Al menos tres muertos en las protestas de la oposición por los resultados electorales en Zimbabue
- La ZANU-PF, fundada por el expresidente Mugabe, arrasa en las legislativas aún sin su antiguo líder, ya fuera del poder
- La oposición ha salido a las calles y se ha enfrentado a las fuerzas de seguridad, que han respondido con fuego real
La calma de la jornada electoral en Zimbabue ha dado paso a la tensión tras el escrutinio: al menos tres personas han muerto en Harare, la capital, después de que los partidarios de opositor Nelson Chamisa salieran las calles a protestar por los resultados provisionales de las elecciones legislativas, que otorgan una amplia victoria al partido gobernante, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), y se enfrentaran a las fuerzas de seguridad, que han respondido con fuego real a las manifestaciones.
Las protestas se han desencadenado ante la sospecha de que esos resultados se extrapolen a los comicios presidenciales, cuyos resultados aún no se han publicado, lo que para los opositores constituiría un fraude, dado que el propio Chamisa ya se había dado por ganador este martes. Además, el Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), su partido, ha denunciado irregularidades en varios centros de votación.
Así, cientos de simpatizantes de su partido, se han congregado ante la sede de la Comisión Electoral y han bloqueado varias calles, erigiendo barricadas y encendiendo hogueras en las que han quemado imágenes del líder de la ZANU-PF y presidente del país, Emmerson Mnangagwa.
Las autoridades han respondido con el despliegue de policías antidisturbios y soldados, que han utilizado gases lacrimógenos y cañones de agua para intentar dispersar a los manifestantes, para acabar recurriendo a fuego real. Según la televisión pública ZBC, que cita fuentes policiales, al menos tres personas han muerto en los enfrentamientos.
El presidente culpa a la oposición
Mnangagwa, que al estallar las protestas había apelado a la "responsabilidad" de los líderes políticos, reclamando "paciencia y madurez", ha culpado posteriormente a Chamisa y a su partido de boicotear las elecciones mediante la violencia: "Hacemos responsable al MDC y a todo su liderazgo de esta ruptura de la paz nacional, que buscaba interrumpir el proceso electoral", ha declarado a la televisión pública, al tiempo que exigía que la oposición sacraá a sus "seguifores violentos" de las calles.
Por su parte, un portavoz del MDC, Nkululeko Sibanda, ha calificado el recurso a la Fuerzas Armadas para desactivar las protestas de "desproporcionado e injustificado" y ha denunciado el "brutal asesinato de ciudadanos" a manos de las fuerzas de seguridad. Sibanda ha pedido a sus seguidores que "ejerzan sus derechos dentro de la ley" y ha asegurado que "la violencia no está en nuestro ADN".
Las elecciones presidenciales, legislativas y municipales celebradas el pasado lunes son las primeras desde la independencia de Zimbabue, en 1980, sin el que había sido desde entonces su único presidente, Robert Mugabe, forzado a dimitir a finales del año pasado. Le sucedió Mnangagwa, un antiguo colaborador suyo de 75 años, que aspiraba a legitimar su mandato en estos comicios, aunque las encuestas le daban solo unos pocos puntos de ventaja sobre su rival, Nelson Chamisa, de 40 años.
Sin esperar al escrutinio, Chamisa se proclamó este martes vencedor de las elecciones, pero los primeros resultados difundidos por la Comisión Electoral este miércoles han frustrado sus expectativas y las de sus seguidores: en las elecciones legislativas, y a falta solo de recontar los votos de tres de las 210 circunscripciones, la ZANU-PF logra 144 escaños, más de dos tercios del Parlamento, mientras que el MDC se queda en 61.
A la espera del recuento en las presidenciales
Además, el recientemente fundado Frente Patriótico Nacional (NPF), un partido creado por antiguos aliados de Mugabe, consigue un escaño, que se suma a otro de un candidato independiente. Con estos resultados, la ZANU-PF baja respecto a los 160 diputados que obtuvo en 2013, cuando Mugabe todavía regía con mano de hierro el país, pero sigue teniendo mayoría suficiente para, por ejemplo, reformar la Constitución del país sin pactar con otras formaciones.
La victoria del ZANU-PF, según los datos de la Comisión Electoral, se basa en su dominio de las zonas rurales, mientras que la oposición atrae a la mayoría de los votantes de las circunscripciones urbanas. En cualquier caso, el escrutinio ha sido un jarro de agua fría para los simpatizantes de Chamisa, que, ya sin el yugo de Mugabe, esperaban un vuelco electoral que desalojara al ZANU-PF de la presidencia tras cuatro décadas en el poder.
Ante las expectativas de cambio, Chamisa ya había advertido de que cualquier resultado que no sea su victoria en las presidenciales sería, en su opinión, un fraude. "Hemos ganado el voto popular y lo defenderemos", advertía el líder opositor en Twitter, al tiempo que acusaba a la Comisión Electoral de difundir el recuento preliminar de las legislativas para "preparar mentalmente a Zimbabue para aceptar los falsos resultados de las presidenciales".
La Comisión Electoral, que durante los mandatos de Robert Mugabe siempre fue blanco de críticas por su parcialidad, tiene hasta el sábado para hacer público el escrutinio de las presidenciales, aunque su credibilidad mengua con cada retraso. Los observadores internacionales de la Comunidad para el Desarrollo del Sur de África han dado el visto bueno a los comicios, que han calificado de limpios y ordenados, pero los de la Unión Europea han lamentado la "desigualdad de oportunidades [entre los candidatos], las intimidaciones a los electores y la falta de confianza en el proceso electoral".