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Un informe del Parlamento británico afirma que los abusos por parte de trabajadores humanitarios son "endémicos"

  • El Comité Internacional de Desarrollo asegura que las organizaciones humanitarias no han sido capaces de reaccionar
  • Hay "una complacencia que raya en la complicidad y mayor preocupación por su reputación que por las víctimas"

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Reparto de ayuda humanitaria en Haití, en 2016
Reparto de ayuda humanitaria en Haití, en 2016.

Los casos de acoso y abusos sexuales contra mujeres y niñas por parte de trabajadores humanitarios desplegados en el ámbito internacional constituyen un fenómeno "endémico" contra el que las organizaciones no gubernamentales no han sido capaces de actuar, según denuncia un informe del Parlamento británico que se ha difundido este martes.

El sector se encuentra bajo un exhaustivo escrutinio en Reino Unido tras conocerse que varios trabajadores de Oxfam contrataron a prostitutas con fondos de la organización cuando prestaban ayuda humanitaria en Haití, después del devastador terremoto que asoló la isla caribeña en 2010, lo que destapó otros casos en despliegues humanitarios.

Así, el informe elaborado por el Comité de Desarrollo Internacional, encargado supervisa la ayuda al desarrollo británica, denuncia que ese caso afloró una situación estructural y que las organizaciones humanitarias no han ofrecido una respuesta adecuada al fenómeno.

Es endémico, y lo ha sido durante mucho tiempo

"La explotación y el abuso sexual están ocurriendo, y están ocurriendo en organizaciones, países e instituciones. Es endémico, y lo ha sido durante mucho tiempo", señala el informe en sus conclusiones.

La ONG Oxfam habría encubierto "orgías" con prostitutas de un grupo de altos cargos que distribuían ayuda humanitaria en Haití tras el terremoto de 2010, según ha informado el periódico británico The Times. La investigación comenzó a nivel interno de la organización como respuesta a diversas denuncias de explotación sexual, descarga de material pornográfico, acoso e intimidación.

La punta del iceberg

Asimismo, el comité subraya que la respuesta del sector humanitario a los abusos sexuales ha sido "reactiva, desigual y lenta", lo que ha proyectado "una impresión de complacencia que raya en la complicidad y una mayor preocupación por la reputación [de las organizaciones] que por las víctimas",

"El sector de la ayuda humanitaria ha sido consciente de la explotación y los abusos sexuales por parte de su propio personal durante años, pero no ha sido capaz de abordar el problema de manera colectiva", apunta el informe, que reconoce que los casos divulgados hasta ahora "son únicamente la punta del iceberg".

"El odioso fracaso del sector de la ayuda internacional a la hora de lidiar con este asunto, dejando a las víctimas a merced de aquellos que buscan usar su poder para abusar de otros, debe frenarse", señala el presidente del Comité de Desarrollo Internacional, el laborista Stephen Twigg, en un comunicado. "No importa lo difícil que parezca, se deben hallar soluciones. Se debe afrontar este horror", añade la nota.

Según el recuento efectuado por la Fundación Thomsom Reuters en febrero, más de 120 trabajadores de una veintena de organizaciones humanitarias fueron despedidos o perdieron su trabajo en 2017 por conducta sexual inapropiada, lo que incluye abusos en misiones internacionales pero también el acoso a mujeres en el seno de las propias organizaciones.

Informe Semanal - Oxfam: escándalo sin fronteras - ver ahora

Más transparencia

El informe señala, sin embargo, que entre las organizaciones humanitarias ha imperado una "cultura de la negación", como reconocía en declaraciones a Reuters la responsable del Consejo de Administración de Oxfam: “Sabemos que fallamos en proteger a las mujeres vulnerables en Haití, y aceptamos que debíamos haber informado con más claridad en su momomento, por lo que pedimos sinceras disculpas”.

En cualquier caso, el informe parlamentario no se limita a acusar a las organizaciones humanitarias por no hacer nada, sino que la inacción "se extiende a su vez a las propias prácticas del Gobierno del Reino Unido, así como a Naciones Unidas".

Para intentar solucionarlo, el comité recomienda a las organizaciones avanzar en cuatro áreas de trabajo: empoderamiento, elaboración de informes, rendición de cuentas e investigación. "Una cultura de tolerancia cero debe ir de la mano con una cultura de transparencia. Es vital que las organizaciones de ayuda sean totalmente sinceras con respecto a la cantidad de denuncias de abuso y explotación sexual que reciben y cómo se tratan estas denuncias", remarca el informe

En esta línea, los parlamentarios también recomiendan el nombramiento de un defensor del pueblo independiente para la ayuda humanitaria, con el objetivo de brindar asistencia a las víctimas en caso de que alguna de las mencionadas áreas de trabajo fracase.