'El torero y el pescador', la sorprendente colección de Carlota Barrera
- La joven mezcla el traje de luces con la vestimenta de los pescadores
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El estilo sin género, agender, causó tanto furor en las pasarelas, y en la calle, que inmediatamente hubo una reacción contraria, una exaltación de la feminidad absoluta y un auge sin precedentes del dandismo clásico. “Creo que es necesaria una exaltación de la masculinidad, echo de menos al gentleman, al hombre vestido con traje”. Lo dice Carlota Barrera, una joven de Gijón que debuta ahora en la pasarela y ha cerrado el calendario oficial de MBFWM con una colección muy especial que crea un universo propio en el que cohabitan un torero y un pescador, dos mundo aparentemente muy diferentes.
“Trabajo el concepto del hombre y la bestia y me pregunto quién es la bestia en realidad”, dice. En la plaza de toros está claro: la bestia es el que mata. Con el mar se tiene una visión distinta. Pero en ambos escenarios hay similitudes, hay drama, hay vida, hay muerte. ”Pensé en ‘El viejo y mar’ de Hemingway y esa bestia que es la ballena pero de la tauromaquia solo me quedo con la belleza del traje de luces. No me interesa el espectáculo brutal”, confiesa.
De todo esto habla su colección que establece una conexión entre la vestimenta del torero y la del pescador, con prendas construidas según los dictados de la sastrería clásica pero que introducen patrones nuevos. “Me gustaría ser sastra”, dice. “Se nota que hay una vuelta al oficio, me fascina la dedicación y el tiempo que se emplea”.
La colección es potente, al menos estéticamente. La carta de colores es concisa y rotuna, y refuerza el mensaje de cada prenda. “He experimentado mucho con el color y al final vi que me funcionaban los tierra, el blanco, beis y los rojos. Y el marino, sobre todo, quizá porque echo de menos el mar”.
La contención de color se extiende a los tejidos. Lana, algodón y seda son los materiales con los que trabaja para crear interesantes y atractivos pantalones: unos llevan pinzas, otros llevan el dobladillo del bajo sobredimensionado (un guiño a los pescadores) y otros llevan superpuesta una sobrefalda que parece un capote.
Las chaquetas se acortan, como las toreras, y llama la atención el talento para hacer de la camiseta, especialmente de la camiseta de tirantes, una prenda sofisticada y elegante.
Las vemos en algodón y en seda, algunas convertidas en body para que el look no se descontrole. Destacan los cortes fuertes en las camisas junto a la botonadura, en la cintura de los pantalones, en las sisas y en los costados de las camisetas y bodies inspirados en la ropa desgarrada de los toreros embestidos por el toro. “Vi fotos y me resultaron impactantes por la violencia que expresan, ¡el tejido roto me parece bello!”.
Otro de los focos de atención lo ponen los bordados y aplicaciones manuales que vemos en todo tipo de prendas, flores que recuerdan al traje de luces y coral que hace soñar con el mar. La artesanía está muy presente. Vemos una chaquetilla torera realizada por Javier Sánchez Medina, una pieza muy especial que ha cerrado el desfile. Además está el calzado artesanal de Gonzalo Fonseca, director creativo de Steve Mono.
Es la segunda colección de esta joven de prometedora carrera, formada Central Saint Martins y el Instituto Europeo di Design (IED) y que ya ha trabajado en Pedro del Hierro junto a Carmen March. La 68 edición de MBFWM no podía tener un broche mejor.