Ana Locking le pega al 'Voguing' para hablar de inclusión y respeto
- La diseñadora convierte la pasarela en un ballroom neoyorquino
- El desfile reinterpreta la estética queer y apoya al colectivo LGBTIQ
- Todos los desfiles de Madrid Fashion Week en rtve.es
El Voguing irrumpe en la escena neoyorquina en los años 80 cuando el sida hacía estragos y la comunidad gay, despreciada socialmente, se recluía en los ballrooms para soltar testosterona bailando y desfilando subidos a unos altísimos tacones. Esos lugares eran universos propios en los que cada persona era lo que quería y como quería. El Voguing sirve para expresarse a través del movimiento pero también del maquillaje y la ropa. Pero basta con ‘maquearse’ y salir a la pista. Lo más importante es tener actitud, porque sin ella no vales nada.
Actitud pedía Christian Dior a sus modelos y años después hacía lo mismo John Galliano, hasta en desfiles con ropa tan complicada como el inspirado en Egipto, exigía a sus chicas, entre ellas Erin O’ Connor que contornease su cuerpo sobre la pasarela. Eso fue en los 2000. Pero antes, en 1990, Madonna que es muy lista y está muy bien aconsejada, se inspiró en los ballrooms para su mítico Vogue.
Ahora en Madrid, en Ifema, Ana Locking presenta una colección con artistas del Voguing titulada Realness con modelos, bailarinas y bailarines y artistas queer como Alaska Nebraska, Divino o Raisha Cosima.
La voz rapeada de de Matyouz LaDurée ha acompañado a todas y todos en la pasarela y aunque el ritmo invitaba a mover el esqueleto han sido pocas las que se han atrevido. Mayka Merino ha sido la que más se ha soltado. Ellos, nada. Pero, claro, la competencia era enorme.
El espectáculo ha sido fabuloso, tanto que la colección casi ha pasado desapercibida. Locking construye looks como aquellos gais se inventaban los suyos, mezclando prendas diferentes, rescatando joyas pasadas del fondo del armario o de un contenedor de basura. Prendas llamativas que sobre la pista, o la pasarela, tienen una nueva vida.
La diseñadora apuesta por los estampados de diamantes y geometrías y las superposiciones imposibles.
Vemos vestidos de flecos de colores sobre llamativos monos, un chándal de lentejuelas rosas y un vestido de noche que parece hecho con papel de aluminio.
El exceso del movimiento y la pose se traslada a prendas agigantadas y a otras con volantes sobredimensionados. No falta el vestido de novia que parece haberse improvisado con papel de celofán.
Pero ojo, Locking no deja ni un hilo suelto, ni un patrón al azar. Cada prenda va mimada, cuidada y estudiada para que quede perfecta. De lo contrario no llevaría su etiqueta. Natalie Poza, Goya, Jorge Calvo, Paco León y Topacio Fresh estaban en primera fila en una grada entregada que ha puntuado cada salida. Todos le han dado a Ana un 10.
Un desfile que en realidad es un apoyo al colectivo LGBTIQ y un homenaje a la estética queer. Locking, siempre pendiente de los movimientos sociales y las protestas de la calle, grita fuerte con esta colección: ¡Sé lo que quieras ser!.