Rosanna Zanetti, una ladrona atrapada por Andrés Sardá
- La mujer de David Bisbal desfila para la firma lencera
- La colección habla de chicas buenas y malas y escenifica un robo
- Los contrastes de tejido y color marcan las prendas íntimas
- Todos los desfiles de Madrid Fashion Week en rtve.es
En la edición anterior los desfiles que mayor impacto mediático tuvieron fueron los de Ágatha Ruiz de la Prada, por su vestido bandera acompañado del himno nacional, y del Andrés Sardá, que contó con Mario Vaquerizo. La firma intenta mantener ahora el nivel alto con Rosanna Zanetti, esposa de David Bisbal, que interpreta dos personajes en la pasarela, el de espía y el de ladrona.
La colección, como todas las que idea Nuria Sardá, cuenta una historia y ahora habla de un robo, mezclando concepto como el bien y el mal con modelos que saltan a la pasarela como chicas buenas y malas. “Llevan un look como de espía secreto, de agente especial que se entrena con los militares en África”. Y para rizar el rizo ha ambientado su historia en tres escenarios. “La ladrona está en Nueva York, la persecución en París y el arresto en una fietsa en Tokio”. Un guion perfectamente contado a través de los visuales que se han proyectado en la pasarela.
Esta divertida película se traduce en prendas muy potentes. Las relacionadas con lo militar se hacen con sargas en gris oscuro y la lencería se tiñe de caquis y granate en contraste. Vemos estampados de falso camuflaje en tonos azules y prendas que mezclan tejidos técnicos con encaje.
El paso por Nueva York es cosmopolita y sensual y en París el armario de llena de prendas "más lujosas y románticas, más femeninas, con un estilo parisino, con volúmenes grandes y prendas en paño de mohair. Y en la ropa íntima vemos encajes delicados y seda, y en colores se mezclan verde botella oscuro sobre teja”. Destacan los monos de tejido engomado que parecen una segunda piel. Un guiño a ladronas de élite como Catherine Zeta Jones en La Trampa que se servía de uno de ellos para evitar, con piruetas y saltos, los rayos infrarrojos que desatan las alarmas. En las noches de París el glamour se une a la picardía en conjuntos lenceros que llevan encaje aplicado en lugares estratégicos. Nada se deja al azar. Una espía debe controlarlo todo.
La parte festiva, ambientada en Tokio, es más nocturna y lleva lentejuelas, ricas sedas y volúmenes sobredimensionados. Las prendas íntimas pasan de las piezas con finos tirantes de color al blanco radiante bajo espectaculares diseños de fanstasía en negro. Una fiesta en la que la ladrona, encarnada por Zanetti, es atrapada y encarcelada. "Me siento mucho más espia que ladrona, seria la espía al cien por cien", dice la modelo y actriz.
La ovación de la sala ha premiado el esfuerzo, tanto en la confección de la colección como en el estilismo, muy cuidado, y la puesta en escena. Sobresaliente. El desfile se mezclan, como siempre, prendas que se comercializan y otras, más especiales, que se trabajan solo bajo pedido o pasan directamente a la tienda Ibiza, un espacio único para clientas únicas.