La mala calidad de los puentes en Italia siembra dudas tras el desplome del viaducto Morandi
- En los últimos cinco años se han desplomado cinco puentes en diversas regiones del país
- El uso generalizado de materiales pobres reaviva el fantasma de la corrupción en Italia
El desplome de los 80 metros de autopista del viaducto Morandi en Génova deja al menos una cuarentena de muertos, pero el balance de víctimas amenaza con extenderse más allá de las decenas de conductores que lo transitaban el martes cuando se vino abajo. "Una sola pregunta, ¿por qué ha sucedido?", reclama el fiscal Francesco Cozzi, quien sospecha de un "error humano".
El vicepresidente y ministro del Interior, Matteo Salvini, ya anuncia multas millonarias y la retirada del contrato a la concesionaria, Autoestrade per l'Italia. Mientras tanto, los ingenieros revelan que el problema no es puntual. Una realidad que siembra dudas en un país, Italia, golpeado por escándalos de corrupción.
En los últimos cinco años se han desplomado cinco puentes en diversas regiones del país. ¿Qué explica esta inusual tasa? Según Massimo Mariani, del Consejo Nacional de Ingenieros, entre las pricipales causas estarían una manutención deficiente y unos materiales pobres, traslada Efe.
Ya en marzo de este año, la periodista Milena Gabanelli alertaba en el Corriere Della Sera del estado crítico de cientos de puentes y viaductos en Italia, país cuya orografía ha obligado a levantar unas 30.000 obras de este tipo desde los años 60. Construidos en su mayoría con cemento armado, la vigencia de estas estructuras se cifra en unos 50 años antes de sufrir deterioro grave, proceso que en las últimas décadas se ha acentuado dado el enorme incremento del transporte terrestre y el tráfico rodado de camiones.
"Miles de millones" en ganancias pero no en calidad
"Una compañía, como la que maneja ese tramo de autopista, que genera miles de millones de ganancias, debe explicar a los italianos por qué no ha hecho todo lo posible para reinvertir una parte de esas ganancias en seguridad", ha declarado este miércoles el ministro de Infraestructuras italiano, Danilo Toninelli, a la emisora Radio 24.
Uno de los ingenieros que ha criticado lo ocurrido en Génova con mayor firmeza es el genovés Antonio Brancich, que ya había alertado en 2016 de que el viaducto presentaba posibles fallos.
"Yo ya había hablado de la tipología del puente, construido con materiales frágiles y que ha necesitado de un continuo mantenimiento en los últimos años", declaró a la televisión pública.
También el inspector Settimo Martinello, director general de 4 Emme, empresa de Bolzano que se ocupa de inspecciones y controles en puentes del país, recordó que muchos "puentes italianos tienen riesgo de derrumbarse" y que cada año "se vienen abajo varios".
El director del Instituto de tecnología de la construcción, Antonio Occhiuzzi, argumentó que "gran cantidad de puentes en Italia han superado el tiempo para el que fueron construidos".
Italia, no es país para puentes
El siniestro en Génova ha sido el último de una serie de puentes que se han hundido en los últimos años, el más reciente se remonta a abril de 2017, cuando se desmoronó un viaducto en una carretera de la localidad de Fossano, en la región de Piamonte (norte).
En marzo de 2017, cayó un puente en la autopista A14, a la altura de la localidad de Camerano, en la región de las Marcas (centro), un suceso en el que murieron dos personas y tres resultaron heridas.
En octubre de 2016, un paso elevado se cayó sobre una carretera de la localidad de Annone di Brianza, en la región de Lombardia (norte), murió una persona y hubo cinco heridos; y en enero de 2015 se hundió parte de un viaducto construido en la autovía que une las ciudades sicilianas de Palermo y Agrigento, una semana después de que fuera inaugurado, sin dejar víctimas.
En Cerdeña, en noviembre de 2013, cedió un puente en una carretera secundaria provocando la muerte a un policía mientras que dos personas resultaron heridas.
El ministro Toninelli ha sido cortante: "Las compañías que administran nuestras autopistas se embolsan los peajes más caros de Europa, mientras que pagan concesiones a precios vergonzosos. Ingresan miles de millones, pagan unos pocos millones de impuestos y ni siquiera realizan el mantenimiento necesario para puentes y carreteras".
Toninelli ha dicho que el Gobierno desarrollará "un verdadero plan Marshall" para garantizar el buen estado de las infraestructuras del país y consideró que es deber del estado "usar dinero público para el mantenimiento de estas arterias vitales del país, en lugar de desperdiciarlo en grandes obras inútiles".