Malne firma una perfecta oda a la extravagancia

• Atilana Martín es la musa de Paloma Álvarez y Juanjo Mánez
• África, la estética Pierrot y los animales son su inspiración
• La propuesta tiene una contundente carga estética
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África y la década de los 70 marcan la propuesta de Malne.

Paloma Álvarez y Juanjo Mánez, directores creativos de Malne, tienen un don y son capaces de transformar la frialdad de Ifema, un pabellón ferial, en un lugar especial, jugando con la luz y la música para crear un ambiente que te traslada a otros lugares.

Ahora el destino es África, continente que se está revelando en esta edición de MBFWM como una gran fuente de inspiración. Atilana es el nombre de su colección, un homenaje a una mujer real, Atilana Martín, una mujer con carácter, única, una amiga de la casa y una musa que inspira por su forma de caminar, posar o vestirse.

El estampado de leopardo recorre toda la colección. Efe noticias

Pero el nombre también hace un guiño a Atila, “ya que por dónde pasaba Atila no crecía la yerba”, dice Mánez, poniendo el foco en la fortaleza y poder que en este se trasladan a la colección con prendas rotundas, tanto por su confección como por sus texturas y estética.

Las propuestas beben de los grandes de la costura, como Saint Laurent, y recoge aromas de la década de los 70. Pero lejos de quedarse en lo fácil y evidente reinterpreta su idea y mezclan los códigos de la estética Safari con elementos Pierrot que conectan con David Bowie y guiños al ballet. “La moda es cuestión de actitud, la de un artista como Bowie, tan rompedor, a la de las bailarinas que tienen equilibrio y armonía en sus movimientos”, dice Álvarez. “La elegancia natural, la personal, es lo que tiene snuestra musa, nuestras musas porque apostamos por la diversidad, por diferentes tonos de piel y estilos de mujer”, añade Mánez.

Malne firma una propuesta sofisticada y extravagante. Efe noticias

La bandera de tejidos asombra por su riqueza y poder. Gasas, tafetanes de seda y gasas seductoras construyen prendas que destacan por su patrón perfecto. Vemos pantalones palazzo, boleros, gabardinas abrigos, shorts, vestidos de coctel y fiesta. Las caprichosas formas de las orquídeas se trasladan a cuellos de blusas, tops y faldas de vestidos. También a gabardinas con estampado animal que se llevan con una sencilla camiseta y unos shorts cargo. “Nos gusta que la costura esté conectada con la calle, no solo con los salones exclusivos”, dicen.

El negro marca todas las salidas finales, más sofisticadas. Efe noticias

Presumen de equipo con el que trabajan codo con codo para construir juntos. Trabajan en un espacio único en el que se respira costura, un lugar con altares en el que conviven fotos de Naomi Campbell, una Barbie con biquini como Ursula Andress, figuritas de animales salvajes, libros de naturaleza exuberante y fotos de ellos, recuerdos de todos los años que llevan trabajando en la moda, casi siempre en la sombra.

Todo ello les marca y se plasma ahora en la colección que se trabaja desde el interior. Los vestidos saltan de las simetrías a las asimetrías, desnudando un hombro o tapando otro con un broche que recoge el tejido. Otros lleva atrevidos cortes en la cadera y los más sofisticados se decoran con volantes sobredimensionados.

Malne son unos enamorados de los animales. Efe noticias

Las texturas rústicas contrastan con la delicadeza de las gasas de seda y los tejidos rústicos y vemos abrigos en rojo y sastres en azul. Los pantalones llevan el talle muy alto y la cinturilla avolantada. No faltan las plumas de avestruz que recorren la colección aplicadas a todo tipo de prendas, en mangas o cuellos de camisas y vestidos. Y que el mundo animal es una constante en sus colecciones, tanto en los colores, como en las texturas. “El animal es elegante” dicen los diseñadores que han intentado trasladar esa “elegancia no fabricada a la colección”.

Una propuesta sofisticada y extravagante, sobre todo en las últimas salidas, tintadas en negro, entre las que destaca una chaqueta cargo en negro con mangas pagoda sobredimensionadas realizadas en seda de Filipinas. También una camisa hecha con cintas de falla hechas una a una, a mano, de forma artesanal. “La colección la dejamos muy controlada para descontrolarla luego en el desfile, para dejarla que fluya porque está viva. Porque la moda es un arte vivo, y esa vida se la dan las modelos, las clientas, las estilistas. ¡Ahí está la vida de la prenda!”

Carrusel del desfile de Malne. Efe noticias

Atilana Martín y sus hijos estaban en el desfile y han acompañado a los diseñadores cuando han recorrido la pasarela entre aplausos. Ella que tanto les ha dado ha recibido ahora su grata recompensa en forma de colección, un cariñoso homenaje del creador a la musa.