Jacques Doillon: "La obra de Rodin es muy sensual, incluso sexual"
- El director francés nos habla de su biopic del escultor, que se estrena este viernes
- Vincent Lindon protagoniza este film con el que se celebró el centenario del artista
En 2017 se celebró el centenario de Rodin (1917-2017), el artista que introdujo la escultura en la era moderna. Y para celebrarlo se filmó un biopic dirigido por el gran cineasta Jacques Doillon (Ponette, El pequeño Criminal) y protagonizado por Vincent Lindon (La ley del mercado, Cruzando el límite) e Izïa Higelin (Un amor de verano, Samba). Una película sobre la creación, el arte y la pasión, que se estrena este viernes (24 de agosto), y de la que hemos hablado con su director.
“Me interesaba Rodin –asegura Doillon- porque durante ese periodo, finales del XIX y principios del XX fue el mejor escultor del mundo. Había otros, pero él fue el primer escultor moderno y el más innovador”.
Jacques Doillon nos comenta que el tema central de la película es: “La creación. Rodin vivía para crear. Se despertaba y se ponía a trabajar. Y sólo lo dejaba cuando le faltaba la luz. Los meses de invierno eran muy tristes para él, porque tenía menos horas para trabajar. Cuando tienes a un escultor tan inmenso hay que interesarse por sus relaciones con Monet, Victor Hugo, Cézanne… pero lo esencial de esta película es su trabajo. Si lo hubiera reducido a la historia de amor y a sus relaciones con los demás faltarían muchas cosas en la película”.
“Rodin –añade el director- era un escultor que trabajaba la arcilla, no el mármol. Lo que le permitía reflexionar durante años en una misma obra antes de darla por terminada. En su Balzac trabajó siete años, y otros tantos en Los burgueses de Calais. Hace falta tiempo para conseguir no lo que quieres hacer, sino lo que vas descubriendo mientras trabajas”.
“Cuando empezó Balzac Rodin no sabe a dónde ir –concluye Doillon- pero poco a poco, a medida que avanza se da cuenta de lo que funciona y de lo que no. Esa obra es fruto de una reflexión muy larga que no podía haber desarrollado con la piedra o el mármol. Aunque hubiera hecho cientos de dibujos o esbozos previos. Creo que con la piedra o el mármol no habría logrado llegar tan lejos. No se habría beneficiado de esos años de reflexión y de trabajo”.
Una película muy sensual
La película también es muy sensual, “Como La obra de Rodin –asegura Doillon-. Por ejemplo, quería que en la película salieran sus dibujos eróticos. Hay unos 10 mil y algunos son incluso pornográficos. Y aunque sean muy poco conocidos son magníficos. Mientras que otros, como los de Egon Schiele, que son un poco posteriores son muy famosos. Sus dibujos son increíbles y esa sensualidad, que a veces era sexualidad, les pareció espantosa a muchos de sus contemporáneos”.
“Por ejemplo –continúa-, Rodin mandó un pequeño mármol a la corte de Suecia que le devolvieron al considerarlo muy sexual. Y el príncipe de Suecia fue invitado a su taller pero rehusó ir porque le aterraban todas esas mujeres desnudas. No pisó el taller a donde los intelectuales, artistas y hombres poderosos de Europa y Estados Unidos soñaban con ser invitados. Porque si no, no eras nadie. Godard abría su taller a las visitas todos los sábados”.
Por cierto que esa sensualidad tiene mucho que ver con su anterior película, Mis escenas de lucha (2013), en la que una pareja se peleaba en el barro como forma de reencontrarse. “Cuando estrené esa película una amiga mía me comentó que esas escenas en el barro le recordaban a Rodin. Y esa película también fue la razón por la que unos productores se pusieron en contacto conmigo para rodar un documental sobre Rodin. Dije que sí. Pero cuando me puse a trabajar sobre ello deseché la idea enseguida para rodar una película”.
“Creo -bromea Doillon- que a Mis escenas de lucha también se la puede calificar de sensual o sexual. Debe ser que al envejecer me estoy convirtiendo en una especie de viejo macho cabrío obsceno (ríe). Seguro que me prohíben hacer más películas, lo que sería injusto”.
