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Gus Van Sant: "El arte es terapéutico, pero no sé si para el artista o los espectadores"

  • El cineasta estrena en España No te preocupes, no llegará lejos a pie
  • Sobre la vida del humorista gráfico tetrapléjico John Callahan, interpretado por Joaquin Phoenix
  • RTVE.es entrevista al director estadounidense

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Joaquin Phoenix en 'No te preocupes, no llegará lejos a pie'.
Joaquin Phoenix en 'No te preocupes, no llegará lejos a pie'.

De la pérdida de una madre, al alcoholismo; del accidente de tráfico, a la silla de ruedas; y de la amargura y la culpa, a la rabia. El humorista gráfico John Callahan tenía estructurada en su mente una secuencia autobiográfica que alimentaba su victimismo. Hasta que se planteó si todo eso tenía sentido.

Sobre ese mental nudo gordiano discurre No te preocupes, no llegará lejos a pie, la película que Gus Van Sant ha dirigido sobre el políticamente incorrecto viñetista al que interpreta, con su rutinaria (y magistral) excepcionalidad, Joaquin Phoenix, acompañado de Jonah Hill y Rooney Mara. El 6 de julio se estrena en España.

Las viñetas de Callahan, que falleció en 2010, llegaron a más de 200 publicaciones. No temía la ofensa y jugaba con las fronteras. "Vivía al límite debido a su tetraplejia. Tenía una especia de valentía porque no tenía mucho que perder", explica Van Sant, que presentó la película en Madrid coincidiendo con la exposición que La Casa Encendida dedica a su faceta artística y fotográfica.

“Conducía su silla de ruedas muy rápido por la calle. Porque era divertido y también porque no le importaba chocar, lo que sucedía muy a menudo. Chocaba porque así ocurría algo”, resume el cineasta de Elephant o Drugstore Cowboy.

Van Sant no da facilidades en las entrevistas. No es que se esconda, sino que no le gusta arriesgar con las generalidades y reflexiona con pausa las preguntas. Si no lo tiene claro, lo dice con franqueza. ¿Demuestra su película que es importante subrayar que el humor no tiene límites?

“No lo sé. Es una pregunta muy grande”. Y luego añade: “Curiosamente, cuando la realidad es más conservadora puedes ir más lejos, pero cuando todo se vuelve más liberal, entonces es un problema. Callahan publicaba en los 70 y 80. Era el colaborador del periódico que recibía más respuestas negativas. Él disfrutaba mucho eso”.

En los años 90 Robin Williams se enamoró de la vida de Callahan, su personalidad transgresora y espíritu burlón. Quería ser Callahan en la gran pantalla y quería que Gus Van Sant, el director que le ‘oscarizó’ en El indomable Will Hunting, dirigiese la cinta.

Williams también falleció pero, por el camino, Van Sant entabló amistad con el dibujante. “Callahan físicamente era alguien parecido a Philip Seymour Hoffman. Era grande, con una voz muy graciosa que era alta y fuerte al mismo tiempo. Siempre buscaba las bromas. Si estuviera aquí, estaría haciendo alguna y quizá repitiéndotela a ti”.

Gus van Sant, en la presentación de la exposición que le dedica La Casa Encendida.

Gus van Sant, en la presentación de la exposición que le dedica La Casa Encendida. noticias

Su carrera como humorista gráfico y la terapia de Alcohólicos Anónimos salvaron la vida de Callahan. Y conectaron de algún modo con obsesiones de Van Sant. “Callahan realizó los doce pasos de Alcohólicos Anónimos. Hacía muchas bromas al respecto, pero nunca llegué a hablar con él de eso y no podía preguntarle por detalles. Así que me apoye en mis propias ideas, y en cosas de su libro relacionadas con la familia”.

“Era hablar de paranoias psicológicas sencillas: cómo ser capaz de perdonar o esperar el perdón, o encontrar un culpable. Son ideas sencillas que están en el centro de las terapias y responden a preguntas básicas de tu vida. Y venían de ideas personales que he experimentado en terapias”, reconoce.

No te preocupes, no llegará lejos a pie se encuadra en la corriente de cine más tradicional de Van Sant (El indomable Will Hunting o Mi nombre es Harvey Milk), aunque se filtren fogonazos del oscuro poeta de (Mi Idaho Privado o Elephant).

Y aunque el cine de Van Sant huye de los sermones y la información, su cinta es una clásica narrativa de aceptación y superación. Lo que nunca falta es la captura del paisanaje estadounidense, auténtico sello del estilo Van Sant. Callahan vivía en Portland (Oregon), ciudad en la que el adolescente Van Sant recaló tras una vida errante por todo el medio oeste.

¿Es el arte terapéutico para Van Sant? “Sí, pero no sé si lo es para el creador o los espectadores. El arte es una forma de expresión relacionada con la terapia”, concluye. También para Callahan, que llegó a explicar su peripecia en una breve animación de sus viñetas.