El líder de los rebeldes prorrusos del este de Ucrania muere en una explosión en Donetsk
- Alexandar Zajárchenko era uno de los líderes históricos de los separatistas y se le tenía por el hombre fuerte del Kremlin
- Moscú culpa a Kiev de lo que considera un asesinato terrorista, mientras que Ucrania lo atribuye a disputas internas
El principal dirigente de los rebeldes prorrusos del este de Ucrania, Alexandar Zajárchenko, ha muerto este viernes en una explosión ocurrida en un bar a pocos metros de su casa en Donetsk, en lo que la administración separatista y Moscú han tildado de acto terrorista a cargo de las fuerzas ucranianas, mientras Kiev lo atribuye a una disputa interna.
En cualquier caso, la muerte de Zajárchenko, de 42 años, supone la desaparición del último de los líderes que encabezaron la secesión de los territorios del Donbass en 2014, después de que Igor Plotnitski, quien ejercía como presidente de la autoproclamada República de Lugansk, fuera cesado en noviembre de 2017.
Zajárchenko, hijo de un minero del carbón, exmecánico y empresario, era a su vez el jefe del Estado y, al mismo tiempo, primer ministro de la región vecina, proclama por los separatistas como la República Popular de Donetsk.
"El dirigente de la República Popular de Donetsk, Alexandar Zajárchenko, ha sido asesinado hoy en un atentado", ha confirmado su portavoz, Aliona Volynets, después de que los medios rusos ya adelantarán su fallecimiento, aunque no ha ofrecido más detalles.
La agencia oficial de los separatistas, Donetsk Agency News, ha indicado que la explosión se ha producido a primera hora de la tarde en el café, situado en el centro de la ciudad, y que había varias víctimas.
Moscú culpa a Kiev de un "asesinato"
Desde el principio, Rusia ha responsabilizado de su muerte a las autoridades de Ucrania. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha expresado sus condolencias en un comunicado en el que califica a Zajárchenko de "verdadero líder popular" y asegura que era una persona "valerosa y decidida".
"El pérfido asesinato de Alexandar Zajárchenko es una prueba más de que aquellos que han elegido la vía del terror, de la violencia, del miedo, no buscan un arreglo pacífico y político del conflicto", señala Putin, en alusión al Gobierno de Kiev.
Mucho más explícita ha sido la portavoz del Ministerio de Exteriores, María Zajárova, al recalcar que "hay fundamentos para pensar que detrás de ese asesinato está el régimen de Kiev, que en más de una ocasión ha echado mano de métodos similares para deshacerse de los que discrepan".
Un alto responsable de los rebeldes de la región separatista, Denis Puchilin, ha declarado a su agencia ofical que "se trata de una nueva agresión por parte de Ucrania" y ha prometido quer "Donetsk se va a vengar de este crimen".
El Comité de Investigación ruso, que se encarga de los principales casos criminales en Rusia, ha anunciado la apertura de una investigación sobre la muerte de Zajárchenko, al considerarlo "un acto de terrorismo internacional".
Ucrania habla de "conflictos criminales internos"
Sin embargo, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU, en sus siglas en ucraniano) ha desmentido cualquier implicación en el ataque y ha atribuido la muerte de Zajárchenko a los "conflictos criminales internos" de los dirigentes separatistas, a quienes denomina "los terroristas y sus patrocinadores rusos".
"No descartamos un intento de los servicios secretos rusos de eliminar a un personaje odioso que, según nuestras informaciones, molestaba a los rusos, que ya no le necesitan", ha llegado a señalar en la televisión ucraniana un alto responsable del SBU, Igor Guskov.
Un consejero próximo a Zajárchenko ha asegurado en la televisión rusa que los presuntos autores del atentado ya habían sido arrestados. A su vez, la agencia Interfax ha indicado, citando fuentes de los separatistas, que el viceprimer ministro de la República Popular de Donetsk asumiría la jefatura del Estado de forma interina.
La muerte de Zajárchenko, considerado el hombre fuerte del Kremlin en el este de Ucrania, amenaza con inflamar de nuevo un conflicto en el que ya han muerto más de 10.000 personas desde 2014, cuando comenzaron los combates entre los rebeldes prorrusos, respaldados por Moscú, y el Ejército ucraniano.
Aunque desde hace tres años rige en la zona un alto el fuego amparado por los acuerdos de Minsk, las hostilidades no han cesado por completo y se producen enfrentamientos recurrentes entre ambas partes.