SKA, el radiotelescopio que indagará en el orígen del Universo
- Será capaz de observar el momento de formación de las primeras galaxias o comprobar teorías de Albert Einstein
- España cuenta con 26 científicos, 11 centros de investigación y 12 empresas dentro del proyecto
En 2021 se empezará a construir en Australia y Sudáfrica el Square Kilometre Array (SKA), el mayor radiotelescopio del mundo con miles de antenas distribuidas en miles de kilómetros a lo largo del planeta.
El objetivo de esta futura "telaraña de antenas" es indagar en el origen y estallido del universo a la vez que ahondar en la comprensión de su expansión acelerada, para lo que se necesita potentísima tecnología. Una vez terminado el proyecto en el que España participa, SKA será el radio telescopio con mayor capacidad de barrido del cielo, mayor precisión y mayor sensibilidad.
Gracias a esto, se podrá observar el momento de formación de las primeras galaxias, comprobar las afirmaciones de Albert Einstein en su teoría de la relatividad general, estudiar la formación de otros sistemas solares, saber más de las estrellas de neutrones o buscar biomarcadores vinculados con la habitabilidad de planetas.
España, implicada desde los incios
La idea de SKA se remonta a principios de los 90 y España ha estado participando en actividades relacionadas desde sus inicios. Para Lourdes Verdes-Montenegro, coordinadora de la participación española en el proyecto e investigadora del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IIA-CSIC), SKA abrirá una nueva ventana al universo y revolucionará nuestra forma de verlo y España va a estar ahí.
En la actualidad, 26 científicos españoles forman parte de nueve de los once grupos de trabajo de ciencia de este proyecto y, desde el punto de vista de la ingeniería, once centros de investigación y doce empresas han contribuido al diseño de SKA.
La participación española en el proyecto se afianzó cuando el pasado junio España se incorporó a la Organización del SKA, convirtiéndose en el undécimo miebro (después se ha unido Francia). Esta inclusión garantiza la presencia de científicos españoles en los proyectos de observación de los primeros cinco años.
Esto aumenta la posibilidad de que la industria española gane contratos en la fase de construcción ya que si no eres miembro, no se puede optar a ellos. "España tiene capacidad industrial para realizar contribuciones significativas en SKA", apunta Verdes-Montenegro.
Además, servirá para atraer y retener talento, recalca la coordinadora, quién añade que el IIA trabaja por convertirse en uno de los nodos del Centro Regional Europeo para la Ciencia de SKA.
Un proyecto muy terrícola
"SKA va a ser un proyecto muy terrícola y el único que puede y podrá presumir de ser un proyecto a escala planetaria", señala Verdes-Montenegro.
El radiotelescopio se va a construir en dos fases; en la primera, SKA1, empezará en 2021 cuando 125.000 antenas dipolo (recuerdan a las antenas de televisión) se colocarán en 65 kilómetros de Australia, y unas 200 parabólicas en 150 kilómetros de Sudáfrica (se integrarán 64 parabólicas del proyecto MeerKAT recién inaugurado).
Las antenas dipolo recibirán frecuencias muy bajas y servirán, entre otros, para analizar el momento en el que nacieron las primeras estrellas y galaxias. Por otro lado, las parabólicas captarán frecuencias más altas para la observación de pulseras y agujeros negros y la posible detección de ondas gravitacionales.
Se extenderá geográficamente
Durante la segunda fase, SKA se extenderá geográficamente. En el telescopio africano se instalarán antenas a lo largo de ocho países del continente y en el telescopio australiano las parabólicas llegarán desde el Oeste del país hasta Nueva Zelanda.
Para la colocación de los dispositivos han elegido lugares más o menos remotos para evitar que los aparatos electrónicos que emiten radiofrecuencias y que usan los humanos interfieran en las débiles señales del universo.
El proyecto implicará el desarrollo de tecnología puntera relacionada con el 'big data', por eso SKA se ha asociado con diversas empresas tecnológicas para tratar de desarrollar soluciones innovadoras sobre computación en la nube.
La actual fase de diseño está completamente financiada, con un coste de 150 millones de euros; el coste total de la construcción del SKA1 ha sido limitada a 674 millones en el que ahora los países, también España, deben expresar sus compromisos financieros.