La muerte de Thor, la Diosa del Trueno
- El fallecimiento del Thor de Jane Foster pone fin a una de las mejores etapas de la serie
- Jason Aaron y Russell Dauterman han narrado su epopeya durante cuatro años
Ya hace casi cuatro años (octubre de 2014) que el Thor de los cómics de Marvel se volvió indigno para poder levantar su martillo encantado, lo que originó que una mujer lo empuñase. Nada menos que Jane Foster, la primera novia del personaje (nacida en septiembre de 1962, en la segunda aventura de Thor) y que estaba gravemente enferma de cáncer. De hecho, el esfuerzo de usar los poderes de Thor hacía que esa enfermedad la fuera consumiendo cada vez más deprisa.
Por eso, desde el primer momento sabíamos que el personaje tenía los días contados y que el Thor de toda la vida recuperaría su martillo tarde o temprano. Pero lo que no sospechábamos es que el nuevo Thor iba a superar en popularidad al antiguo e iba a protagonizar una de las mejores etapas de la colección en sus 56 años de historia (agosto de 1962).
Una emocionante saga sobre una mujer enferma capaz de los mayores sacrificios y proezas; y de enfrentarse a todos los que no la creían digna de ser Thor, ya fueran hombres, dioses o el mismísimo Odín, el padre de todos de la mitología nórdica que, desde el principio la consideró indigna. Y que al final se tuvo que comer sus palabras.
La historia de este Thor femenino acaba en el número 706 de la colección USA publicado este mismo mes por Panini, en el número 87 de la serie española. Aunque el número de septiembre será un especial con el último adiós a la Diosa del Trueno.
Un equipo creativo de lujo
Una historia que nos han contado el guionista Jason Aaron y el dibujante Russell Dauterman, con algunos grandes artistas invitados. Y que les ha valido el aplauso de la crítica, la nominación a los premios Eisner y la inclusión, esta misma semana en la lista de los cómics Esenciales del primer semestre de 2018 que elabora la ACDCómic de España.
Cuando debutó la heroína, Russell Dauterman nos deleitó con una espectacular portada de un primer plano del personaje con el casco de Thor, que ocultaba su verdadera identidad (fue un gran misterio durante varios meses). Y para su despedida, nos ofrece un plano similar de Jane Foster, cerrando el círculo. Podéis comprobarlo un poco más abajo.
Y es que Jane Foster tuvo que dejar el martillo de Thor para someterse a quimioterapia (su última esperanza), pero cuando los dioses de Asgard se mostraron impotentes para acabar con uno de sus mayores enemigos, Mangog, Jane lo sacrificó todo para demostrar que ha sido la Thor más valiente de la historia de Marvel.
Y es que la versión de Aaron es uno de los mejores personajes femeninos de Marvel de todos los tiempos.
Regreso a los orígenes
Otra de las razones por las que el personaje tenía los días contados es que Marvel ha iniciado una operación, Marvel Legacy, para devolver a los personajes a sus orígenes. Algo totalmente necesario debido a la proliferación sin límite de imitadores deThor, Hulk, Spider-Man, Iron-Man, Lobezno... Prácticamente ninguna de las colecciones estaba protagonizada por los titulares sino por copias más jóvenes (intentado atraer al público juvenil)
Lo peor es que no todos son tan buenos como este Thor y la mayoría son totalmente prescindibles, salvo Miles Morales (Spider-Man). El que todos los personajes tengan varias versiones les resta fuerza. Porque, como nos decía hace poco Salvador Larroca: "Para ser Spider-Man no sólo te tiene que picar una araña". Tienes que tener una historia interesante detrás, como la de Peter Parker o Jane Foster.
Pero al Thor de Jane Foster le echaremos mucho de menos. Y, a la vez, no queremos que lo resuciten a lo tonto, como suelen hacer en los cómics de superhéroes. Es una historia tan redonda que esperamos que la dejen así, como un hito de Marvel. Y no empiecen a hacer secuelas y nuevas versiones, como acostumbran.
"Antes de Jane, nunca había llorado escribiendo un guion"
En su emocionante carta de despedida del personaje, incluida en el número 87 de Panini, Jason Aaron confiesa: "No esperaba todo esto. Antes de que Jane Foster se convirtiese en Thor nunca se me habían acercado aficionados llorando en sesiones de firmas, contándome historias de sus seres queridos que habían fallecido o que libraban sus propias batallas contra el cáncer. Antes de Jane, nunca había llorado escribiendo un guion".
Por cierto que no es el único personaje de Marvel en librar una batalla contra el cáncer, en 1982 Jim Starlin (el creador de Thanos) se atrevió a matar al Capitán Marvel de esa enfermedad, que contrajo por el uso de sus poderes. Ni los mayores sabios de Marvel, como Tony Stark o Bruce Banner pudieron hacer algo para salvarlo. Una de las historias más recordadas de la editorial. Y uno de los pocos muertos de Marvel que siguen en su tumba junto al Tío Ben de Peter Parker (afortunadamente)
En tiempos más recientes Foggy Nelson, el compañero de Matt Murdock (Daredevil) también se enfrentó a un cáncer pero ya parece haberlo superado.
Dignos del poder de Thor
Otra cosa que os preguntaréis es si cualquiera puede ser Thor. La respuesta es no. Solo aquellos que sean dignos (y no son muchos). Esta fue una ocurrencia de otro de los grandes autores de Thor, Walter Simonson, durante su larga y alucinante etapa en la colección.
En un episodio Thor se enfrentaba a un extraterrestre humanoide con cara de caballo, Billy Rayos Beta, que, para sorpresa de los lectores, al sostener el martillo de Thor adquiría sus poderes. Al final tuvieron que pelear por el martillo y Odín, viendo que Billy era digno, decidió hacerle uno para él. Con lo cual tuvimos dos Thors durante una temporada. Billy era un personaje maravilloso pero de esos que sólo saben utilizar sus creadores, por lo que terminó diluyéndose.
El Capitán América ha sido otro de los personajes dignos de levantar el martillo en los cómics. Y en la película de Los Vengadores casi lo conseguía, para asombro de Thor.
Lo curioso es que, ahora, Thor tendrá que mostrase digno de volver a empuñar su martillo (y de volver a protagonizar su colección). Y haga lo que haga, no podrá hacernos olvidar a Jane Foster.