Ion Fiz se 'cuela' en la intimidad de un boudoir francés
- Ion Fiz no ha presentado su colección dentro de MBFWM
- Se inspira en el ambiente íntimo de un tocador francés
- El diseñador apuesta por prendas artesanales y el 'Made in Spain'
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Poiret es una eterna fuente de inspiración. Lo ha sido esta temporada para Roberto Verino y para Ion Fiz que ha celebrado su desfile fuera del calendario de Ifema. Para mostrar su colección ha escogido un lugar muy especial, la tienda de segunda mano Vintalogy, un espacio con historia.
“Las modelos de Poiret salían a la pasarela con muñecas de piernas largas que llevaban el mismo vestido que ellas, tenían el pelo natural y las pintaba a mano, y es esa delicadeza la que me ha inspirado para Boudoir, una colección que bebe de la estética de un tocador francés, ese lugar íntimo en el que se reunían las mujeres mientras los hombre estaban fumando”.
La colección celebra la feminidad absoluta y se dirige a una mujer fuerte, sin prejuicios, “una mujer ecléctica que se permite el lujo de cambiar de estilo, e incluso de conceptos. Una mujer que juega con la moda”.
Texturas sinuosas y sensuales como el organdí y el tul de seda contrastan con otras como el lino se destinan a las prendas de día que “se trabajan forma artesanal, con aplicaciones de abalorios y piezas en tricot muy calado hecho a mano”, dice.
Vemos tiras de trenzadas con miniflorecillas, un trabajo que hacen en Melilla las mujeres de Lal La Bulla, asociación con la que Fiz colabora desde hace tiempo. “Hay mucha prenda artesanal, y todo hecho en España”, recalca.
El vestido es la prenda estrella y Fiz los hace con distintos largos, rozando el zapato, midi y corto. Largos muy similares a los de los pantalones que se alargan o acortan hasta hacerse un short. Lo femenino se potencia contrastando sus códigos con lo masculino. Vestidos románticos de siluetas florales se cruzan con sastres muy trabajados con detalles muy especiales. “Quiero que sirvan tanto para el día como para la noche, por eso los hago en crêpe liso y con plumas ligeras”.
El vestido de novia, en seda espolón valenciano realizada en exclusiva por Camilo Miralles. “Es diferente, va en tono nude y está pensado para que luego la mujer se lo ponga en un evento o en otra boda”.
Un desfile singular, por el continente y por el contenido. “Lleva 50 looks, 50 zapatos y 50 bolsos, he querido darlo todo, con tejidos ricos y sin utilizar el algodón”, revela. Además, cada modelo salía con un número, como se hacían los desfiles de costura en la época dorada de la moda, para que las clientas hicieran sus pedidos. Un detalle peculiar para una colección que Fiz describe como “la más joven y fresca de todas las que he hecho”.