El maquinista avisó de la falta de seguridad de la línea: "Era un accidente anunciado"
- "Algún día tenía que pasar, somos humanos y ya se lo había dicho al de seguridad como también al jefe de maquinistas"
- Ha pedido entre lágrimas y visiblemente emocionado que fuera otra persona quien leyera la declaración que traía escrita
Francisco José Garzón Amo, el maquinista del tren Alvia siniestrado en Angrois en 2013 y que dejó 80 muertos, ha asegurado este miércoles en el Congreso de los Diputados que 15 días después de la inauguración de la línea, ya avisó de la falta de seguridad en dicho tramo: "Algún día tenía que pasar, somos humanos y ya se lo había dicho al de seguridad como también al jefe de maquinistas de Ourense en un email 15 días después de la inauguración de la línea", ha afirmado.
El maquinista ha indicado que se trató de "un accidente anunciado" porque no había ni una señal de limitación de velocidad para advertir sobre la curva en la que se debía frenar de 200 a 80 kilómetros por hora. “La línea no contaba con un análisis y evaluación de riesgo”, ha señalado.
Para Garzón, la única barrera de seguridad era “la memoria de los maquinistas”, lo que dejaba sin protección al tren ante un episodio de “pérdida de conciencia situacional” como la que sufrió al atender a la llamada de teléfono del interventor, algo que, según ha defendido, debía hacer.
El maquinista, que comparece en la Comisión de Investigación sobre el accidente, ha pedido entre lágrimas y visiblemente emocionado que fuera otra persona quien leyera la declaración que traía escrita. De esta forma ha tomado la palabra el secretario de la comisión, el diputado de En Marea, Antón Gómez-Reino. "Si no está de ánimo, suspenderemos la sesión o lo que sea necesario", ha señalado el presidente de la Comisión, el diputado del PDeCAT, Feliu Guillaumes.
Lamenta la filtración de la conversación
Al comienzo de la misma, el maquinista ha querido mostrar "su solidaridad" con "todas las víctimas y sus familiares" y "una vez más pedir perdón" y agradecer "profundamente la actitud y comprensión que demuestran cada día hacia su persona". Según Garzón, "afortunadamente comienzan a aclararse todas las causas reales" de este accidente y se ha mostrado esperanzado en que "tanto en el plano judicial como en este las conclusiones determinen realmente lo que ocurrió".
El maquinista ha lamentado que la grabación de su llamada a la central de Atocha tras el siniestro fuera filtrada parcialmente a los medios. "Solo pudo tenerla Adif y Fomento, se destacaron unas palabras mías que iba a 190 kilómetros cuando tenía que ir a 80", ha señalado, haciendo hincapié en que la grabación es más larga y que en ella avisaba de la peligrosidad de la curva donde se siniestró el Alvia.
“¿Por realizar 59 servicios por una misma línea ya no hacen falta medidas de seguridad?“
Según Garzón, "los trenes no circulan a la velocidad que el maquinista decide, sino a la que tiene marcada por la empresa". Ha defendido, además, que "una pérdida de consciencia situacional” se puede producir en cualquier momento, “es imprevisible para las personas pero debe ser previsible por las organizaciones”. Y ha añadido: "¿Por realizar 59 servicios por una misma línea ya no hacen falta medidas de seguridad?", respondiendo así a aquellos que cuestionan su inocencia.
El maquinista también ha reconocido que se despistó por estar hablando por el teléfono corporativo con el interventor del tren, tal y como marca la actuación de Renfe. "Estaba obligado, toda llamada debe ser atendida y no se nos ha formado para atender esas llamadas ni hay un análisis sobre el riesgo", ha explicado.
"Preferiría haber muerto yo"
Minutos antes del comienzo de la sesión, Garzón ha pedido que se pudiera escuchar la grabación completa de la conversación que mantuvo con el puesto de mando, sin embargo, la Mesa de la Comisión lo ha rechazado. Aprovechando su turno de palabra, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha intentado reproducir en su teléfono móvil el audio, momento en el que el presidente de la Comisión ha suspendido la sesión durante unos minutos.
Tras este episodio y reanudada la comparecencia, Rufián le ha preguntado si pensaba que había sido "un cabeza de turco", a lo que el maquinista ha contestado que "se considera una persona normal que tuvo un accidente, simplemente". Ahora, ha asegurado, solo quiere vivir "en paz" y hubiera preferido haber muerto en el accidente, si con ello hubiera salvado alguna de las personas que perdieron la vida en el siniestro.
En las preguntas de la socialista Pilar Cancela ha lamentado haber perdido el anonimato con esta comparecencia pública en el Congreso de los Diputados. A este respecto, al inicio de la sesión tanto ERC como Unidos Podemos han reiterado su posición de que Garzón no hubiera sido citado al tratarse de un imputado en la causa judicial. "Usted es una víctima más", ha reiterado Fernández.
Finalmente, y cuestionado sobre qué haría falta para haber evitado la tragedia, ha contestado que sería suficiente con la actuación que se acometió el día después.
El interventor confirma que realizó esa llamada
El interventor del tren Alvia, Antonio Martín Marugán, ha confirmado que instantes antes del accidente realizó esa llamada telefónica al conductor del convoy para hacerle una consulta técnica sobre una próxima parada en la localidad de Pontedeume. Según el mismo, esa llamada, de apenas minuto y medio de duración, era habitual y para ello se utilizaba un teléfono corporativo que le proporcionaba la empresa.
No obstante, y sobre si el lugar del trayecto en el que decidió marcar el número del maquinista, en un tramo en el que hay que reducir drásticamente la velocidad, pudo influir en el accidente, ha afirmado que él desconocía el punto concreto de la línea en el que se encontraba y que hizo la llamada porque en ese momento estaba libre y necesitaba hacer esa consulta.
"Nunca escuché nada de la peligrosidad de esa curva de Angrois", ha insistido el interventor, que tampoco había escuchado antes que a ese modelo de tren se le hubiera apodado "Frankenstein" por su doble tracción, eléctrica y diesel.
Pese a ello, ha admitido que probablemente si esa curva hubiera estado "en otra circunstancia" o estuviera instalado otro sistema de seguridad, el accidente se podría haber evitado, aunque reconoce que no lo puede saber a ciencia cierta. Y es que ha insistido en que, como intervenir, él no tocaba las cuestiones técnicas o de conducción del tren, solo se dedicaba a la atención a los viajeros y al servicio comercial.