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'Siempre juntos (Benzinho)': la madre coraje y amor de Brasil

  • Se estrena la película de Gustavo Pizzi sobre la lucha cotidianda de una familia de clase media-baja
  • Obtuvo la Biznaga de Oro a la mejor película iberoamericana en el último Festival de Málaga

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Fotograma de 'Siempre juntos (Benzinho)'
Fotograma de 'Siempre juntos (Benzinho)'

Si la vida es una tragicomedia, la familia es su mejor microcosmos: la mayor fuente de amor, temores y angustias. El cineasta brasileño Gustavo Pizzi retrata ese universo, de cariño y expectativas a veces frustradas, en Siempre juntos (Benzhino), la película que obtuvo Biznaga de Oro a la mejor película iberoamericana en el último Festival de Málaga y que se estrena el 3 de agosto en España.

Irene (Karine Teles) es el ama de casa de una familia de cuatro hijos que vive en el alambre económico. Mientras trata además de graduarse para encontrar un empleo, su hijo adolescente recibe una propuesta para jugar al balonmano en Alemania. Mientras adivina el principio de la descomposición de su clan, apaga mil fuegos cotidianos.

Karine Teles, prodigiosa protagonista, es además coautora de un guion junto a Pizzi. “Karine y yo hemos estado casados y tenemos hijos. Los dos salimos muy jóvenes de casa y pensamos en cómo sería el momento de marcha de nuestros hijos”, explica el director sobre el proyecto en una entrevista para RTVE.es.

Feminismo y clasismo

Casualidad o no, mucho del poco cine brasileño que aterriza en la cartelera de España, como Una segunda madre o Doña Clara (Aquarius), se edifica sobre fuertes personajes adultos femeninos.

“Empezamos a escribir en 2013 y la historia se enmarca en el mundo actual, así que hay feminismo en ese aspecto. Era importante hablar de una mujer joven para la que el trabajo es importante. Y también queríamos hablar de la perspectiva de una clase media-baja, que es la predominante en Brasil, que son familias numerosas y que luchan por una vida digna”.

Retazos de la realidad socioeconómica brasileña, su clasismo y su división casi en castas, acompañan el retrato familiar. “Se muestra sutilmente, pero la situación en Brasil es complicada, sobre todo los últimos dos o tres años. La derecha ha tirado por tierra los avances del Partido de los trabajadores de Lula y Dilma. Y los que más sufren son la clase media-baja. Cada vez es más difícil pagar la luz, no digamos comprar una casa o que los jóvenes vayan a la universidad”.

Pero el gran logro de Siempre juntos (Benzhino) es el esfuerzo por recrear las mil ceremonias de lo cotidianidad familiar: una coreografía del caos, que no cae en lo azucarado, y es perfectamente universal. “Siempre pensábamos en la relación entre el espectador y los actores con esos movimientos familiares que la mayor parte de nosotros tenemos”, concluye.