Torra saluda al rey en los Juegos Mediterráneos tras romper relaciones y manifestarse contra él
- El presidente catalán evita recibir al rey pero luego le saluda y le entrega un libro de fotos del 1-O
- Por la tarde, participó en una manifestación de la ANC y Òmnium contra el jefe del Estado
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha aprovechado la inauguración de los Juegos Mediterráneos en Tarragona, a la que acudían el rey Felipe y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para escenificar su ruptura de toda relación con el jefe del Estado, en una obra en tres actos. En primer lugar, anunciando que rompe las relaciones institucionales con el rey; segundo, participando en una manifestación contra la presencia del monarca; y tercero, asistiendo junto al jefe del Estado a la ceremonia inaugural de este acontecimiento deportivo, pero evitando recibirle 'oficialmente'.
Y es que Torra no ha recibido al rey a su llegada al Nou Estadi para presidir la ceremonia inaugural, aunque poco después sí se ha acercado a saludarle con un apretón de manos y le ha entregado un libro de fotos sobre la jornada del pasado 1 de octubre, cuando se celebró en Cataluña el referéndum ilegal sobre la independencia.
El rey llegó al estadio poco antes de las 21:00 horas y fue recibido por Pedro Sánchez, quien había llegado poco antes. Fue más tarde cuando el presidente catalán apareció para estrechar la mano del monarca y entregarle el libro del fotoperiodista Jordi Borrás "Días que durarán años", en el que se recoge lo que los independentistas interpretan como represión policial en la jornada del 1-O, informa Efe.
Tanto el rey como el presidente del Gobierno llegaron puntualmente a la tribuna del estadio, entre aplausos mientras sonaba el himno de Cataluña. Felipe VI sentó en el centro; a su izquierda, en primer lugar el presidente Pedro Sánchez y después el presidente Quim Torra; a su derecha, el presidente del Comité Organizador de los Juegos, Amar Addadi, y el alcalde Josep Fèlix Ballesteros.
Tras el himno catalán, siguió el himno de España, durante el cual se oyeron tanto aplausos como algunos abucheos, en un estadio con gran parte de la grada vacía. Al acabar de sonar el himno nacional, el propio Torra se ha unido al aplauso en el palco.
Dos horas antes, el presidente de la Generalitat participó en una concentración de la ANC y Òmnium Cultural en el centro de Tarragona contra la visita del rey, a la que se incorporó entre aplausos de los presentes y gritos de "Presidente" y "Ni un paso atrás".
Además, intervino brevemente para justificar su decisión de acudir después a la inauguración de los Juegos Mediterráneos, pese a que el rey no ha rectificado por el discurso que pronunció el 3 de octubre ni había "pedido perdón a los heridos" por las cargas policiales del 1-O.
Por otra parte, sendas manifestaciones a favor de la independencia de Cataluña y en contra de la secesión coincidieron en los alrededores del Nou Estadi de Tarragona antes de la llegada del rey para inaugurar los Juegos Mediterráneos.
A un lado, un centenar de independentistas se concentraron sin incidentes, acompañados por el diputado de la CUP en el Parlament Carles Riera. Al otro lado, a unos cientos de metros, separados por agentes de los Mossos d'Esquadra, unas pocas decenas de personas convocadas por Vox exhibieron banderas de España y entonaron el himno nacional, también sin altercados.
Torra rompe relaciones con el rey
Torra había mantenido la incógnita sobre su asistencia hasta el final, aunque al final, en una declaración institucional en la Generalitat, explicó que acudiría a la ceremonia porque los Juegos se celebran en Cataluña, y no iba a quedarse al margen de actos que se celebren en su "casa" y porque los "ha pagado en gran parte la Generalitat". Además, ha asegurado que la presencia de Felipe VI "no condicionará" al Govern y que "en Cataluña mandan los catalanes".
Pero también aprovechó su discurso para anunciar que a partir de ahora no asistirá a actos organizados por la Casa Real, así como tampoco la Generalitat invitará al rey a ningún evento. Pero no es la única medida que adoptará a partir de ahora.
Asimismo hizo pública su renuncia a la Vicepresidencia de Honor de la Fundación Princesa de Girona y aseguró que entregaría al rey los informes del Síndic de Greuges que "constatan la violencia policial" el pasado 1 de octubre durante el referéndum independentista, que fue suspendido por el Tribunal Constitucional, cosa que efectivamente hizo.
Critica que el rey "dio cobertura a la violencia policial"
El presidente catalán justificaba su desplante por la dignidad de las instituciones y el pueblo de Cataluña, porque no puede hacer "como si nada" ante la existencia de soberanistas presos o "en el exilio" y ante lo que considera es una falta de empatía por parte del rey Felipe VI.
El pasado miércoles, Torra envió una carta a Felipe VI, firmada conjuntamente con Artur Mas y Carles Puigdemont, en la que le pedía que "reflexionase" sobre el 1 de octubre y sobre su discurso dos días después. En este sentido, se ha mostrado muy crítico con el monarca al que acusa de "dar cobertura y apoyo a la violencia policial".
También ha asegurado que en la Generalitat han esperado hasta el final "en vano" un gesto de perdón por las cargas policiales y por el discurso, pero "en ocho meses, Felipe VI no ha expresado ninguna palabra de consuelo".
Asimismo, Torra ha insistido en que quiere "diálogo para recuperar los derechos democráticos" , pero también "dignidad" y que no haya "menosprecio" hacia la Generalitat y los símbolos nacionales catalanes.
Además, ha pedido que se respete el mandato de las urnas y ha recordado que el "1 de octubre ganó la República, el 27 de octubre se proclamó y el 21 de diciembre ganaron los republicanos las elecciones".
El Gobierno opta por "evitar tensiones"
Horas antes del encuentro de Torra con el rey, la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, advertía a Torra de que si la Generalitat no invita al rey a ningún acto el problema no es para el monarca, sino "para Cataluña", y significará que su Ejecutivo no representa a toda Cataluña.
Celaá, no obstante, ha asegurado que el Gobierno está empeñado en la "normalización" y de "evitar tensiones", un camino en el que espera reciprocidad por la otra parte. La portavoz del Gobierno ha insistido en que el Ejecutivo está en la idea de "avanzar" en las relaciones con Cataluña y dado que es "más fuerte" el Estado, "debemos tender la mano".
La ministra ha subrayado que el Gobierno mantendrá "un tono de distensión", muy importante para abrir los procesos de diálogo "con la Constitución en una mano y el diálogo en la obra".