El modernismo universo cristalino de René Lalique inspira a Ailanto
- Los hermanos Muñoz trabajan los matices del cristan en sus prendas
- Prímulas, aves y frustas se trasladan a los estampados
- El negro coge fuerza y se decora con bordados en hilo de oro
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René Lalique hizo sublime el cristal, convirtiéndolo en esculturas o elevándolo a la categoría de joya. Era cuestión de tiempo que la obra del francés se cruzara en el camino de Ailanto. Ahora el estilo modernista de Lalique inspira una colección elegante en la que se trabajan las texturas de formas muy diferentes.
El cuerpo desnudo, la piel, es la base sobre la que colocan capas de tejido que juegan con las veladuras, para insinuar, para seducir con discreción. Por eso las primeras salidas, como lienzos blancos, son dos vestidos fluidos en tonos nude que hacen guiños a la década de los 30 con mangas suavizadas o volantes en tonos naturaleza que recorren el escote y los tirantes.
Vemos vestidos con estampados florales, sobre todo de prímulas y fresas, que llevan encima otros en organza semitransparente, un efecto dimensional que desarrollan en distintos patrones. Y es que los estampados de nuevo se llevan el protagonismo. Junto a las las flores Ailanto decora y tapiza sus prendas con estanques cristalinos en los que nadan bellos cisnes, joyas de cristal y oro abrazadas por la vegetación y pajarillos que revolotean en campos de gramíneas.
Los vestidos ‘decorados’ se combinan con cazadoras de organza de seda translucidas que llevan aplicaciones tridimensionales de flores, o con una camisa masculina e incluso con un abrigo bata. Siempre jugando a superponer para enriquecer el conjunto, como los vestidos setenteros que van sobre una blusa.
Los vestidos tienen cierto aire setentero y los vemos con detalles ligeramente avolantados en las mangas y el pecho. Piezas muy femeninas que contrastan con la masculinidad, velada, de los sastres de pantalón que también van estampados. Los abrigos de lino también contrastan con los monos en guipur de flores y las camisas masculinas en tono cristal mate ponen el contrapunto a los diseños más alegres y sensuales.
Poco a poco los estampados se apagan elegantemente con tonos marrones, casi otoñales, y vemos otros de trazo geométrico.
Según avanza el desfile sube la intensidad del color. El negro se utiliza en todo tipo de prendas y patrones pero su oscuridad se tamiza con bordados en hilo de oro de exóticas palmeras o con dibujos pequeños en tonos más claros.
A destacar la pasarela, tapizada con un manto de prímulas y frutas del bosque, y también los sombreros con mosquitera que aportaban un aire nostálgico y decadente a la propuesta construida con gasas, organzas, chifón, crêpe y bámbulas de seda, tul, lino y voile de algodón. Pura delicia.
Los hermanos Muñoz han anunciado que pronto lanzarán una línea textil de hogar. Tienen experiencia en el sector ya que antes han hecho alfombras, lámparas e incluso una colección con Sargadelos