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El oso pardo tiene disponibles 380.000 kilómetros cuadrados en Europa "para entrar a vivir"

  • Un mapa dibuja un hábitat posible para esta especie en países como España, Francia, Italia y Alemania, entre otros
  • Cerca de 17.000 osos aún viven en el continente, distribuidos en más de diez poblaciones y 22 países

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Un ejemplar de oso pardo adulto
Los osos pardos se han extinguido en muchas de las zonas europeas donde habitaban hace siglos

El oso pardo en Europa

El oso pardo (Ursus arctos) es uno de los mamíferos terrestres más grandes de la Tierra. Los que viven en el norte de Europa pesan unos 200 kilogramos, mientras que los del sur pesan aproximadamente la mitad.

Los osos pardos son omnívoros, pero comen sobre todo vegetales, carroña y mamíferos pequeños, como ratones de campo, rara vez animales más grandes. Hibernan y generalmente son solitarios, pero los cachorros pueden quedarse con sus madres durante aproximadamente dos años.

De las diez poblaciones que aún existen en Europa en la actualidad, cuatro están formadas por más de 1.000 individuos, mientras que tres tienen menos de 60, entre ellos la población en los Alpes. La mayor población europea, con más de 7.000 ejemplares, se encuentra en los Cárpatos.

Hace unos 500 años, los osos pardos (Ursus arctos) poblaban gran parte del continente europeo. Sin embargo, en los siglos posteriores fueron aniquilados en muchos de estos lugares. Las principales razones del declive de estos mamíferos fueron la pérdida de hábitat y la caza, ahora prohibida o restringida en Europa.

A pesar de todo, en la actualidad, cerca de 17.000 osos aún viven en el continente, distribuidos en más de diez poblaciones y 22 países. Algunos de estos grupos están en peligro debido a su tamaño relativamente pequeño.

Un nuevo estudio, liderado por científicos alemanes y publicado en la revista Diversity and Distributions, revela con un mapa que todavía existen territorios europeos adecuados para los úrsidos. Los científicos estiman que en Europa un millón de kilómetros cuadrados de hábitat son considerados óptimos para los osos, y de ellos, el 37% no está poblado por estos animales, es decir el equivalente a un área de unos 380.000 kilómetros cuadrados.

"El hecho de que todavía haya un hábitat adecuado para los osos pardos es una gran oportunidad para la conservación de la especie", señala el líder del trabajo, Néstor Fernández, del Centro Alemán para la Investigación Integral de la Biodiversidad (iDiv) y de la Universidad Martin Luther Halle-Wittenberg.

Según los expertos, alrededor del 70% de la población europea se está recuperando, y es probable que los osos regresen a algunas de las áreas actualmente desocupadas. "En Alemania, por ejemplo, es posible que algunas áreas, tarde o temprano, sean colonizadas por osos pardos, especialmente en la región alpina", indica Fernández.

Los Pirineos, área para la recolonización del oso

Áreas habitadas por los osos pardos (azul), áreas adecuadas pero inhabitadas aún (verde) y áreas inapropiadas (gris). Foto: Néstor Fernández

El mapa ofrecido por los investigadores, obtenido a partir de la recopilación de los resultados de todos los estudios previos pertinentes sobre el hábitat del oso, muestra las áreas en las que los osos podrían regresar. Países como España o Italia, que ya cuentan con pequeños territorios para el oso podría ampliarlos considerablemente, sobre todo en la zona de los Pirineos y los Alpes.

Otros países, como Portugal, Francia y Alemania, cuyas poblaciones de osos desaparecieron hace siglos, podrían experimentar una recolonización de la especie. En Alemania, por ejemplo, hay 16.000 kilómetros cuadrados de hábitat potencial para los osos, y es posible que, 200 años después del exterminio de la especie en el país germano, los úrsidos vuelvan a criar en este territorio.

Sin embargo, la probabilidad de recolonización futura varía considerablemente, En este país, los posibles hábitats fuera de los Alpes están geográficamente aislados y es poco probable que el oso vuelva de forma natural. A esto se añaden los conflictos que podrían surgir con los humanos respecto a sus cultivos, colmenas o ganado. Los ataques directos a humanos son muy raros, ya que los osos se mantienen normalmente aislados.

Por esta razón, los autores consideran que los mapas ayudarían a los responsables de las políticas europeas a identificar de manera temprana las posibles áreas de conflicto y contrarrestarlas con medidas específicas, así como aumentar la conciencia pública.