Bruselas rebaja una décima su previsión de crecimiento de España por el alza del petróleo y la guerra comercial
- Calcula que el PIB español crecerá este año un 2,8%, frente al 2,9% estimado en mayo
- También reduce su proyección para el conjunto de la UE, con fuertes frenazos en Alemania y Francia
La Comisión Europea ha rebajado una décima su previsión de crecimiento para España en 2018 hasta situarla en un 2,8%, frente al 2,9% que anticipó en mayo, según sus proyecciones macroeconómicas de verano publicadas este jueves. Bruselas atribuye esa moderación, sobre todo, a un aumento mayor de lo previsto de los precios de los combustibles y a una menor contribución de las exportaciones por un entorno exterior "menos favorable".
Para 2019, Bruselas mantiene su previsión de que la economía española crecerá un 2,4%. Ambas cifras superan a las estimadas por el Gobierno de España, que calcula un crecimiento del 2,7% este año y del 2,4%, el próximo.
Consumo y construcción, bases del crecimiento
El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici, ha explicado en una rueda de prensa que la economía española sigue presentando "un crecimiento sólido y robusto", basado en el consumo privado y la inversión en construcción.
Así, el informe de la Comisión recuerda que "la economía española creció un 3,1% en 2017 y continúa mostrando, hasta el momento, pocos signos de ralentización". Sin embargo, "se estima que la subida desde primavera de los precios del petróleo -que ha sido mayor de la esperada- tenga un impacto negativo en la demanda interna en 2018 y, en menor medida, en 2019".
También recuerda que el PIB creció un 0,7% en el primer trimestre del año y que estima que esa tasa se repita en el segundo trimestre. Sin embargo, la breve reseña de Bruselas sobre España especifica que "la composición del crecimiento en el primer trimestre revela una inversión y unas exportaciones más débiles de lo esperado, que se vieron compensadas por una inversión en construcción de vivienda y un consumo fuertes".
Además, Bruselas espera que las "medidas expansivas" incluidas en los Presupuestos Generales de 2018 "den un impulso adicional al crecimiento", sobre todo, a través del consumo privado, que debería verse también potenciado por un aumento "más alto de lo esperado" de los salarios y la "dinámica creación de empleo".
Sin embargo, en el cómputo global, el Ejecutivo comunitario cree que este impulso no será suficiente para compensar el impacto negativo de los otros factores, lo que le ha llevado a rebajar la previsión en una décima para este año.
La inflación será ligeramente más alta
La Comisión Europea ha actualizado también sus previsiones de inflación para el país, un indicador que subió hasta el 2,1% en mayo pasado debido al alza de los precios de los combustibles y que debería alcanzar máximos en el tercer trimestre del año, antes de empezar a reducirse para cerrar 2018 en una media anual del 1,8%.
Para 2019, Bruselas prevé que la inflación descienda hasta quedar en 1,6% de media del año.
El efecto del encarecimiento de los combustibles ha llevado a revisar al alza los cálculos para ambos ejercicios, ya que en mayo estimó que la subida de precios sería del 1,4% tanto este año como el próximo.
Ralentización del crecimiento de la UE
La reducción del crecimiento español se inscribe dentro de la rebaja de la previsión del conjunto de la zona euro y la UE, cuya proyección se recorta dos décimas: desde el 2,3% de mayo pasa a 2,1%.
Según ha destacado Moscovici, el mayor riesgo para la economía europea son los conflictos comerciales abiertos por Washington, una guerra que -ha incidido el francés- "no beneficia a nadie; una guerra no es beneficiosa nunca, no la gana nadie".
Hasta el momento, las tensiones comerciales no han tenido efectos significativos, pero -ha explicado Moscovici- el Ejecutivo comunitario es "cauteloso" y prevé que una escalada en ese enfrentamiento puede dañar a la economía de la UE y del mundo entero.
Alemania y Francia, las dos mayores economías de la UE, ralentizarán su crecimiento más de lo esperado, según la actualización de previsiones de Bruselas, que calcula que quedarán por debajo del avance del 2,2% del PIb que ambas consiguieron en 2017.
Así, la economía germana repuntaría un 1,9% este año y el próximo, frente al 2,3% adelantado en mayo para este 2018 y el 2,1% calculado para 2019.
Por su parte, para Francia se estima un avance del 1,7% este año y el que viene, por debajo del 2% de 2018 y 1,8% de 2019 proyectado en mayo.
Italia y Reino Unido, las tasas de crecimiento más bajas
Por su parte, Italia sería el país del euro con menor crecimiento, con un incremento del 1,3% este año (1,5% previsto en mayo pasado) y del 1,1% en 2019. Bruselas justifica esta desaceleración por la "reaparición de preocupación e incertidumbre respecto a sus políticas económicas", surgidas por los mensajes contradictorios del nuevo Gobierno italiano sobre futuros planes de gasto público.
Al mismo nivel que Italia quedaría Reino Unido, donde el avance del PIB quedaría limitado al 1,3% este año, por debajo del 1,5% previsto en mayo y también inferior al crecimiento del 1,7% logrado en 2017.
Para 2019, año en el que se consumará el Brexit, la salida del país de la UE, la Comisión Europea prevé que siga la desaceleración económica británica, con un repunte del PIB del 1,2%