El presidente de Eritrea escenifica la paz con Etiopía con la reapertura de la embajada

• Los mandatarios se comprometen a normalizar las relaciones tras acordar el "fin del estado de guerra" entre los dos países

El presidente de Eritrea y el primer ministro etíope celebran la reconciliación en Adís Abeba.

Una semana después de acordar el "fin del estado de guerra" entre Eritrea y Etiopía, el presidente eritreo, Isaias Afewerki, ha reabierto la embajada de su país, cerrada hace casi 20 años durante la guerra entre las dos naciones (1996-2000). La reapertura de la legación culmina la histórica visita a Etiopía del presidente, que no pisaba suelo etíope desde 1996, tres años después de la independencia de Eritrea y dos años antes del estallido del conflicto por disputas fronterizas.

"Cerca de dos décadas después, Eritrea reabre su embajada en Adís Abeba en presencia de los dos líderes", ha anunciado el jefe de gabinete del mandatario etíope, Fitsum Arega, en su cuenta de Twitter, noticia que ha ilustrado con varias fotografías de los dos líderes y la bandera eritrea en la sede diplomática. Arega ha añadido que "la completa normalización de las relaciones entre Etiopía y Eritrea creará las condiciones ideales para abordar asuntos estratégicos pendientes en el interés común de las dos naciones".

Comprometidos a normalizar las relaciones

Los mandatarios celebraron la reconciliación durante un concierto este domingo en el salón de convenciones Millennium Hall de Adís Abeba. Allí, Isaias insistió que las dos naciones se comprometen a defender la normalización de las relaciones. "No permitiremos que nadie altere nuestro amor", señaló el gobernante, que se declaró "dispuesto a cooperar por la paz, el desarrollo" y avanzar juntos después de "haber derrotado los esfuerzos para propagar el odio y la venganza". Por su parte, el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, destacó que dicha paz "permanecerá como una lección para todos nosotros".

El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, y Afewerki firmaron el pasado 9 de julio una declaración conjunta de paz en Asmara, en la que se incluye respetar las fronteras marcadas en el Acuerdo de Argel de 2000, que dio fin a los dos años de guerra, además del restablecimiento de las conexiones telefónicas y la reapertura de líneas aéreas directas entre los dos países.