Benalla entiende que Macron se sienta "traicionado": "Fue un error político, pero no un delito"
- El exguardaespaldas de Macron, imputado por violencia contra manifestantes, reconoce que "nunca" debió ir a la protesta
- En una entrevista al diario Le Monde, dice que, aunque Macron le reprochó su error, no perdió la confianza en él
El hombre en el centro de la polémica que sacude al Gobierno francés en los últimos días, Alexandre Benalla, ha roto su silencio este miércoles en una entrevista con el diario Le Monde, el mismo que destapó su agresión a dos manifestantes durante las protestas del 1 de mayo en París.
En ella, el exguardaespaldas personal del presidente, Emmanuel Macron, ha asegurado que entiende que Macron se sienta "traicionado", aunque ha matizado que sus actos fueron "una gran estupidez y un error político, pero no un delito".
El hombre de 26 años, despedido e imputado por violencia al hacerse pasar por policía, se presenta como el "eslabón débil" que emplean los enemigos de Macron -"gente de un nivel importante"- para atacarle. Además, ha reconocido que "nunca" debió asistir a la manifestación como observador, si bien asegura que la Policía le autorizó a adquirir una pistola Glock y llevarla consigo en el ejercicio de su función.
Versión alineada con el Elíseo
Su versión coincide en muchos puntos con el discurso defendido desde el Palacio del Elíseo, porque dice que, al día siguiente de la manifestación, el director de gabinete de Macron, Patrick Strzoda, le llamó para pedirle explicaciones. Fue entonces cuando se dio cuenta de su error, aunque no estuvo de acuerdo con la sanción de 15 días sin empleo y sueldo que se le impuso.
"Unos días después de mi regreso, con ocasión de un evento en el Palacio del Elíseo, [Macron] me hizo un aparte y me dijo: 'Es un error grave, va a ser complicado y hay que asumirlo'", ha dicho, mientras ha destacado que su actuación no eliminaba la confianza depositada en él.
En el texto, Benalla se describe como la víctima de las envidias y los juegos de poder dentro de las altas esferas que observaban con recelo su cercanía al presidente. "La verdad es que mi nombramiento le tocó las narices a mucha gente. Porque un chaval de 25 años, que no había estudiado en la ENA [vivero de los altos funcionarios del Estado], que no era subprefecto [...] ¡Soy el extraterrestre de la banda!", ha señalado.
Además, ha aprovechado la ocasión para cargar contra los sindicatos de Policía, que han denunciado que Benalla trataba a los agentes con desprecio y displicencia: "No dicen más que tonterías". Según ha explicado, sus funciones en el Elíseo estaban centradas en "ocuparse de los asuntos privados del presidente".