El expresidente de Fórum Filatélico condenado a más de 12 años de prisión y casi 50 millones de multa por estafa
- Francisco Briones también ha cometido insolvencia punible y falsedad contable al estafar a casi 200.000 personas
- La pena del asesor jurídico es de seis años y la del director de la filatélica de más de dos años, con multas millonarias
La Audiencia Nacional ha condenado al expresidente de Fórum Filatélico, Francisco Briones, a 12 años y cuatro meses de cárcel al considerarlo culpable de los delitos de estafa, insolvencia punible y falsedad contable, según han informado fuentes jurídicas.
A Briones se le impone, además, una multa de 49,7 millones de euros y una responsabilidad civil por la que deberá indemnizar, junto con otro de los condenados, a los 190.022 titulares de los 269.570 contratos filatélicos reconocidos por la Administración Concursal en el Juzgado Mercantil 7 de Madrid en una cantidad superior a los 3.700 millones de euros.
En la sentencia, notificada a las partes esta mañana, la sección primera de la sala de lo Penal condena igualmente al ex director general de Fórum Filatélico Antonio Merino a dos años y tres meses de cárcel como cómplice de delito continuado de estafa agravada en concurso con insolvencia punible y por blanqueo y multa 15,9 millones de euros al aplicarle la atenuante de confesión. A su vez, al exdirector jurídico Juan Ramón González se le impone la pena de seis años y tres meses e igual multa por estafa agravada y blanqueo.
Los auditores fueron cooperadores necesarios
El fallo también condena a los auditores José Carrera Sánchez y Rafael Ruiz Berrio como cooperadores necesarios en el delito de falseamiento de cuentas societarias a las penas de dos y un año de cárcel, respectivamente. El resto de acusados, colaboradores en la estafa y en los delitos de blanqueo de capitales, resultan condenados a penas de prisión de entre 6 meses y 4 años y multas que llegan hasta los 63,5 millones de euros.
No obstante finalizado el juicio, absuelve a los miembros del Consejo de Administración que se sentaron en el banquillo -Miguel Ángel Hijón, Agustín Fernández, Francisco José López Gilarte y Juan Macía-, según explican las mismas fuentes.
El tribunal acuerda además el decomiso de numerosas fincas y cuentas bancarias y el dinero depositado en cajas de seguridad y se ordena que todo el dinero que se obtenga en la ejecución sea puesto a disposición de la Administración concursal para que lo distribuya de manera ordenada entre los perjudicados.
Paradigma de las estafas piramidales
La resolución de la Sección Primera, con ponencia del magistrado Ramón Sáez, aplica a todos los condenados la atenuante de dilación indebida simple, pero considera probado que Fórum desarrolló un negocio de captación masiva de dinero procedente de pequeños ahorradores, 268.804 clientes con contratos por valor de más de 3.000 millones de euros en el momento de la intervención, en lo que considera el "paradigma de las estafas piramidales".
Mediante la publicidad de sus productos, en la que apelaban a la revalorización "constante y sostenida" de los sellos, construyeron un "mercado cerrado, ajeno al del coleccionismo" amparándose en una filatelia de más de 121 millones de piezas "que tenía escaso valor en el mercado porque no había demanda que lo absorbiera".
Al respecto, los magistrados descartan que dicho producto, al que se refiere como el "activo casi exclusivo" de Fórum, pudiera soportar la inversión del cliente más la retribución garantizada, cuando "en realidad, la filatelia acumulada en grandes masas por la entidad estaba sobreestimada de forma espectacular y tenía un escaso valor".
Pérdidas constantes ocultas
El negocio generaba así pérdidas constantes a consecuencia del compromiso de recompra con intereses que incluían los contratos de los usuarios, de modo que Fórum sólo era capaz de mantener la actividad reteniendo a los inversores y captando a nuevos que aportaran capital.
En este contexto, y a fin de presentar una imagen de solidez que incluyera la existencia de beneficios, la filatélica ocultaba de sus cuentas anuales las obligaciones de recompra, anotando como ventas la entrega del capital por parte del cliente y como compras la devolución del dinero más los intereses.
De todas estas decisiones responsabiliza tanto a Briones como a su administrador de hecho, Carlos Llorca, contra quien también se dirigía el proceso y que actualmente se encuentra en rebeldía; ambos, como hiciera antes el fundador del grupo, establecían la política de precios y el interés con el que se retribuía el dinero.