Condenado un videorreportero australiano en Camboya a seis años por espionaje
- Fue detenido en junio de 2017 cuando filmaba con un dron una marcha de protesta del opositor PRNC
- La defensa y grupos de activistas denunciaron motivaciones políticas
Un tribunal de Camboya ha condenado este viernes a seis años de cárcel al vídeoreportero australiano James Ricketson tras declararlo culpable de espionaje, en un caso en el que la defensa y grupos de activistas denunciaron motivaciones políticas.
Ricketson, de 69 años, fue detenido en junio de 2017 cuando filmaba con un dron una marcha de protesta del opositor Partido para el Rescate Nacional de Camboya (PRNC), formación ilegalizada el pasado noviembre.
Tras la breve lectura del fallo, el documentalista fue devuelto a la prisión de Prey Sar, en las afueras de Phnom Penh, donde ha pasado los últimos 14 meses, informó un fotógrafo de Epa/Efe.
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El juez consideró que el vídeoreportero utilizó su actividad humanitaria y de documentalista como tapadera para recolectar información que podría comprometer la seguridad del país, según la cadena australiana ABC. Durante el juicio, la fiscalía apenas aportó pruebas del supuesto espionaje ni aclaró para qué país habría recopilado la información.
"¿En qué país estaba realizando espionaje?", ha preguntado Ricketson con incredulidad en el tribunal tras el veredicto. El reportero tiene 30 días para apelar a la sentencia en un caso que su defensa atribuyó a motivaciones políticas por la supuesta relación personal que el australiano mantenía con varios dirigentes del PRNC.
Ricketson grabó y ayudó a organizar el cruce del funambulista francés Philippe Petit entre las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York en 1974. Asimismo, ha dirigido tres películas y varios documentales. También fue condenado a una pena suspendida de dos años en 2014 por "chantaje" a una iglesia australiana con sede en Camboya.
HRW pide la liberación del periodista
El arresto tuvo lugar antes de que las autoridades iniciaran una campaña contra opositores y críticos que culminó con la detención en septiembre del líder opositor, Kem Sokha, acusado de traición, y la ilegalización del PRNC, dos meses después.
El subdirector para Asia de Human Rights Watch (HRW), Phil Robertson, denunció que el veredicto estaba determinado de antemano y calificó a Ricketson como un chivo expiatorio utilizado por el gobierno camboyano para justificar la represión contra la oposición.
"Este juicio muestra todo lo malo de la justicia camboyana: cargos ridículamente excesivos, fiscales con pocas o ninguna prueba y jueces que llevan a cabo órdenes políticas del gobierno", dijo en Robertson un comunicado.
HRW exigió la retirada de cargos y la puesta en libertad de Ricketson, y criticó la incapacidad del gobierno australiano para hacerlo y "enfrentarse a esta farsa ridícula".
Sin la participación del PRNC, que en las elecciones de 2013 obtuvo casi la mitad de los votos, el gobernante Partido del Pueblo de Camboya se impuso en las elecciones del pasado 29 de julio, donde obtuvo los 125 escaños en juego.
El fallo siguió a la puesta en libertad de una veintena de activistas y militantes del PRNC que recibieron un perdón del rey Sihamoni a petición del primer ministro camboyano, Hun Sen, quien en los comicios revalidó el cargo que ostenta desde 1985.