Una de las grandes historias de amor del mundo del arte
La de Rodin y Camille Claudel es una de las grandes historias de amor del mundo de arte. Y el trágico destino de ella, que pasó los últimos treinta años de su vida con constantes crisis nerviosas y encerrada en su casa-taller viviendo casi en la pobreza, ha hecho que haya más películas centradas en ella que en Rodin.
“Eso se debe al movimiento feminista de los años 70 y 80 que, afortunadamente, reivindicó a Claudel como la gran artista que fue -comenta Doillon-. Por ejemplo la película protagonizada por Isabelle Adjani (La pasión de Camille Claudel, 1988) cuyo guion fue escrito por una de sus descendientes y que ganó varios Premios César, incluyendo película y actriz”.
“Camille –continúa el director- era una chica encantadora con un gran talento para la escultura, tanto que, como se ve en la película, empezó como aprendiz de Rodin y acabó siendo su maestra en algunos aspectos. Hasta ahora, en películas como la mencionada, se destacaba que fue una gran artista aplastada por un hombre que eclipsó su genio. Una historia formidable desde el punto de vista del melodrama”.
“Pero eso no fue lo que pasó de verdad –añade-. Durante diez años, se amaron y colaboraron en el trabajo consiguiendo resultados artísticos increíbles. Y se profesaban mutua admiración. En un momento dado Camille decidió separarse de Rodin y tenía sus buenas razones. La más obvia es que estaba a su sombra. De hecho hoy en día se la sigue considerando la ayudante de Rodin. Ella decidió intentar ser famosa por sí misma y no como la ayudante de Rodin”.
“Rodin siguió creciendo como artista mientras que, el machismo de la época y la enfermedad que se apoderó de Camille, hicieron que poco a poco su fuente se secara. Aunque nos dejó obras absolutamente maravillosas. Hasta que su familia la ingresó sin que Rodin pudiese impedirlo. Pero durante esos muchos años que estuvieron separados, Rodin la recomendó y apoyó su carrera”.
“Pero creo que en esta historia -concluye Doillon- hay un gigante que es Rodin y una mujer muy talentosa que es Camille. El movimiento feminista ha querido bajar al gigante y subir a Camille. Es una cosa muy humana pero es una gran mentira”.
Esculturas casi vivas
Para Jacques Doillon, la primera obra maestra de Rodin fue La edad de Bronce (1877). “Era tan perfecta y realista, parecía tan viva que la crítica le acusó de haber hecho un molde directamente de una persona, lo que era falso. Una acusación que le persiguió toda la vida. Pero, como luego se ha demostrado, no fue un molde… fue un trabajo alucinante!.
“Y es que Rodin –continúa Doillon- hace algo muy distinto a sus contemporáneos: trabaja la torsión de la figura, del músculo. Y esa forma tan innovadora de trabajar aportó una vida tremenda a sus obras”.
Dos grandes actores
Destacar las interpretaciones de Izïa Higelin (Camille) y, sobre todo, Vincent Lindon. “No dudó un instante en aceptar el papel –confiesa Doillon-. Incluso se preparó durante meses para aprender a manipular la arcilla. Trabajó con un escultor del museo Rodin, encargado de restaurar algunos modelos de arcilla que se estaban deteriorando. Disfrutó profundamente haciéndolo, como se puede apreciar en la película”.
“Vincent ha construido un Rodin menos hablador de lo que yo pensaba -añade el director-. Pero creo que su visión se ha mostrado más acertada que la mía. Porque es verdad que Rodin no hablaba mucho fuera de su taller cuando le invitaban a cenas, sobre temas de los que no tenía opinión. Era un invitado espantoso para animar una conversación. Pero si visitabas su taller y mostrabas curiosidad por su trabajo, era un gran anfitrión, y muy locuaz. Eso se ve en la película”.
En cuanto a su obra favorita de Rodin, Jacques nos comenta que: “Hay muchas que me gustan, podría escoger Los burgueses de Calais u obras más pequeñas, pero me parece que la que abre las puertas del Siglo XX a la escultura es su Balzac. Es la obra que marca el futuro. En 1890 el Balzac fue algo tan innovador y tan nuevo que fue odiado por la mayoría del público y la crítica. Pero es lo que dio paso a la escultura del siglo XX. El Moma de Nueva York actualmente está en obras pero antes lo primero que veías al entrar, en el hall, era el Balzac de Rodin. La primera escultura de la era moderna”.
Rodin se estrena este viernes, 24 de agosto.