El Gobierno rechaza ahora al Aquarius: "España no es el puerto más seguro porque no es el más cercano"
- El barco, que se encuentra en el Canal de Sicilia con 141 migrantes a bordo, ha solicitado un puerto seguro para atracar
- Ciudades como Barcelona, Sète y Nápoles se han ofrecido, pero necesitan la autorización de sus respectivos Gobiernos
El Gobierno español, que hace dos meses acogió en Valencia al barco Aquarius para permitir el desembarco de cientos de migrantes rescatados en el mar Mediterráneo, ha denegado este lunes, al menos por el momento, una nueva petición del buque humanitario para atracar en suelo español con el argumento de que "España no es el puerto más seguro, porque no es el más cercano".
Así la han señalado fuentes del palacio de La Moncloa, después de que las dos organizaciones humanitarias que gestionan el Aquarius, SOS Mediterranée y Médicos sin Fronteras, hicieran un llamamiento a los países de la Unión Europea para que ofrecieran un puerto seguro en el que desembarcar a los 141 migrantes que ha recogido en su último viaje frente a las costas de Libia, ante la negativa de Italia y Malta a dejarles desembarcar.
Sin embargo, el Ejecutivo que lidera Pedro Sánchez considera que en este caso no existe "la misma situación de crisis humanitaria" que hace dos meses, cuando eran más de 600 las personas que aguardaban un puerto tras días a la deriva, lo que obligó, incluso, a llevarles en tres barcos distintos al puerto valenciano.
La decisión, que apunta a un cambio, si no de política, si de actitud por parte del Ejecutivo socialista, se fundamenta, además, en que España no es "en estos momentos" el puerto cercano más seguro, de acuerdo con el Derecho Marítimo Internacional, siempre según las fuentes de La Moncloa citadas por Efe y Europa Press.
Italia y Malta se niegan a permitir que atraque en sus puertos
La embarcación, según consta en su bitácora, ha abandonado las aguas internacionales frente a Libia, donde el pasado viernes rescató a los migrantes, y se ha situado en el Canal de Sicilia, entre la isla de Malta y la isla italiana de Lampedusa. "Las autoridades marítimas de Malta e Italia informan al Aquarius de que no permitirán el desembarco de 141 personas a bordo en un puerto seguro. El Aquarius ahora ha alcanzado una posición de espera exactamente entre Malta e Italia y aguarda a recibir instrucciones", ha relatado Médicos sin Fronteras en su perfil de Twitter.
Tal como vienen haciendo en los últimos meses, Roma y La Valetta se niegan a permitir que los migrantes rescatados por ONG sean desembarcados en ninguno de sus puertos. En esta ocasión, aunque las autoridades maltesas no se han pronunciado públicamente por el momento, el ministro italiano de Interior, Matteo Salvini, no ha dejado pasar la oportunidad de dejar clara su postura, también a través de las redes sociales.
"El barco Aquarius con otros 141 inmigrantes a bordo: es de propiedad alemana, gestionado por una ONG francesa, con tripulación extranjera, [se encuentra] en aguas maltesas y lleva bandera de Gibraltar. Puede ir donde quiera, no a Italia. Stop a los traficantes de seres humanos y a los cómplices", ha escrito Salvini.
También el ministro de Infraestructuras y Transportes, Danilo Toninelli, ha seguido la línea de Salvini y ha pedido a Reino Unido que acoja a la embarcación. "El barco Aquarius está en aguas maltesas y lleva bandera de Gibraltar. En este punto, Reino Unido debe asumir su responsabilidad para salvar a los rescatados", ha señalado. En Italia, la asignación de un puerto a los barcos que rescatan inmigrantes en el Mediterráneo es competencia de los ministerios de Interior y de Transportes.
Comida y medicinas para dos semanas a bordo
Ante esta situación, la Comisión Europea ha asegurado que está en contacto con varios países miembros de la Unión Europea y ha ofrecido su "total apoyo diplomático" para resolver la situación, según ha declarado la portavoz Tove Ernst en Bruselas.
A bordo del Aquarius se encuentran 141 migrantes salvados el viernes en dos operaciones distintas, cuando viajaban en barcazas desde Libia hacia las costas europeas. En la primera operación se salvó a 25 migrantes, 16 hombres y nueve mujeres, una de ellas embarazada, procedentes de Bangladesh, Camerún, Ghana, Costa de Marfil, Nigeria y Senegal; en la segunda se rescató a 116 migrantes de Egipto, Eritrea, Somalia y Marruecos, de los que 78 son varones, 38 mujeres, una de ellas encinta, y 67 menores no acompañados.
