoluto y en la primera fila se sentaban mujeres y hombres tan influyentes como Rihanna, ASAP Rocky, Kim Kardashian y Kanye West, el hombre al que todos miraban. West ha sido una pieza clave en el despegue de Virgil Abloh que se refiere a él como su mentor. Abloh fue asesor artístico de West y juntos bocetaron la que hoy es una de las firmas más importantes del mundo de la moda Off-White.
Abloh presentó el miércoles en París su colección para Off-White pero ahora juega en primera división debutando en la pasarela como director creativo de la casa Louis Vuitton, fundada en 1854, que es sinónimo de lujo.
El desfile tiene varias lecturas pero quizá lo más relevante es el mensaje que el diseñador quiere lanzar: hacer de la diversidad una tendencia social. Por eso los modelos que saltaron a la pasarela eran de distintas razas y culturas. Otro de sus mensajes tiene más que ver con su vida personal. “Todo es posible, tú también puedes hacerlo”, dice Abloh en sus redes sociales para lanzar al mundo una canción de esperanza y hacer creer a la gente que los sueños hay que perseguirlos porque, a veces, se cumplen; vengas de donde vengas, estés donde estés.
El desfile comenzó con prendas en blanco radiante, tono que destacaba especialmente sobre chicos negros. Los guiños al hip-hop se rebajan y hacen elegantes e incluso las típicas cadenas de oro de los raperos se tiñen de blanco para lograr un total look inmaculado. Cazadoras acolchadas de estilo esgrima, chaquetas de tacto peluche, pantalones y chalecos cargo con varios bolsillos, camisetas transparente…
Los patrones juegan a pegarse al cuerpo o a ocultarlo por completo, siempre en un estilo urbano, buscando la comodidad y la versatilidad de las prendas que tienen el poder de funcionar a cualquier hora del día. Se acabaron los protocolos, ya no hay ropa de día, de tarde o de noche. Ahora hay piezas que, depende cómo y con qué te las pongas, adquieren un estilo u otro diferente. Casi todos los desfiles vistos hasta ahora tienen varias cosas en común, pero sobre todo destaca el apego a las prendas tradicionales que ahora se 'venden' con tejidos novedosos y detalles de autor.
Poco a poco la paleta de colores crece en intensidad y riqueza. Vemos prendas en camel, a veces mezcladas con otras en amarillo ácido, verdes, rosas potentes y rojos. En cuanto a los estampados destaca el uso del Tie-dye (muy presente en las pasarelas) pero sobre todo llama la atención la imagen de Dorothy, protagonista de El Mago de Oz, durmiendo sobre un lecho de flores. Abloh parece no querer despertar del sueño que está viviendo. (Curiosamente hoy se cumplen 49 años de la muerte de Judy Garland)
Louis Vuitton escribe así una nueva página en su historia con la primera colección de Virgil Abloh. El diseñador, al terminar el desfile, se fundió en un emotivo abrazo con Kanye West. Ambos lloraron de felicidad.
Los colores vivos y los motivos setenteros del diseñador y arquitecto danés Verner Panton son el punto de partida de la colección de Dries Van Noten que se ha asociado con la familia del artista fallecido en 1998. Algunas prendas parecen viajar desde el pasado, sobre todo las que van estampadas con esos motivos ondulantes, casi hipnóticos, que parecen serpentear sobre el tejido. Motivos que decoran abrigos oversize, trajes retro, camisetas e incluso bañadores. Un guiño a los icónicos textiles del danés y a su famosa silla Panton.
La bandera de tejidos sorprende por su prestancia y riqueza de matices. El belga utiliza mucho el nylon técnico de efecto lacado y lo tiñe de potentes negros, azules, verdes y arenas. La mezcla de texturas en brillo y mate resulta fascinante.
De nuevo un trabajo excelente, un equilibro casi perfecto entre la creatividad y lo comercial. Dris Van Noten ha sido además noticia porque recientemente ha vendido la mayor parte de su firma, creada en 1986, al grupo español Puig que controla además etiquetas como Carolina Herrera, Paco Rabanne, Nina Ricci y Jean Paul Gaultier, entre otras.
Yohji Yamamoto juega a deconstruir las prendas sin salirse de los dictados de la sastrería tradicional masculina, modernizando y actualizando prendas clásicas, como la chaqueta o el chaleco. Cierto aire romántico recorre toda la propuesta juega con los detalles, como las cremalleras decorativas, y pone el acento en los contrastes de texturas y colores. El dúo de negro y fucsia resulta fascinante.
Las líneas son fluidas, las siluetas generosas y los estampados muy llamativos. Yamamoto decora sus prendas con mujeres en actitud sensual, textos en japonés, flores y una osada piel de leopardo.
Junya Watanabe sigue la tónica de las colecciones anteriores y rinde homenaje a las prendas clásicas del armario tradicional masculino, reinterpretando códigos, colores y texturas. La casa declara la guerra al bolso y propone una gran variedad de riñoneras y mochilas inspiradas en las que llevan los militares. El foco de atención se pone en los chalecos de bolsillos, chalecos cargo, muy parecidos a los que llevan los paracaidistas.