La Policía Nacional identifica el cadáver del ascensor de La Paz

• Su desaparición fue denunciada 10 días después de encontrar su cadáver
• En la vivienda se ha encontrado una carta de despedida

Vista general del Hospital universitario de La Paz en Madrid.

La Policía Nacional ha identificado el cadáver hallado en un ascensor del hospital madrileño de La Paz, que corresponde a un hombre de 68 años cuya desaparición fue denunciada el pasado día 20 por su hija, diez días después de que encontraran el cuerpo.

Fuentes de la investigación han señalado a Efe que la identificación ha sido gracias al trabajo de la Policía Científica y de la Judicial tras un proceso de regeneración de las huellas dactilares.

Otras fuentes han precisado a Efe que en la vivienda del hombre, residente en Madrid, se ha encontrado una carta de despedida, y que la víctima contaba con conocimientos profesionales relacionados con los ascensores

El misterio del cadáver, resuelto

El fallecido, vestido con ropa de calle, sin documentación, en avanzado estado de descomposición y con una llave maestra metálica de los ascensores fue hallado a primera hora del martes día 10 en el foso del hueco del ascensor número 54 del hospital madrileño por trabajadores de mantenimiento del centro.

El fuerte olor fue lo que alarmó a los operarios e incluso a pacientes y familiares. También les extrañó el ruido que hacía el ascensor, que estaba dañado por la rotura de algún elemento al caer el hombre por el interior de la maquinaria.

Aunque en principio los investigadores trabajaban con la hipótesis de que hubiera sido un accidente laboral, lo descartaron en cuanto le identificaron y confirmaron que no trabajaba en el hospital, donde nadie le conocía ni le había visto.

La revisión de las imágenes de las cámaras de seguridad del hospital situaron al hombre solo en la madrugada del día 2 de julio, alrededor de las 5 de la mañana, reflejando cómo se subía al ascensor hasta una planta alta. Aunque podía tratarse de un homicidio, la opción del suicidio fue cobrando fuerza a medida que iban pasando los días y nadie le reclamaba.