El doctor de a bordo, David Beversluis, de Médicos sin Fronteras, ha explicado por teléfono a Efe que los migrantes se encuentran "estables" y que la embarcación cuenta con comida y suministros médicos para las próximas dos semanas: "Hay algunas personas que están débiles y desnutridas. En los dos primeros días tuvimos alguna persona deshidratada, pero han sido atendidas médicamente", ha resumido.
Cuenta que están cansados, como es normal después de "un viaje largo en un barco pequeño", y que sospechan que la espera puede ser larga, ya que conocen las vicisitudes del anterior viaje hasta que el barco consiguió atracar en Valencia: "Saben que es una situación política complicada y son conscientes de que la espera puede ser larga", ha reconocido Beversluis.
Varias ciudades se ofrecen para acoger al barco
Frente a la negativa de los Estados, algunas ciudades portuarias se han declarado dispuestas a acoger al Aquarius, aunque necesitan la aportbación de sus respectivos Gobiernos. La primera de ellas ha sido Barcelona, a través de la teniente de alcalde de Derechos Sociales de Barcelona, Laia Ortiz, quien ejerce de alcaldesa en funciones mientras Ada Colau se encuentra de vacaciones.
"Una vez más, nos ofreceremos a acoger", ha garantizado Ortiz en una rueda de prensa, en la que ha lamentado ha lamentado que en Europa se esté produciendo un auge de la extrema derecha y de movimientos que están poniendo en peligro los fundamentos de los Derechos Humanos.
Además, las autoridades del puerto de Sète, en el sureste francés, también se han dicho dispuestas a acoger al Aquarius: "La única condición es tener el visto bueno de las autoridades francesas", ha indicado el presidente del puerto, Jean-Claude Gayssot, en la emisora local France Bleu Hérault. En este sentido, la oficina del presidente galo, Emmanuel Macron, ha defendido que Francia "asumirá su parte de responsabilidad" para atender a los pasajeros, pero ha asegurado que el buque debe ir "al puerto seguro más cercano" a su posición actual.
Fuentes del Elíseo han asegurado que Francia está en contacto con otros países "para encontrar una solución que respete los principios humanitarios", pero por el momento no se ha ofrecido de forma voluntaria como país de acogida, según la cadena BFM TV, lo que 'a priori' dejaría la pelota en el tejado de Italia y Malta.
Asimismo, desde Italia, Nápoles también ha ofrecido su puerto, una invitación que ha salido del alcalde de la ciudad, Luigi Di Magistris: "En el caso de que no les hagan bajar, seremos nosotros quienes iremos a buscarles", ha retado a su propio Gobierno. Y también el alcalde de Palermo, Leoluca Orlando, ha ofrecido acogida a la embarcación, al tiempo que criticaba el incumplimiento de "obligaciones morales y legales".
Gibraltar le retira el pabellón al Aquarius
Poco después de que Italia instará a Reino Unido a acoger al Aquarius, dado que ostenta pabellón gibraltareño, las autoridades de Gibraltar han anunciado en un comunicado que a partir del 20 de agosto retirarán su pabellón al Aquarius, al que acusa de realizar actividades distintas a aquellas para las que se registró el barco.
El buque fue registrado en Gibraltar en 2009 como navío de investigación y posteriormente, en 2016, fue contratado por SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras, que lo han utilizado para rescatar a los migrantes que tratan de alcanzar a Europa desde Libia, a través del mar Mediterráneo.
Por eso, "en junio/julio de 2018, la administración marítima de Goibraltar pidió al Aquarius que suspendiera sus operaciones como navío de salvamento y volviera a su actividad inicial de navío de investigación", explica la nota.
Dado que las ONG que gestionan el barco no han atendido esa petición, el comunicado señala que el 6 de agosto se les envió una "orden de retirada" del pabellón, con fecha límite del 20 de agosto. En esa fecha, prosigue la nota, "el barco abandonará el registro de Gibraltar y volverá al de su propietario, Alemania".
En este sentido, SOS Mediterranée y Médicos Sin Fronteras han acusado a las autoridades de Gibraltar de llevar a cabo una "maniobra política", ya que consideran que en estos años el barco ha cumplido "todas las exigencias reglamentarias" y ha pasado "todos los controles técnicos".